ii. diagon alley

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capitulo dos
"callejón diagon"

Lynn no sabía todavía qué pensar, le resultaba casi imposible creer que era una bruja

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Lynn no sabía todavía qué pensar, le resultaba casi imposible creer que era una bruja. Una semana antes había ido a su casa un hombre llamado Albus Dumbledore, que le dijo a la rubia que era una bruja y que tenía una plaza en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Aunque resultó un poco shockeante, entendió que él no mentía. Dentro de su razón, decía que era una broma o un mal sueño; pero este señor resultó convincente y no podía ser un sueño. Despertó a la mañana siguiente pensando que había sido una pesadilla, pero su madre le dijo que no y que todo era real.

Despertó un sábado, lista para ir al supuesto callejón Diagon; donde según dijo el profesor Dumbledore, conseguiría sus libros y útiles necesarios para su primer año. Estaba emocionada por saber que por primera vez vería magia verdadera; pero le aterraba porque sabía que en el colegio no vería a su madre, y lo último que quería era separarse de ella; pero su madre quería que fuera. Aunque implicará abandonarla.

Se vistió como solía hacerlo, pero más alegre, que no era usual. Al bajar de su habitación, su mamá ya estaba arreglada para ir. Desayunarían allá. Su mamá llevaba en su bolsa dinero, que después cambiaría en "Gringotts".

—¿Emocionada, hija? —preguntó Marlene a su hija, incluso más emocionada que su esta misma.

—Sí —contestó, con la mirada gacha y jugando con sus dedos. Su madre asintió y agarró de la mano a su hija para sacarla de su casa. Aunque Lynn tardó en reaccionar porque estaba nerviosa.

Salieron de la casa, directo al callejón Diagon. Esté se encuentra detrás del Caldero Chorreante, un pub londinense situado en la calle Charing Cross Road. Pero Lynn tenía muchas más cosas en la mente: Una era que, como iría a Hogwarts, ya no tendría que ir a la misma secundaria que Vernon y probablemente no lo vería más; otra era sobre el chico que la había detenido la semana pasada; también seguía sin creerse que era bruja, en su mente alberga la duda sobre sí será buena, tal vez sería un asco; también el dejar a su madre, no quería hacerlo, la quería demasiado como para dejarla, pero también tenía en cuenta de que no tenía amigas y a ellas no las extrañaría; y muchas otras que no eran tan importantes.

Ya en Londres, subieron por una escalera mecánica estropeada que los condujo a una calle llena de tiendas. Pasaron ante librerías y tiendas de música, ante hamburgueserías y cines, pero en ningún lado parecía que vendieran varitas mágicas. Era una calle normal, llena de gente normal. ¿De verdad había magos debajo de ellos o a sus lados? ¿Había allí realmente tiendas que vendían libros de hechizos y escobas? Marlene se detuvo de pronto. Ella había estado leyendo los nombres de los locales y al parecer habían llegado al lugar.

—Es aquí —dijo la madre de Lynn—. El Caldero Chorreante.

Era un bar diminuto y de aspecto mugriento. Sí su madre no se hubiera detenido, no lo habría visto. La gente, que pasaba apresurada, ni la miraba. Sus ojos iban de la gran librería, a un lado, a la tienda de música, al otro, como si no pudieran ver el Caldero Chorreante.

1.   lynn anderson   ✰︎   marauders eraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora