Personaje: Thranduil
Canción: sleeping sun/NightwishPor el sendero serpenteante entre los viejos arboles,cuyos troncos se retorcieron en caprichosas formas cubiertas de liquenes,el rey elfo caminaba solitario arrastrando aquella bata roja, como los vinos que tanto disfrutaba. El profundo silencio del bosque no era interrumpido por sus ligeros pasos y los árboles alzaban sus endurecidas ramas a los cielos, intentando darle luz al monarca,que escapo de su palacio y sirvientes para buscar vestigios de la más preciosa estrella de la que él,tuviera memoria a ver visto;su difunta esposa por la tragedia arrancada de su diestra.
El bosque,el bosque oscuro,
enfermo y decadente como su corazón bajo las prendas que envestia tan gallardo, tan soberbio y frío,pero que no era más que una coraza estéril para resguardar su tristeza y temor ¿Podría alguien comprender esa desolación? Se detuvo al ser alcanzado por un mortecino haz de luz,que audaz se deslizo entre las hojas y entretejidas ramas,para ir a caer sobre su rostro como un beso tenue,arrancado de sus vastas memorias de inmortal.Los hombres los llamaban inmortales, pero él,el rey Thranduil,despreciaba ese concepto,pues no era ajeno al dolor de la muerte y vivía penando por ella en solitario.
Con un movimiento elegante,
como el de un ciervo,levanto sus ojos al diminuto hueco entre el follaje,por el que podía ver una porción se cielo estrellado y se colaba el aire no saturado de la magia entre los arboles.Respiró profundo para sentir la caricia de la cuota de frescor obsequiada y cerró los ojos para sentir la luz de su estrella amada,la por siempre perdida y tan dolorosamente extrañada.Sintió sus manos sobre su pecho,sus brazos rodeando su torso y el cálido aliento de la reina en su oído,pero lejos de sosegarlo lo angustio. Abrió los ojos en un sollozo desesperado y se vio envuelto por brazos pálidos que lo hundían en el suelo del bosque.Un suelo cubierto de hojas de otoño que lo devoraba y del que no podía escapar,pues quedo estatico con un brazo estirado hacia el cielo,hacia ese agujero entre las hojas que se cerraba sumiendo al bosque en ese aire sofocante y oscuro,tan difícil de respirar.
No lucho más,sucumbia a la asfixia cuando la luz volvió,
ahora entrando con más fuerza y mostrandole hojas verdes salpicadas de rocío,agitadas por el viento. Parpadeo varias veces hasta que una voz clara y el rostro joven de un elfo,
aparecieron ante sus ojos.-¿Legolas?-dijo como saliendo de un sueño y el jóven le sonrió con cierto alivio.
Thranduil se incorporo del mar de hojas en que se había dormido y al levantarse,
arrastrando su manto, agitó las botellas de vino y la copa que lo acompañaron la tarde previa. Todavía estaban sujetas a él,las hebras de ese sueño,quizá por eso atrapo a su hijo entre sus brazos y soltó una declaración que no volvería a repetir:-No quiero que mueran.No quiero ver a mi pueblo y a ti, morir también.