Personaje: Bills.
Canción: Be Italian/Fergie (una de mis favoritas y es un autoreto)¡Maldito infeliz! ¡bastardo
pretencioso! ¡cretino! ¡desvergonzado! ¡hijo de su puta madre! Y hubiera podido seguir insultandolo por días ¡alimentando mi ira! ¿quien se creía que era para venir a engañarme a mí? ¡a mí que lo amo con devoción! ¡con locura!Mis amigas me decían que me vengara de ella,pero ¿Por qué de ella? Esa mujer no me debía nada a mi ¡él sí! Y por más que lo amara no se lo iba a perdonar ¡jamás!
Bills era uno de los matones del líder de la mafia que gobernaba la región. Nos conocimos hace un par de años y sosteniamos una relación. Todos lo sabían,pero eso no era lo importante. Quería desquitarme de él y se me ocurrió pedir trabajo en el cabaret, como bailarina. Conseguí el empleo una semana antes de que el llamado Daishinkan fuera a ese lugar. Vaya alias el que tenía el líder de la mafia.
Ese hombre me gustaba. Era viejo, tendría unos setenta años aunque parecía mucho más joven. Lo vi varias veces y aunque pude alcanzarlo,nunca hice un intento por hacer tal cosa,pues como dije sólo me gustaba. Solía ir a ese cabaret por cosas de negocios,según se sabia y yo contaba con que asistiera,pues donde él iba,Bills iba también. Era uno de sus hombres de escolta,cuando no estaba haciendo el trabajo sucio.
Las chicas habían preparado una coreografía bien elaborada. La vestimenta era lencería de corte gótico,en tonos rojo y negro,todas iguales a excepción de la primera bailarina que iba de encajes negros y blancos. Era la favorita de Daishinkan y se vestía según los gustos de él. Casualmente esa noche no llego al cabaret y envío a decir que estaba muy enferma. Más le valia no presentarse.
Tomar su lugar fue bastante fácil, ninguna se atrevió,pues si el baile no era del agrado de Daishinkan,era un tiro en la cabeza lo que terminaría la función. Una vez me puse ese atuendo,solté mi cabello como todas las demás y una vez las pesadas cortinas de abrieron,salí a la cabeza del grupo arrastrando la silla plegable, al compás de esa música enbriagante. Ver la cara que puso Bills,al verme sobre la tarima,me dio el triunfo de inmediato. Los ojos le quedaron redondos como ruedas y sus brazos cruzados se aflojaron. Pero mi atención la puse en otro,aun cuando le tuve que "cantar" a todo el grupo que acompañaba a Daishinkan.
Las otras quedaron arriba mientras, yo descendía por esa escalinata para plantar mi silla frente al líder de la mafia.
"...If you want to make a woman happy,
You lie on what you're born with,
Because it is in your blood"Bills me miraba furioso. Casi podía palpar su ira y mientras yo bailaba sensual,para el objeto de mi atención, más furioso de suponía y yo más, más provocaba a mi cautiva audiencia. De Daishinkan era difícil saber que sentía,pues con esa sonrisa gentil y distante,disimulaba prácticamente todo,aunque la fina capa de sudor en su amplia frente y el cambio de postura en sus piernas,dijo bastante esa vez.
Ninguno permanecería indiferente a mi lado de puta,que hasta ese entonces sólo él había visto y he ahí donde más ebullian sus celos.
Cuando tomamos los panderos que agitamos como la cola de una serpiente de cascabel, y esa danza se volvió más frenética y audaz,como es el frenesí antes de alcanzar el climax, mire de reojo a Bills. Las venas de su frente estaban a punto de estallar. Bueno después de estallar,pero guardaba la compostura y yo quería que la perdiera ¡como yo la perdí cuando lo vi en la cama con otra! Así que aunque me costara lo que me costara,los últimos versos de esa canción los dije sobre las piernas de Daishinkan,envolviendo su rostro con mis manos para casi hundirle la faz en mi pecho.
Hey!
Be a singer be a lover
Pick the flower now before the chance is past.
Be Italian
Be Italian
Live today as if it may become your last!Un disparo desato los gritos de las otras bailarinas y la sangre de Daishinkan salpicó mi rostro. Su cabeza colgaba sobre el respaldo de la silla,mientras otros dos disparos auyentaron a la audiencia. No tuve tiempo de reponerme de todo eso. Con violencia me aparto del cadáver para poner esa pistola en mi cabeza.
-Eres una...-exclamo entre dientes.
-Dispara.
-¿Crees que no lo haría?-inquirió rodeando mi cintura con su brazo, para apretarme contra él.
Fue gracias a esa acción que sintió el filo del escalpelo,que escondí en mi escaso atuendo,en su abdomen.
-Sólo variaba las cosas-me dijo con esa maldita sonrisa picaresca.
-Lo mismo digo-le respondí.
La policía llegaba al edificio,oíamos sus sirenas.
-¿Bailamos? -le pregunte.
Y bailamos,pero en otro lugar.