𝖝𝖝𝖎𝖎. the true love

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veintidós
↯✰ “el amor verdadero” ❜ೃ

veintidós↯✰ “el amor verdadero” ❜ೃ

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—¿Por qué rayos me estás pidiendo que me ponga perfume y me arregle? —preguntó Thomas frunciendo el entrecejo, sin entender la orden de su casi hermana.

—¡Porque si, Tom! ¿No puedes hacerme caso solo esta vez?

El achinó los ojos, y pensó. Ella le sonrió, esperando que fuera suficiente para que el chico se arreglará. Lynn había invitado a sus amigas a su casa por primera vez (esto para Dorcas y Mary), y obviamente esperaba que su amigo diera buena primera impresión. Al final el castaño asintió resignado. Se alejó para irse a arreglar, supuso ella, y bajó al primer piso para esperar a sus amigas, que según el reloj no debían tardar. Dora se había citado con ellas en un punto conocido, y de ahí llegarían a la casa de la rubia, aunque irían con mucho cuidado debido a la situación de Lord Voldemort. Su mamá había hecho galletas, y en ese momento estaba sacándolas del horno. La rubia había insistido en que no había necesidad, ya que había tenido turno de noche el día anterior y seguro moría de sueño, pero a ella no le importó y las hizo.

Tocaron la puerta y Lynn se emocionó así fue fue corriendo a abrirles. Al llegar, vio a sus tres mejores amigas del otro lado y se abrazaron entre todas. 

—Las extrañe mucho —dijo la chica, haciéndolas pasar a todas a la sala—. Era hora de que conocieran mi casa.

—Es muy linda —sonrió Mary. Después su mamá salió de la cocina con las galletas.

—¡Hola, chiquillas! Les hice galletas.

Se las dejó en la mesita en el centro de los sofás, y ellas le agradecieron. También les dijo que iría a dormir, así que se retiro rápido.

—¡Estamos solas! —exclamó Dorcas riendo, pero la rubia negó.

—Está Thomas aquí —sonrió de lado, pegandole en las costillas. Ya le había contado que el castaño tenía interés por ella, pero Dorcas decía constantemente que no le interesaba, pero era obvio porque no lo conocía, ya que era muy guapo, la rubia no podía negarlo.

—Al fin podrás conocer al amor de tu vida —bromeó Mary riendo. Dora y Lynn le dieron la razón y la chica de ojos azules puso los ojos en blanco.

—Ya les he dicho que...

El comentario de la castaña fue interrumpido por Thomas bajando las escaleras. Ambos se miraron fijamente, y nadie dijo nada por un par de segundos. Las tres amigas se miraron entre ellas, preguntándose porque ninguno decía nada, pero con más miradas decidieron que era mejor estar calladas.

—¡WOW! Lynn, rayos mujer, no me dijiste que vendrían tus amigas —rompió el silencio el castaño, bajando las escaleras sin poder ocultar la sonrisa que tenía en su rostro.

1.   lynn anderson   ✰︎   marauders eraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora