Capítulo 16 - KTH

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Aún seguía confinado en los asientos traseros del coche de Jungkook, había pasado cerca de una hora desde que había escapado de casa, al fin y al cabo necesitaba un rato a solas para organizar bien aquella dolorosa información sobre mi destrozada amistad con Park Jimin.

Suspiré pesadamente sobando mi rostro con ambas manos para secar mis mejillas y una vez aclaré mi vista y estuve finalmente calmado suspiré una última vez al ver que había perdido un calcetín por el camino.

— ¿Cinco...? -volví a contar mis dedos mientras los iba señalando para no equivocarme- ... cuatro y cinco...

Me quité el único calcetín que me quedaba por si me había confundido de pie, pero no, en ambos pies tenía cinco dedos...

¿Lo había soñado?

No, estaba bien despierto, antes me faltaba un dedo.

Acabé tocando mi dedo para asegurarme de que estaba ahí y lo dejé pasar, por muy extraño que fuera.

En aquel momento sólo podía centrarme en aquellos mensajes. Estaba cien por cien seguro de que no los había enviado yo, y quien fuera que los enviara ¿qué tenía en contra de la amistad que tenía con Jimin?

Berrincheé dándole alguna que otra patada a los asientos y suspiré limpiando por completo mi cara de algún rastro de lágrimas antes de asomarme por la ventana para ver a Jungkook quien llevaba un buen rato llamándome a gritos y había salido de casa quedándose en la puerta principal.

— Tae, joder, claro que confio en ti...

Suspiré al verle cansado y con la mirada apenada. Me había dejado llevar tanto por la confusión y la tristeza que me causó el saber que aquellos mensajes, que yo no envié, acabaron con mi gran amistad con Jimin, que ni siquiera me fijé en la otra cara del asunto, en la que Jungkook se esforzó en averiguar algo de lo que yo pensaba que no había sido más que una falsa amistad.

— Kook.. -suspiré saliendo del coche atravesando la puerta del coche y me acerqué a él mordiendo mi labio inferior arrepentido de haber salido corriendo de aquella forma sin siquieras dejarle responder- no llores, por favor...

Agarré una de sus manos y tiré suavemente para hacerle entrar en casa. Nada más estar dentro con la puerta cerrada tras nosotros acabé abrazándolo con fuerza al no poder mirarle a los ojos en aquel momento, me sentía aún peor al haberle hecho llorar por mi rápida huida.

— Eres un idiota, claro que confío en ti, no me dejaste ni responder y ya desapareciste -dijo dándome una pequeña nalgada, apretando con fuerza en el abrazo- ni se te ocurra volver a marcharte así...

— Lo siento, no lo volveré a hacer...

Le dije suave aún escondido en su cuello sin dejar de abrazarle, me encontraba levitando por lo que acabé siendo llevado, fácilmente, por él hasta volver al cuarto donde nos tumbamos en la cama, separé un poco mi cabeza para verle y acaricié una de sus mejillas.

— No vuelvas a llorar, no me gusta -dije algo infantil sin intenciones de que sonara de esa forma mientras pasaba con suavidad mis dedos por sus ojos- aunque sigues estando guapo...

— Yo podría decirte lo mismo, ¿sabes... ?

Sonreí levemente al verle sonreír y le di un pequeño beso en sus labios.

— ¿Me dejas volver a ver los mensajes? Por favor... -me senté a un lado extendiendo mis manos esperando a que me diera su teléfono hasta que me lo dió- gracias... -le sonreí levemente y me volví a tumbar con él para que también viera-.

Me quedé revisando cada pixel de la pantalla intentando encontrar algo que me diera la razón en que yo no había enviado esos mensajes. Hasta que vi el día en que fueron enviados.

— Cuando enviaron los mensaje yo ya estaba muerto, son del día después a mi muerte...

Miré de reojo a Jungkook y suspiré dándole el móvil de vuelta, hasta que se me pasó por la cabeza quién pudo haberlos enviado.

— Desde que morí no he tenido mi móvil, supuse que me lo había olvidado en el trabajo y lo dejé pasar pero ahora con lo de los mensajes... -bufé sonriendo de lado forzadamente- joder, ¿no tuvo suficiente? -chasqueé la lengua entre molesto y apenado, soltando un largo suspiro- el de los mensajes tiene que ser Henry, tuvo que llevarse mi móvil la misma noche y supongo que consiguió alejar a la única persona que se hubiera preocupado por mi desaparición...

— Sabes que no necesitabas esa prueba para que te creyera, ¿no? -hizo que le mirase directamente y sonreí asintiendo levemente- Confío en tí. Siento haber investigado por mi cuenta a pesar de que te dije que no lo haría... Pero definitivamente te creo, con o sin fecha en estas conversaciones, si dices que no has sido tú te creo. Mi Taehyung no sería capaz de decir algo así ni a alguien que le caiga mal...

Sonreí algo más animado ante sus palabras, y al verle acercarse a mi rostro, acabé cerrando los ojos antes de sentir el suave tacto de sus labios sobre los míos, empezando un lento y cariñoso beso. Al separarnos me quedé acariciando su mejilla al verle bajar la mirada, suponiendo que estaba pensando en los mensajes.

— Aunque me da pena Jimin...esos mensajes debieron dolerle, sobre todo si pensaba que se lo decía su mejor amigo... -asentí sonriendo apenado al pensar como lo hubiera pasado Jimin por los mensajes-.

— ¿Crees que podría ir a verle algún día...? Al menos para explicarle que ocurrió realmente -murmuré dudoso de aquella idea- no quiero que piense mal de mí por algo que no hice, y también...le echo de menos... -murmuré sobando mis ojos al notarlos lagrimosos-.

Terminé por abrazarle con fuerza cerrando mis ojos para intentar calmarme y evitar un posible llanto, al fin y al cabo, ya había llorado demasiado para lo pronto que era, apenas eran las 9 de la mañana.

— Claro que puedes, pero debemos adelantarselo antes de algún modo. Quizás se asuste al saber que eres un fantasma... -alzó las cejas pensativo, mirándome con una pequeña sonrisa que acabó contagiándome a mi con otra- lo hagamos cómo lo hagamos, te prometo que conseguiré que puedas hablar un rato con él, ambos lo necesitáis...

Sonreí ampliamente formando una sonrisa cuadrada, estaba feliz, volvería a ver a mi Jimin.

— Gracias Kookie, voy a prepararte el desayuno -le susurré emocionado dándole un pequeño beso y me levanté de la cama levitando-.

Sorbí mi nariz revolviendo yo mismo mi propio cabello y sin decir nada más bajé a la cocina para empezar a prepararle el desayuno en el rato en que él se vestía con el traje de trabajo.

Aún era martes y aunque fuese el director de la empresa, no podía faltar a trabajar.

— Kookie... -le llamé suavemente al escucharle bajar las escaleras- ¿puedo ir contigo? -dejé que el desayuno se preparase con mis propios poderes y me senté en la mesa- me aburro mucho en casa cuando te vas, y así podría ayudarte con el papeleo, ¿puedo? -dije haciéndole ojitos de cachorro esperando a una respuesta positiva-.

— ¿Estás seguro? -preguntó algo dudoso a lo que yo asentí- allí solo estoy en mi despacho con Jin atendiendo llamadas, rellenando papeles y solicitudes. A lo mejor te aburres también...

— No te preocupes, Jin ya me conoce, ¿no? Además, el solo estar contigo es suficiente para no aburrirme -comenté divertido abrazándole por la espalda al estar sentado desayunando-.

— Está bien entonces, vente si quieres, pero ten cuidado de que no te vean muchas personas, sería raro que aparecieras por ahí después de haber...dimitido, supuestamente -murmuró mordiéndose el labio inferior-.

— Iré siendo invisible hasta llegar a tu despacho, nadie me verá ni entrar ni salir -besé su mejilla sonriendo agradecido por que me dejara ir con él-.

Estaba emocionado, aunque a decir verdad también sentía un cierto sentimiento de nerviosismo por volver a pisar aquella empresa, al menos, esperaba que todo fuera bien...


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Déjame Verte [KTH + JJK] (TH ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora