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La voz del pelinegro se hizo presente en aquel despacho interrumpiendo las palabras de la rubia quien rápidamente reaccionó ante su intromisión.

—Señor Sanders, permítame presentarle al Señor Ten Lee quien será nuestro artista para esta edición. —la de ojos claros sonrió nerviosa mientras ambos hombres mantenían un semblante serio y neutro, el joven artista se acercó a paso firme hacia aquel hombre, sonrió falsamente, extendió su mano hacia este y habló mientras le dedicaba una mirada lasciva a la temblorosa muchacha quien observaba nerviosa aquella escena.

—Encantando de conocerlo Señor... Sanders —el castaño devolvió la sonrisa al joven y aceptó su saludo estrechando su mano con la suya.

—Ten Lee, sin duda un artista inigualable. —alagó con cierto recelo en su voz al observar como la pelirrubia hablaba de él con admiración presentándolo como si fuera más hombre que él.

Le enviaré los diseños a su asistente. —propuso la joven mientras se acercaba hacia la puerta y abrirla para que el pelicastaño se fuera no sin antes dedicarle un vistazo a la de ojos claros quien quedó completamente a solas con el artista, cerró la puerta y suspiró dejando reposar su cabeza contra esta, se sobresaltó por el tacto de unos brazos rodeando su pequeña cintura para luego tensarse al sentir la respiración del pelinegro chocar contra su nuca.

—Señorita Young. —susurró en el oído derecho de ella mientras erizaba cada parte de su cuerpo, se mantuvo quieta y en silencio cosa que al artista le encantó.— ¿Querría cenar conmigo esta noche? —preguntó dejando un casto beso en el cuello de la joven mientras acariciaba su vientre bajo con sus largos y delicados dedos ganándose un suspiro por parte de ella quien al escuchar la propuesta del joven no supo que decir, sin embargo si estaba un tanto enojada con su extraña y repentina ausencia que seguía sin ser justificado.

—Desapareces durante días ¿y ahora me propones eso?, ¿así sin más? —regañó al de ojos oscuros mientras intentaba soltarse de su agarre el cual comenzaba a ponerla más nerviosa de lo que ya estaba con la sola presencia del pelinegro quien rio de manera cínica para luego justificar su ausencia con una mentira.

¿Me extrañaste? —vaciló mientras reforzaba su agarre en la cintura de la joven quien ya se había rendido ante su estúpido intento de liberarse de los encantos del artista.—Estuve ocupado. —mintió mientras giraba el ligero cuerpo de la joven hacia él.— ¿Me perdonas? —preguntó juguetón una vez la tuvo frente a él dedicándole una sonrisa ladina.

—Yo-yo ya... ya tengo planes. —mintió ante aquella propuesta que le había hecho el de ojos oscuros, sin embargo el hecho de nos ser buena mintiendo la delataba , el pelinegro rio ante el fallido intento de escape por parte de la rubia, borró su sonrisa y la acercó más hacia él.

—Muñeca, no sabes mentir. —habló con un tono de burla en su voz.— Sé que quieres...—susurró cerca de los carnosos labios de la joven quien ya comenzaba a delirar por sus encantos.

—Si~ —susurró casi inaudible, mientras que el joven artista sonrió al haber obtenido lo que quería.

—Nos vemos, preciosa. —relamió sus labios aguantando las ganas de atacar los de ella sin embargo no lo hizo, ya lo haría más tarde, eso y más, salió de la oficina de la pelirrubia quien ahora por fin pudo estar tranquila .







El tic tac de su costoso Rolex lo estaba poniendo de los nervios , el simple hecho de saber que volvería a ver a la joven de ojos claros lo tenía enloquecido, más de lo que ya estaba, no veía la hora de salir por aquella puerta e ir a por ella para luego traerla de vuelta a su casa con la idea de una estúpida cena nada más para volver a hacerla suya durante toda la noche, relamió sus ya hinchados y enrojecidos labios al imaginar como reaccionaría el débil cuerpo de la pelirrubia cuando este comience a jugar con ella y con sus juguetes preferidos.

Su pequeña burbuja de fantasías sexuales se había disuelto gracias al sonido que provenía de su reloj que marcaba la media noche , sonrió malicioso y más que emocionado se dirigió a su BMW para comenzar a conducir a gran velocidad en dirección al trabajo de la mujer a la que ya deseaba con ansias .

—¿T/N? Estas aquí? —la voz de la pelirroja resonó a las afueras del despacho de la rubia quien acabando de acomodar unos documentos respondió a su pregunta.

—Está abierto, puedes entrar.

—Te traje lo que me pediste. —le extendió un bolso en el cual había cargado un par de ropas de su mejor amiga quien la había llamado para hacerle el favor de acercarle algo de ropa puesto que ella había acabado con su trabajo antes que la de ojos claros.

—Gracias. —agradeció mientras tomaba su bolso para luego dirigirse rápidamente al baño de su oficina.

—¿Sucede algo? Nunca te cambias aquí, ¿saldrás a alguna parte? —interrogó la de ojos oscuros mientras seguía a su mejor amiga.

—Tengo una cena de negocios. —habló sin darle mucha importancia mientras se deshacía de su camisa.

—Uyy... cena de negocios suena interesante, suerte con eso. —sonrió mientras se despedía de su mejor amiga.

Se apresuró para cambiarse puesto que ya era bastante tarde, revisó su celular, las 12 y 15, en apuros guardó sus cosas para luego bajar por el ascensor hasta la planta principal y salir de la empresa encontrándose con el joven artista quien iba vestido de manera casual cosa que lo hacía ver aún más atractivo y sexy, estaba recostado en su coche mientras observaba como la pelirrubia se acercaba hacia él .

¿Nos vamos?









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🩸𝘗𝘴𝘺𝘤𝘩𝘰 ( 𝙏𝙚𝙣 _𝙣𝙘𝙩 +18 )🩸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora