Canción: la playa.
Personajes: Milk y Goku.No envidiaba a Bulma o tal vez si. No pensaba en esas cosas.
Bueno la verdad es que prefería no hacerlo, aunque en ocasiones era inevitable. Esa mujer tenía mucho de lo que ella anhelaba y no,no era lo material,aunque eso también contaba,era esa otra cosa. Algo que con lo que ella,de niña,fantaseo bastante y que Bulma tenía y eso eran las contadas,pero genuinas muestras de amor del que era su hombre.A veces los miraba,con discreción,pero lo hacia y los veía sentarse juntos,un momento al menos,durante las fiestas. Sabia que él,se tomaba la molestia de acompañarla a eventos importantes,de salir de vez en cuando con ella.Eran cosas pequeñas que hace mucho se había resignado a no tener. Y es que había llegado a entender que su matrimonio,su familia y su relación con Goku eran sólo sostenidos por ella y que esto le resto demasiadas cosas. No era una mujer enamorada,era una mujer responsable que se aferraba a lograr que sus hijos,no fueran como su padre. A ratos lo odiaba un poco, bastante.
Pero no era un odio malvado. Aunque que se hubiera propuesto hacer tal cosa, no lo hubiera conseguido.
Esa soleada tarde,a bordo del crucero, en otra de tantas celebraciones que organizaba Bulma,Milk miraba a lo lejos a Goku. Tenía la boca sucia con lo que estaba comiendo y peleandole al dios de la destrucción. Se levantó tensa,con los puños apretados y camino hacia él,para poner un alto a ese vergonzoso comportamiento. Sus ojos negros estaban fijos en aquel hombre y de su boca apretada,estaba por salir una de esas exclamaciones, que se hicieron parte de su vocabulario cotidiano,sin embargo, a cada paso que daba ese enojo se iba desintegrando.
Con el rostro sucio y peleándose por un plato de pasta,su marido adquiría o recuperaba ese candor infantil de aquella primera vez que lo vio. Eran sólo unos niños,en ese entonces, y la verdad es que ninguno entendía la envergadura,de aquella promesa ilusa,que tanto trabajo y esfuerzo le acarreo encima a ella más que a él. No todo era malo,no era como imagino,
pero malo no era y pese a tantas cosas,a su manera,era feliz. Podía ser sólo la resignación del cansancio o la aceptación o que,aun después de todos esos años,esa sonrisa despreocupada y actitud medio infantil, de su marido seguían provocandole la misma sensación de aquel tiempo inocente.Al fin,cuando llego junto a él,le dio uno de esos reproches suaves,esos que parecen destinados más aun hijo que aun cónyuge,pero él,no era su hijo claro esta,sucedía que simplemente,le era muy fácil remontarse a esos años frescos, vitales y agradables,en presencia de él. Como si el tiempo fuera más lento y cargado de la felicidad candida;que esa otra no podría jamás tener. Con todo y los pesares,Milk lo escogería una y otra vez,sin corregir una sola de sus acciones.
Nota:tal vez no es lo que esperabas,pero asi vino a mi.