Capítulo 15.

186 28 6
                                    

[Una oportunidad.]

Juliana.

Camila me estaba besando con tanta fuerza, que realmente parecía que me iba a terminar por reventar los labios y resquebrajar mis dientes de una forma demasiado cruel como para poder soportarla tan estoicamente. Las piernas me flaquearon en el mismo momento en que esas manos blancas tomaron mi quijada y la guiaron en un beso aún más profundo que apenas me logró devolverme al estado de latencia pura.

—Yo te quiero. — Repitió entre besos. — Te quiero, Juliana. — Esta vez, sus besos se transportaron directamente a mi cuello, salpicando cada lugar que podía alcanzar. — Te quiero para mí, no quiero verte cerca de Natalia.

—Es... es... es mi amiga. — Defendí raudamente a la única persona que en ese momento me hacía sentir en confianza. — Yo... ella... ella me hace sentir segura. — Confesé.

Los ojos de Camila buscaron los míos con desesperación, como si esa pequeña confesión hubiese sido demasiado como para dejarla pasar por alto. Algo en el dorado de sus ojos me decía que estaba dolida, que estaba desesperada y que deseaba con todas sus fuerzas dejar de sentirlo.

A mi también me dolió, me ardía porque no podía defenderla de eso que la estaba agobiando sin poner sobre mi cabeza una sentencia de muerte. Por un momento me planteé la idea de ser yo la causante de ese dolor, siendo ingenua al creer en sus palabras y luego recordé, que era imposible de que ella me quisiera de alguna forma, entonces desistí, solo bajé la cabeza y esperé a que dejara de mirarme de esa forma tan intensa para volver a alzar la mirada.

—Mírame, por favor. — Suplicó bajo, vulnerable. — Necesito que me mires para que puedas creer en todo lo que tengo para decirte.

Negué con fuerza. — No... no tienes que explicarme nada. — Susurré con miedo, después de todo, yo no era merecedora de sus palabras. — No es necesario.

—¿Me quieres? — Preguntó de la nada, dejándome en esa especie de limbo aturdido. — Juliana, tu me dijiste que estaba enamorada de mí. — Esa aseveración hizo revivir mis mejillas. — Estás dolida por haberme visto besándome con Daniel. — Y cuando sentí que no podía estar más roja, entonces ella decía eso. — Estás enojada conmigo desde ese día y sé que no es solamente por lo de esos carteles. — Las suaves manos abordaron una vez más mi mandíbula, tentando a besarme una vez más. — Todo me dice que te importo, que sientes algo por mí; pero luego te veo con Natalia y toda esa seguridad se va al demonio. — Podía sentir que, en ese momento, algo dentro de mi se rompería. — Por eso, necesito que me digas que me quieres, que es verdad que estás enamorada y que me sigues queriendo a mi y no ella.

Definitivamente algo estaba roto, porque esa suplica que debía causarme tanta felicidad, es este momento estaba causando que mi corazón temblara con el miedo voraz de transmitir esa respuesta en voz alta, dando paso a que una vez más me rompieran el corazón. Esa era la verdad, estaba tan aterrada de la capacidad que tenía Camila Esguerra de romperme el corazón, que ni siquiera podía hablar.

—Prefiero que me golpeen. — Susurré un poco temerosa.

—¿De qué hablas?

Di un paso hacia atrás, casi encaramándome en el escritorio. — Prefiero que me golpeen a volver a sentir eso en el centro de mi pecho una vez más. — Confesé mientras retorcía la mano en el centro de mi blusa. — No quiero sentir que el fuego migra de mi pecho y quema mi garganta. — Sollocé sinceramente abatida. — No quiero sentir que mis ojos no se pueden apartar de ti, implorando de alguna que me mires, aunque sea un segundo, que no lo mires a él. — Me sentía idiota solamente por estar dejando salir esas palabras tan vulnerable. — No quiero sentir que me das esperanzas para luego romperlas, porque eso duele más que los golpes que recibí todos estos años. — Poco a poco nuestros cuerpos se deslizaron por el borde del escritorio hasta estar acurrucadas en el piso, ambas con la mano a la altura de mi corazón. — No quiero sentir que me duele de nuevo, Camila, por favor, no quiero.

El amor no duele. - (Ventino) [Jumila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora