1. lynn anderson ✰︎ marauders era

𝖝𝖛𝖎𝖎𝖎. surprises

dieciocho
↯✰ “sorpresas” ❜ೃ

Un rato más tarde, era hora de juntarse con sus mejores amigas: Dora, Dorcas y Mary. Le emocionaba mucho, cada año era tradición ir a las cocinas a pasar el rato, aunque Lynn ese día no tenía hambre, había quedado llena con lo que comió en el picnic, pero haría un esfuerzo.

Los merodeadores habían insistido en ir a dejarla, ya que podían hacerle algo malo. Como si esas cosas pasarán, pensó. Además habían pasado primero a la Sala Común de Ravenclaw a dejar sus regalos.

—¡Y le dije que salía con otras dos chicas y se largó a llorar! —les contaba Sirius, de lo sucedido un día antes con una niña de cuarto.

—Ella se lo busco, canu, tú siempre les hablas con la verdad —lo apoyó James, y Peter asintió.

—Pobres chicas —dijo Lynn, encogiéndose de hombros—, pero James tiene razón, siempre saben a lo que van.

—Es que soy inevitable —finaliza de nuevo el de ojos grises, dándose aires de superioridad. Los dos chicos se rieron y Remus junto con la rubia pusieron los ojos en blanco.

Cuando iban bajando al piso del destino de la rubia, pasó un chico Hufflepuff, llamado Kylie Davies, capitán del equipo de Quidditch de los tejones, sexto año, alto, castaño y con la luz rubio, ojos verdes, gran cuerpo, inteligente, codiciado: perfecto, según palabras de Amaya y Teresa. Venía solo, para sorpresa de Lynn, ya que siempre se encontraba acompañado de chicas que querían salir con el y que él ignoraba, o con chicos que eran sus amigos, que eran los demás del equipo.

—¡Hola, Lynn! ¡Feliz cumpleaños! —la saludó, yendo a abrazarla. Se sorprendió mucho, pero le regresó el gesto, era de mala educación no hacerlo. Tres de cuatro chicos lo miraron mal, y aún más James y Sirius, que parecía que si las miradas mataran, el estaría enterrado ya.

—Muchas gracias, Kylie —respondió la rubia sonriendole.

—¿Podemos hablar a solas? —preguntó como si nada, y aunque ella dudó, terminó aceptando.

—¿Y tú qué eres de ella? —cuestionó rápidamente Sirius, antes de que ellos se fueran. Kylie frunció el entrecejo y se cruzó de brazos.

—¿Algún problema, Black? —ellos no se caían mal, solamente solía haber rivalidad por el Quidditch, pero nunca nada más.

—Ella iba a juntarse con sus amigas, tiene que estar ahí en quince minutos —habló ahora James, imitando a Kylie.

—Yo la llevó, quince minutos están perfectos para platicar con ella —se encogió de hombros, restandole importancia. De todas maneras los dos chicos estaban enojados, se les notaba y el Hufflepuff lo sabía. La agarró de las manos y empezaron a caminar hacía las cocinas, pero no entraron, solamente se quedaron ahí cerca.