-¿Y cómo te sientes?-
Ya en la sala, después de las requeridas explicaciones, Leaf volvía a preguntar por el estado de su compañero quien, alegre como pocas veces, respondía con ánimos hasta entonces desconocidos en su persona.
-Estoy hasta arriba de calmantes, no siento nada. Ahora díganme ¿Para qué son las maletas?-
-Ann se quedará con nosotros un tiempo.-
Contestó Arzenia abandonando la escena por un momento mientras que, en la sala, un particular presentimiento rondaba la habitación, provocando que, tanto André como Argyt, se sonrieran ante su compañero quien, al darse cuenta de las intenciones tras aquella expresión, con el rostro enrojecido negó todo lo que no había sido dicho.
-No es lo que ustedes piensan. Ann solo estará aquí hasta que su mamá vuelva del viaje-
-Que suerte tienen los feos- Resongaba entre dientes Argyt.
-Es verdad chicos...- Intervino la joven de rubios cabellos para apoyar a su apenado compañero. -Arzy y Leaf me invitaron para que no me sintiese sola, además, aún tenemos que resolver el problema de Dzibilchaltun.-
En ese momento retiró de su mochila cada libro que había recogido en su casa y, sin dar momento a réplica alguna, los repartió a todos los presentes en la sala.
-Vamos a encontrar ese templo aunque nos tome toda la noche.-
Las palabras de Ann probaron ser poco menos que una maldición para el equipo pues, con el pasar de la semana, las noches de desvelo se hicieron mucho más comunes. Aquel incansable esfuerzo no pasaría en vano sin rendir frutos, a pesar de no encontrar explicación alguna que sustentase la supuesta relación con Chichén Itzá durante el décimo siglo, al final de aquella semana, los jóvenes lograron localizar dos posibles ubicaciones para el siguiente santuario y con ellas, una nueva expedición a los territorios de un antiguo dominio bajo el nombre de Chiy Chan Ti Jo.
El sábado por la mañana, a las puertas de la hacienda, Leaf se aseguraba de tener todo lo necesario para salir lo antes posible. En esta ocasión Ann había sugerido llevar más equipaje de lo habitual, su mochila parecía a reventar con todo el peso extra que, respondía tal vez a un tortuoso escarmiento de las anteriores experiencias en Chichén Itzá y Uxmal.
El reloj marcaba las nueve y cuarto de mañana, todo parecía estar en orden para abordar el auto pero en el último instante, Argyt apareció abriendo la puerta de golpe.
-¡Espérenme chicos!-
Tras un corto silencio Leaf le respondió de manera simple y definitiva.
-Hoy no Argyt-
Era de esperarse que el joven no se lo tomase a bien, pero antes de que pudiese reprochar cualquier cosa, fue interceptado por Arzenia quien le tomó del cuello de la camisa frenando su avance.
-Estás herido, tienes un fragmento de piedra en el pecho. Lo único que vas a lograr con esto es matarte.-
-Puede que me necesiten, ustedes vieron lo qué pasó en Uxmal. Definitivamente necesitamos la seguridad de los números.-
A pesar de las amenazas de su compañera, Argyt se encontraba determinado en continuar con la travesía.
-No insistas...-
Con un aterrador semblante, la dama de fuego le daba una última advertencia cuando fue desplazada por André, quien muy a su manera trataba de calmar los ánimos con una nueva propuesta.
-Oigan chicos ¿Y por qué no mejor van ustedes tres? Yo puedo quedarme con Argyt para hacerle compañía. Además puedo arreglar eso de lo que ya habíamos hablado Leaf.-
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Los ojos del jaguar.
AdventureTras la muerte de sus padres, Leaf Connor, un joven de 19 años se ve obligado a rehacer su vida en Yucatán, un mítico paraje al sureste de México, alguna vez conocido como Mayab. Poco habría de imaginar que aquel viaje de vuelta a su tierra natal...