Dios hizo al hombre
para estar con la mujer
El olor a naranja siempre me recuerda a los funerales.Ese es el olor que me despierta en la mañana de mi evaluación. Miro el reloj de la mesa de luz, son las seis de la mañana. Muy temprano.
La luz es gris, pero los rayos del sol se van insinuando en las paredes del cuarto que comparto con los dos hijos de mi prima Sunmi. JeonIn, el mas pequeño, esta acurrucado encima de su camita, ya vestido, y me mira. Tiene una naranja entera en la mano. Intenta darle un mordisco, como si fuera una manzana, con sus dientitos de niño.
Se me revuelve el estómago y tengo que cerrar los ojos otra vez para no recordar aquel traje prendido hasta el último botón en el funeral de mi madre; para no recordar los murmullos, o esa mano ruda y grande que me pasaba una naranja tras otra para que estuviera tranquilo. En el funeral me comí cuatro, gajo a gajo, y cuando ya solo quedaban las cascaras en el regazo, empecé a chuparlas. El sabor amargo de la parte blanca me ayudaba a contener las lágrimas.
Abro los ojos y JeonIn se inclina hacia adelante, con el brazo extendido y la naranja en la mano.
– No, JeonIn –Digo mientras aparto las sabanas de mi cuerpo y me pongo de pie. Mi estómago da un vuelto creando un malestar tolerante. Levanto los brazos, estirando lo más que puedo los adormecidos músculos. - Y la cascara no se come, ¿Eh? – le sonrió, mucho más tranquilo.
El me sigue mirando, parpadeando con sus grandes ojos grises, sin decir nada. Yo suspiro y me siento junto a él.
– Trae –le digo, y le muestro como pelar la fruta con las manos, dejando caer los brillantes tirabuzones naranjas en su regazo mientras trato de contener el aliento para que no me llegue el olor.
El me mira en silencio. Cuando termino, toma la fruta con las dos manos, como si fuera una bola de cristal y temiera romperla.
Le doy un golpecito con el codo.
– Anda, come –le aliento.
Él se limita a mirar la fruta fijamente, así que empiezo a separarle los gajos, uno por uno.
– ¿Sabes qué? –le susurro lo más bajito que puedo –Los demás serian más amables contigo si les hablara de vez en cuando.
No contesta. Tampoco es que yo esperara que lo hiciera. La tía Hee-Sook no lo escucho decir ni una palabra en los seis años y tres meses que tiene el niño; ni una sola silaba. Hee-Sook cree que le pasa algo en el cerebro, pero por el momento los médicos no le encontraron nada.
"Es totalmente tonto"; comento con toda la naturalidad el otro día, mientras miraba a JeonIn. El niño le daba vueltas en las manos a un bloque de madera pintada como si fuera algo bello y prodigioso, como si esperara que de repente se convirtiera en otra cosa.
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DELIRIUM | TAEKOOK
Historical Fiction"¿Estás seguro de que ser como todo el mundo te va hacer feliz?" "No conozco otro modo" Jungkook solo hace lo que le dicen, nunca a desobedecido y a sido rebelde. Sabe que si mete la pata en donde no debe cosas malas pasaran. Aún así, con cada adv...