17._Ayúdame

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Canción: Animal i have become/Days Grace.
Personaje:Zamasu.

Corrió bajo la lluvia hasta que sus piernas simplemente no fueron capaces de llevarlo más lejos. Terminó de bruces sobre el barro,con los puños apretados a la altura de la cabeza,los que luego azotó contra el suelo con una rabia tremenda. Medio incorporo su torso y cabeza,para mirar el fango bajo él,cual si viera la más repugnante escoria. Se arrodilló allí,mirando al cielo. La lluvia le limpio el rostro y un relámpago lo iluminó,en su caída sobre un árbol cercano, que se partió en dos. Un trozo del árbol se incendio y el otro cayó aun lado. Zamasu ni siquiera se sobresalto con ese impacto,lo único que hizo fue llevarse las manos al rostro volviendo a ensuciarlo con lodo.

El olor de la sangre aun podía sentirse en sus falanges. Miró al frente,donde había un viejo cobertizo,en cuyas ventanas vio su nuevo reflejo. Ese hombre de cabello negro,ojos oscuros y piel trigueña no era él,pero desde hace un tiempo estaba en el interior de ese cuerpo que lo hacia sentir una rabia inconmensurable. Siempre estaba furioso,sin calma;
inquieto. Nada lo complacía,todo le era insignificante y molesto,al punto de que sólo quería acabar con todo. Lo de la asamblea del pueblo no sólo le dio una breve calma,también lo complació llenándolo de terror.

Se abrazo así mismo,como intentando contener algo en su interior.Apretó los dientes sobre su labio inferior,hasta que estos se hundieron en su carne. Ese sabor metálico inundo su lengua y la sangre escurrió por su barbilla. Su aliento podía verse delante de su rostro,como un velo gris a través del que pudo distinguir una sombra acercándose hacia él.

-¡Zamasu!-lo llamoy la voz cansina y gastada de aquel anciano,que llevaba puesto un impermeable negro.

-¡Aléjate!-le advirtió Zamasu,
tratando de permanecer erguido.

-Zamasu,no huyas más y déjame ayudarte-le imploryo aquel hombre.

-¿Ayudarme?-repitió en voz baja y cayó sobre sus rodillas otra vez.

Las imagines de lo que sucedió en la asamblea del pueblo,se deslizaron ante su vista en un cortometraje en cámara lenta. Las voces,de las mujeres y los niños,que gritaban de terror se volvieron un eco infinito en su oído,mientras todo se iba cubriendo de un velo rojo. Podía sentir la espada entre sus manos y como esta atravesaba la carne,el cartílago y el hueso para desmembrar o herir a esa muchedumbre infecta.

-Zamasu,ven conmigo hijo y enfrenta lo que has hecho. Serán más indulgentes si les cuentas todo.

-¿Todo?-repitió para luego reír-Dirán que estoy loco y es que de que otra manera
...Podría...-no dijo más y soltó una risa hueca,burlona y cruel.

El anciano se fue acercando con cautela,como lo haces ante una fiera salvaje,procurando no hacer un movimiento brusco que pudiera alterar a ese muchacho, que se debatía como un autentico lunático. Su mirada realmente daba miedo y esa sonrisa de sarcasmo,
completaban la imagen de la demencia,su cuerpo contorcionado de forma incómoda, lo hacían ver como un monstruo. De súbito logró arrodillarse con las manos en la cabeza, así se fue poniendo de pie y al mirar al anciano le dijo,con tono suplicante:

-Ayúdame...

Por un momento la cordura pareció volver a Zamasu,por lo que el anciano se aproximo sin cuidado y con una sonrisa gentil.

-Por supuesto que te voy a ayudar, Zamasu...

-Tú no,anciano-exclamo aquel sujeto, mirándolo a través de los dedos,con los que se cubría la cara-¡Él!

Al pronunciar ese monolosilabo, Zamasu apunto su reflejo en el cristal de la ventana del cobertizo y después,apuñalo al anciano con una daga que escondía en el bolsillo.

Emisora Ruleta Rusa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora