4

259 29 5
                                    

"¿coincidencia o destino?"

Esa noche vuelvo a tener el mismo sueño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esa noche vuelvo a tener el mismo sueño.

Me encuentro al borde de un acantilado blanco de arena. El terreno es inestable. El saliente sobre el que estoy comienza a desmoronarse, se desprende cada vez más pesados que van cayendo a miles de metros por debajo de mi, hasta el océano que rompe y golpea con tal fuerza que parece un enorme piso espumoso, lleno de crestas blancas y oleadas de agua. Me da pánico la idea de caerme, pero por algún motivo no puedo moverme ni alejarme del borde del precipicio, incluso cuando siento que el suelo se desliza debajo de mi. Voy a caer en cualquier momento.
Y justo antes de saber que no tengo nada más que aire bajo los pies, las olas baten allá abajo se detienen y se abren por un momento, y veo el rostro de mi madre, pálido, hinchado, con manchas azules, flotando bajo la superficie. Sus ojos están abiertos, y sus labios separados como si estuviera gritando. Tiene los brazos extendidos a los costados, y se mueve con la corriente como si esperara para abrazarme. . .

Ahí es cuando despierto.

La almohada está mojada y la garganta me pica. Estuve llorando en sueños, otra vez. Giro su cabeza con la respiración agitada al sentir una parte del colchón hundida. Es JeongIn. De alguna manera el pequeño percibe.

Aparto los mechones que caían de manera suave en el rostro del bebé y le doy un beso en la frente. Me duele pensar que no veré más a JeongIn después de la operación. Nuestros secretos nos han unido. Él es el único que sabe de la frialdad, ese sentimiento, un sentimiento negro y vacío que me quita el aliento y me deja jadeando como si me acabaran de tirar al agua helada. En noche así aunque esté mal y es ilegal, pienso en aquellas palabras extrañas y terribles: "Te amo", y me preguntó qué sabor tendrían en mi boca, intento recordar su ritmo cadencioso en la voz de mi madre.

Vuelvo mi mirada hacia a JeongIn, sintiendo pena y vergüenza, pena por JeongIn y vergüenza de mi mismo por no poder hacer nada. Ni siquiera puedo mover un dedo ante nada

"Jungkook, haz esto. Jungkook haz lo otro. Jungkook no hagas eso"

Si no existiera una fibra de temor en mi interior, de seguro habría agarrado un bolso, haría una carta de despedida, alzaría a JeongIn y atravesaría la frontera. No tengo ni la menor idea de como idearmelas, pero de qué lo haría, lo haría.

Dejo salir un suspiro pesado. Arropó bien al pequeño mientras abrazo la pequeña anatomía.
Llámenme loco, pero prefiero mil veces que JeongIn sea operado a que siga sufriendo.

"Lo siento JeongIn"

(. . .)

Ya se hizo pública la versión oficial del incidente en los laboratorios. Hee-Sook mantiene bajo el volumen de nuestro pequeño televisor mientras prepara el desayuno, y el murmullo de los conductos casi me hace dormirme de nuevo en la alfombra

DELIRIUM | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora