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Un rubio se encontraba jugando con un caballo de juguete que su esposo le había regalado para su cumpleaños, él sintió un piquete en su cuello, pero no le dio importancia seguía jugando estaba muy feliz y sabía que su lindo esposo también lo estaría.

—Yeonki muy pronto hyung sabrá de ti. —tocó su vientre.

Él escuchó la puerta y se levantó emocionado. Hoy era su aniversario y hoy le diría a su esposo sobre su embarazo por medio de un juego que había planeado desde hace unas semanas.

—Yoonnie. —corrió a abrazarlo, pero el otro lo empujó.

—Ahora no Jimin. —dijo serio.

—Hyung venga juguemos. —sonrió.

—¡Déjame! —grito. —¡Eres un maldito retrasado!

—Hyung. —se detuvo.

—Solo mirate ya tienes veinticuatro y te comportas como un maldito niño de cinco. —habló molesto.

—Yo. —dijo con lágrimas en los ojos.

—¿Qué es esta mierda? —pregunto mientras veía lo que el rubio había hecho.

El rubio no dijo nada solo vio como este tomaba todo y lo tiraba a la chimenea el cerro los ojos mientras lloraba.

—No entiendo por qué me casé contigo. —habló.

—Lo hizo porque me ama. —lo vio. —ama mi aroma, mi forma de ser, todo.

—Solo me das asco. —habló. —por eso tengo a alguien más.

—Que. —lo vio.

—Lo que oyes. —dijo. —tengo a alguien bonito y más maduro no como tú.

El rubio solo lo vio sintió como el pálido tomaba su mano y le quitaba ambos anillos el de compromiso y el de matrimonio y lo empujó.

—Quiero el divorcio. —lo vio mientras guardaba los anillos.

—Hyung. —susurro mientras más lágrimas salían de sus ojos.

Te quiero fuera de mi casa en menos de diez minutos. —habló el pálido con su voz de mando.

El rubio salió corriendo para empacar sus cosas mientras lloraba, él se dirigió al hotel de los Min se registró y se fue a la habitación se tiró a la cama y se puso a llorar. Él sintió un ardor en su hombro movió su camisa y la marca estaba muy roja lo que daba a entender que su lazo con el alfa cada vez se iba perdiendo, toco su vientre mientras lágrimas caían hacia sus mejillas maldijo el día en que se presentó como omega y más cuando se casó con aquel alfa que le juró amor y no cumplió. Él abrió los ojos y vio a una pelinegra junto con el que era su esposo el cual lo vio, él sabía todo y estaba en contra de lo que le había hecho al omega incluso se lo decía a su cuñado, pero hacía oídos sordos.

—Nam déjame hablar con Jimin. —habló sería. —además debes de ir a trabajar y trata de averiguar el por qué Jimin está aquí.

Lágrimas bajo la lluvia [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora