Lágrimas bajo la lluvia [Y.M] [✓]

4

Ambos estaban en el lugar viéndose, Jimin leía los papeles y los dejaba en la mesa mientras una sonrisa irónica se formaba.

—No voy a renunciar a mis acciones. —habló. —es más ahora mismo yo las manejo.

—No puedes hacer eso. —lo vio con enojo.

—Son mis acciones. —dijo. —y antes que digas algo solo las administras así que aquí acaba todo. —se levantó junto con su abogado.

—No puedes hacerme esto. —lo vio molesto.

—Si puedo. —se dio la vuelta. —ya está hecho tus padres firmaron el documento.

—¿Cómo pudiste? —lo vio.

—Mañana espero ver los nuevos papeles de divorcio. —habló serio. —sin trampas Min porque puedo poner una contrademanda.

Él vio como él salía con su abogado, se levantó y se dirigió a la empresa cuando llegó vio a sus padres hablando y al rubio ahí junto con unas personas más.

—¿Cómo pudieron hacerme esto? —los vio.

—Fue nuestra decisión. —habló su padre.

—Se supone que yo me encargaría de la empresa. —dijo.

—Si seguías conmigo. —hablo el rubio.

—Esto no es ético. —los vio el pálido.

—Lo dice el que se buscó un amante. —expresó el omega.

—¡No lo hubiera hecho si mi esposo no se comportará como un retrasado! —grito el pálido.

Eso fue suficiente para que el rubio le dejara ir una cachetada todos miraron la acción del omega el cual estaba con lágrimas en los ojos.

—Tú no sabes nada de lo que me tocó vivir. —habló. —tú tuviste el lujo de nacer de dos padres alfas.

—Eres tan dramático. —frunció su ceño.

—Me vi obligado a dejar mi niñez para comenzar mi entrenamiento. —habló dolido. —cada dobles perfecto en tus corbatas, cero arrugas en tus camisas, ser sumiso sin necesidad que ocupes tu voz de mando todo eso viví y para que ser llamado retrasado por la persona que me juro amor y se fue con el primer omega que le abrió las piernas.

El rubio solo eso dijo y se dio la vuelta se detuvo se giró y vio al pálido el cual no decía nada.

—Seguirás siendo el presidente. —habló. —sin embargo yo soy el CEO así que ve acostumbrándote.

Él miró como todos lo miraban él miró a sus padres los cuales también lo miraba con decepción.

—¿Por qué? —los vio. —soy su hijo y lo apoyaron a él.

—Yoongi tú mismo te lo buscaste. —dijo su padre. —te advertimos que con los Park no era de jugar.

—Él es un maldito omega. —habló. —no sabe más que planchar y jugar como un maldito niño.

—Cuando dejes de tener esos pensamientos hablamos. —dijo su padre.

Él salió de la empresa para seguir al omega de cabellos rubios al tenerlo cerca lo tomó del brazo con fuerza a lo cual el rubio se quejó.

—Ahora te comportas como hombre. —habló molesto.

—Yoongi suéltame. —dijo lo más calmado que podía estar

—Hace unas semanas eras un maldito niño y ahora crees que puedes manejar una empresa que yo he logrado sacar adelante. —dijo.

—Adelante. —lo vio. —los japoneses ya no quieren ningún trato con nosotros, mucho menos extranjeros.

El alfa empujó al rubio con fuerza el cual se golpeó con la puerta del auto él sintió algo en su vientre a lo cual llevó su mano.

—Eres un asqueroso omega y ojalá nadie se case contigo, eres un asco en todo, desde complacer hasta ser un buen esposo. —habló con odio.

El omega solo tocaba su vientre le dolía mucho sus ojos tenían lágrimas él abrió como pudo la puerta del auto y vio al pelinegro.

—Espero y seas feliz con tu nuevo omega. —habló. —sabes que yo nunca te desearé mal aunque tú me lo desees a mí.

Sin decir más se subió a su auto para irse, él llevó su mano a su parte baja y al verla vio sangre cerró los ojos mientras lloraba.

—Joven Park. —habló el hombre.

—Llévame a casa y háblale al doctor Jung. —cerró los ojos para calmarse.