— Yo también te quiero Tae.
Formé una cuadrada sonrisa en mis labios al escuchar aquellas dulces palabras.
Habían pasado más de dos años desde la última vez que le escuché decírmelo y volver a escucharlo provocó una emoción indescriptible en mi interior.
Por fin volvía a tener a mi Jungkook conmigo.
Agarré su rostro con delicadeza, observando cada centímetro de aquellas preciosas facciones. Estaba tal y como lo recordaba, perfecto, porque así era mi Jungkook, perfecto.
Noté cómo al igual que hacía yo con él, él también estaba observando mi rostro y aquello consiguió sonsacarme una pequeña risa.
— Hyung, ¿quién es? -dijo una de las voces de los pequeños con los que hacía unos minutos estaba jugando-.
Sonreí limpiando mi rostro para deshacerme de las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos y mejillas de la felicidad que sentía en aquel instante. Acaricié la cabeza del pequeño cuando se agarró de mi pantalón y miré a Jungkook con una tierna sonrisa volviendo mi mirada al pequeño curioso.
— Es Jungkook, mi novio -reí enternecido al ver al crío sorprendido cubrirse la boca riendo divertido- ¿a que es guapo? -pellizqué suavemente su mejilla y sonreí enternecido al verle asentir y marcharse con los demás niños entre risas-.
Agarré la mano de Jungkook y tiré suavemente para que caminara conmigo hacia uno de los bancos que habían en el parque. Al sentarnos me acomodé pegado a él, apoyé mi cabeza en su hombro y pasé mis brazos alrededor de su torso para abrazarle con fuerza.
Nos quedamos un buen rato hablando, al fin y al cabo, teníamos demasiadas cosas que contarnos después de más de dos años separados.
Le conté sobre mi estancia en el mundo en el que ahora nos encontrábamos juntos, de cómo llegué, como me fui integrando, etc. En cambio notaba que no quería hablar mucho sobre cómo había estado, y aunque no hubiera comentado nada sobre el tema me hacía una idea de cómo lo había pasado después de mi repentina e inesperada despedida.
— Kookie, ven, quiero presentarte a alguien -me levanté agarrando sus manos para ayudarle a ponerse en pie-.
Empezamos a caminar tranquilamente, agarrados de las manos, por aquellos barrios perfectos, decorados con los llamativos colores de las flores de los arbustos que habían a lo largo de las calles.
Fui guiando aquel paseo hacia la casa de aquél buen hombre que cuidó de mí cuando llegué a aquel mundo.
Así es.
Nos dirigíamos a casa del padre de Jungkook.
— Es aquí... -agarré sus manos poniéndome frente a él con una pequeña sonrisa- Kook, vas a ver a alguien que ya conoces y él a tí, id con tranquilidad, no hay prisa, tenéis todo el tiempo que necesitéis para hablar~
Acaricié su mejilla dándole un tierno beso en sus labios antes de acercarme con él a la puerta y picar, esperando a que aquella puerta se abriera para presenciar aquel reencuentro.
— ¡Voy! -sonó detrás de la puerta sonsacándome una pequeña risa-.
No solté la mano de Jungkook en todo el tiempo que estuvimos esperando y una vez la puerta terminó de abrirse sonreí al presenciar cómo ambos se habían quedado estáticos y con sus bocas levemente abiertas.
— Ko- Jungkookie... -sonreí enternecido, acariciando el dorso de la mano de Jungkook al verle emocionado-.
— Papá -susurró Jungkook a mi lado antes de lanzarse a sus brazos, hundiéndose ambos en un fuerte abrazo-.
Me quedé al margen apreciando, lo mejor que podía, aquel precioso reencuentro.
Sabía lo mucho que Jungkook quería a su padre, y que el hecho de no haber podido despedirse de él cuando falleció de aquella forma tan repentina le hizo pasar una mala temporada. Así que aquel reencuentro llegó a emocionarme incluso a mí.
Estuvieron un buen rato abrazándose, mirándose de arriba a abajo entre pequeñas risas y caricias, hasta que nos propuso entrar a la casa y aproveché para acercarme a mi pareja y agarrar su mano sonriéndole enternecido al ver lo feliz que se veía.
— Gracias -negué quitándole importancia al escuchar a su padre agradecerme mientras revolvía mi cabello-.
Una vez dentro acabamos sentándonos los tres en el salón.
Nos ofreció té con pastas mientras empezamos a hablar, primero tuvimos conversaciones más amenas. Entre ambos conseguimos explicarle cómo funcionaba aquel mundo, sobretodo su duda de porqué volvía a estar vivo después de morir. Contestamos todas sus preguntas lo mejor que sabíamos hasta que pareció comprender mejor dónde se encontraba.
Durante las horas que estuvimos en la casa les vi a ambos tan contentos que me acabaron contagiando aquella felicidad, tenía a mi novio conmigo y su felicidad lo era todo para mí.
— Me alegra que al fin encontraras a alguien a quién amar Kookie -suspiró con una tierna sonrisa su padre dándole un par de suaves palmadas en el muslo a su hijo-.
— A pesar de las extrañas condiciones en las que fueron, yo también me alegro de haberle conocido, fue un rayo de luz en mi vida después de tu muerte, no puedo estar más agradecido con él...
— Que cursi eres -reí un tanto ruborizado ante sus palabras dándole un suave golpe en su brazo antes de que tirase de mí hasta acabar sentado en su regazo, con él abrazándome por la espalda-.
Su padre ya sabía de lo nuestro, le conté cómo había conocido a su hijo a los pocos días de llegar a ese mundo.
Él mismo llegó a deducir que entre nosotros había más que una relación de amistad, supuse que por cómo llegué a aquel lugar gritando el nombre de su hijo desesperadamente, sin contar la de veces que lloraba por él, así que no me hizo falta contarle mucho más, aunque a veces su curiosidad era un tanto incómoda al tratarse de su hijo.
Me quedé mirándole con una pequeña sonrisa, fijándome en la mirada orgullosa con la que miraba a su hijo mientras este iba dándome besos por el cuello sonsacándome algunas pequeñas risas.
Seguímos hablando durante un buen rato hasta que empezaron a levantarse para recoger los platos y las tacitas ya vacías de la pequeña merienda que habíamos tenido.
Jungkook antes de levantarse me susurró que le dejase un momento a solas con su padre y asentí de acuerdo quedándome en el salón para darles privacidad.
Estuvieron un buen rato en la cocina. De vez en cuando escuchaba algunas partes de la conversación, aunque no pretendía ser un cotilla.
Llegué a escuchar un suave sollozo por parte de Jungkook, así que me levanté preocupado por si podía ayudar a calmarle pero al tenerles a la vista y verles hundidos en un fuerte abrazo, sonreí enternecido apoyándome en el marco de la puerta mientras observaba aquella preciosa escena, viendo a mi novio aferrado a su padre, llorando de felicidad.
Después de prácticamente más de dos años, por fin volvía a ser feliz.
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Déjame Verte [KTH + JJK] (TH ver.)
FanfictionKim Taehyung es un chico de 19 años, independizado y trabajador en la empresa Jeon's Companies. Lleva una vida tranquila y simple, pero esta se verá afectada al morir reencarnado como fantasma. Además, un nuevo individuo, Jeon Jungkook comprará su c...