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Cuatro años antes.

Un hermoso omega de veinte años miraba los trajes para su boda, estaba nervioso y a la vez feliz se iba a casar con el alfa que amaba y que además era su destinado. Su sonrisa creció al ver los trajes y el que más le había gustado, al escogerlo se lo probó se miraba hermoso llevó su mano a su cuello donde sabía que muy pronto iba a tener su marca de amor y su lazo para siempre.

—Estoy nervioso. —hablo mientras se miraba en el espejo.

—Te ves muy lindo cuñado. —dijo una voz femenina.

—Nonna. —sonrió. —¿Qué te parece? —pregunto sonrojado.

—Serás el omega más bonito. —respondió. —ahora hay que pagarlo y ver a mi hermano para lo del banquete.

El menor asintió y se fue a cambiar, al llegar al lugar corrió y abrazó a su futuro alfa y esposo, el alfa al verlo sonrió y le dio un corto beso.

—¿Cómo te fue? —pregunto mientras lo llenaba de besos.

—Muy bien hyung. —respondió con una sonrisa. —ya tengo mi traje.

—¿Y me dirás como es? —le sonrió.

—Nop. —negó. —solo debe esperar tres semanas más.

El alfa sonrió y lo volvió a besar transmitiendo todo el amor que sentía. Jimin se sentía feliz porque los dos eran simplemente perfectos.

—Fresas no por favor. —habló el alfa. —mi futuro omega es alérgico.

La mujer asintió y les mostró más platillos, ambos estaban encantados y felices, pues todo iba a ser perfecto aunque su boda iba a ser algo simple a pesar de los lujos que ambos poseían. Luego de ver todo lo de su boda ambos estaban en el hotel de la familia del alfa, por el momento ambos habían vivido ahí luego se mudaría a la casa que el alfa compró para ellos dos y sus futuros cachorros.

—Te tengo un regalo. —habló el alfa mientras le daba una pequeña caja.

—Hyung. —susurro.

El alfa puso encima de él al omega mientras le daba cortos besos en su mejilla, Jimin sonrió y sus ojos se iluminaron al ver un hermoso caballo de juguete. El rubio miró a su pareja y lo abrazo era un hermoso regalo para él pues al haber sido omega jugar no era una opción pues debía de ser un buen esposo, pero no quitaba que podían trabajar de lo que quisieran, pero lo primordial para un buen matrimonio era que tan buen omega era para su esposo.

—Me dijiste que nunca te habían dado un juguete por tu entrenamiento. —le acarició la mejilla. —es tuyo y de nuestro futuro cachorro claro si lo quieres tener.

—Gracias hyung. —lo abrazo. —por el regalo y si es con usted quiero tener muchos cachorros.

—Te amo mi pequeño omega. —le dio un corto beso en los labios.

—También yo mi lindo alfa. —lo abrazo.

Lágrimas bajo la lluvia [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora