🩸𝘗𝘴𝘺𝘤𝘩𝘰 ( 𝙏𝙚𝙣 _𝙣𝙘𝙩 +18 )🩸

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Ambos amigos se abalanzaron sobre el pelinegro quien ahora forcejeaba ante el fuerte agarre de estos dos .

-¡Suéltame! -ordenó enfurecido mientras fulminaba con la mirada al peli castaño quien se encontraba preparando una jeringa con un tranquilizante para inyectárselo al artista.

-Es por tu bien. -respondió mientras se acercaba hacia el joven quien comenzó a lloriquear como niño pequeño.

-No, no quiero. -negó frenéticamente mientras lagrimeaba un poco , a ninguno de sus amigos les gusta el hecho de verlo sufrir y es por eso que cuidan de él y el hecho de hacer que este tratara su enfermedad era lo mejor para él.

-Buen chico. -consoló al ahora sedado muchacho quien yacía tranquilamente dormido en el suelo, no tardaron en cargarlo hasta su coche para llevárselo de aquel lugar hasta su hogar donde este durmió tranquilo hasta más de 12 horas.

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-¡Ya dime! -insistió emocionada esperando impaciente una respuesta por parte de ella.

-Es... una persona. -respondió mientras prácticamente huía de la pelirroja quien se había rendido ante la intención de saber algo acerca de lo que su mejor amiga le estaba ocultando.

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-Entonces estos son los colores que más o menos se llevarán más esta temporada. -habló de manera amable y formal mientras enseñaba algunos atuendos a uno de los compradores más concurrentes de la empresa en la que trabajaba, sin embargo el Señor Sanders no le inspiraba confianza puesto que siempre que éste se distraía la pelirrubia lo encontraba observándola descaradamente imaginándose quien sabe que cosas.

-Hmm... como siempre tan talentosa. -alagó a la joven mientras descaradamente y sin pudor paseaba su mano hasta llegar a uno de los voluptuosos muslos de la joven mientras los apretaba levemente haciendo que ella se tensara y pidiera ayuda desde su interior.

-E-esto es todo por hoy. -habló nerviosa aunque ya había escapado del tacto del pelicastaño quien se moría de ganas por ver lo que la de ojos claros escondía debajo de toda esa ropa y de escuchar como ésta gemía su nombre mientras la tenía aprisionada debajo de él, sin embargo ya harto por el comportamiento y rechazo por parte de ésta comenzó a tratarla de una manera más dura.

-¿Y el diseño? ¿Y el artista ? -preguntó intimidando a la pelirrubia quien ahora se encontraba más alejado de éste y aún así no se sentía a salvo con aquel hombre a solas en su despacho y con intenciones que no sonaban para nada buenos a oídos de ella, buscando como cubrir al artista intentó mentir aunque esto no se le daba bien.

-¿El artista?... bueno él est -la voz grave y suave a la vez, que retumbó en aquella oficina había interrumpido a la de ojos claros quien se encontraba feliz, enojada y agradecida al la vez por la repentina presencia del joven artista.

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Despertó mareado y adolorido como siempre, ya se había acostumbrado a aquella mezcla de sensaciones que recibía después de una buena dosis de medicina que su mente necesitaba pero este se negaba a dárselo, sin embargo ahora tenía otro problema que nunca le había pasado, este problema era duro y palpitante, problema que rogaba ser atendido ya por la fantasía de mujer que no salía de su mente y quien había sido la causante de su erección después de que mientras este durmiera recordará haber tenido un sueño húmedo con aquella joven de ojos claros, su mente pedía más y su cuerpo también así que después de liberar su erección y deshacerse de este mientras rebuscaba aquellas imágenes de la pelirrubia explotando de placer en su memoria.

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Sus manos inquietas apretaban el volante de su costoso coche , su mente estaba tranquilo sin embargo el resto de su ser lo atormentaba, el simple hecho de pensar en aquella joven y de que ahora mismo iba rumbo a su trabajo nada más para verla de nuevo estaba preocupando al pelinegro, le preocupaba el hecho de engancharse con aquella chica y que esta fuera diferente a las otras quienes ahora yacían muertas y sepultadas en lugares recónditos que solo él recordaba, a paso firme se dirigió hacia la oficina de la joven después de haber estacionado su Cadillac enfrente de la empresa en donde trabajaba T/N, y sin importarle las negaciones de la asistente de aquella pelirrubia ante insistir en no entrar a su despacho igualmente el artista abrió la puerta y se adentró al lugar encontrándose con una escena no muy agradable para él, ¿que hacía ella con un hombre a solas en su despacho?, el pelinegro pudo descifrar las miradas que estos emitían por un lado escaneando a aquel hombre quien miraba a su chica con unos ojos que el artista conocía muy bien, aquella mirada que él mismo artista le echaba a la pelirrubia al pensar en su excitante y sexy cuerpo y de imaginarse como serían sus gemidos, esos ojos demostraban lujuria y tentación y venía provocado por la pelirrubia cuya mirada demostraba miedo y el hecho de que estuviera tensa a causa de aquel hombre desconocido para el artista solo lo enfurecía aún más, no veía la hora de tener su rostro bajo sus pies mientras rajaba su cuello lentamente como lección de que no debería mirar con esos ojos a su chica

-El artista está aquí.

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Perdonen cualquier falta de ortografía mi teclado es un hijueputa