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— ¡TEN LEE!

El grito quizás se haya oído hasta las tres manzanas más allá de donde vivían, había olvidado lo excitante que era escucharla gritar su nombre, aunque este no fuera el real se sentía igual de excitado, soltó aquella arma blanca que cayó al suelo después de haberle hecho un pequeño raspón en el cuello.

La soltó solo durante unos segundos para bajar su pantalón incluidos su bóxer y cinturón de un solo movimiento, para penetrar en ella con brusquedad de una sola estocada.

—¡AH! —otro grito esta vez más desgarrador inundó el lugar.

Y no fue solo el hecho de que haya sentido el grande y palpitante miembro del tailandés abriéndose paso en su interior de forma repentina, si no también por la forma brusca en la que con una de sus manos sostenía sus caderas mientras llevaba la otra mano a su cuello para tomarla y elevarla viendo desde arriba el bote de sus pechos cuando entra y sale de su interior de forma agresiva.

Era demasiado para ella pero solo el principio para él.

—¡Ugh! —jadeó hechando la cabeza hacia atrás.

Se deleitó escuchando los gritos agudos y descontrolados de ella inundar toda la habitación en conjunto al sonido tan placentero que producían sus pieles al chocar.

—M-me estás l-lastimando. —escuchó como apenas pronunciaba aquellas palabras.

Pero él solo la ignoró, estaba lo suficientemente cegado por el odio como para tener conciencia de lo que estaba haciendo, el placer de sentir su interior de nuevo luego de tanto tiempo y la ira de solo pensar en que alguien más pudiera haber disfrutado de su presa.

— Para...p-por favor... para. —suplicó una vez más.

Pero una vez más el artista hizo caso omiso a sus peticiones esta vez aumentando más la rapidez de sus embestidas, sentía su cuerpo temblando además de que empezaba a faltarle el aire y el comienzo de aquel dolor punzante en su cuello debido a la reciente herida hecha por el mismo pintor quien al divisar la mancha rojiza alrededor de la herida de donde ahora salía un minúsculo rastro de sangre se apresuró a llevar sus labios hasta aquella zona besando y eliminando cualquier rastro de sangre con su lengua.

En su cabeza explotaron las siguientes palabras, duele, arde, insoportable. Todo con la forma en la que el pelinegro se adentraba en ella, una y otra y otra vez.

—Dime, ¿con quién más te has acostado? ¿Ah? —la voz del artista sonaba frustrada además de ajetreada.

Por un momento se olvidó del dolor y se preguntó a que venían esas palabras de su parte, ¿por qué preguntaba eso? ¿Qué es lo que hizo para que estuviera así de furioso con ella?

— Dime, ¿te has acostado con ese tal Félix mientras no estaba ? —volvió a preguntar mientras apretaba su agarre en su cuello quitándole el aire de sus pulmones.

Débiles pulmones que rogaban por un descanso y por un poco de aire, ¿Félix? ¿Qué tenía que ver el castaño en todo esto ? y por un momento pensó en que estaría celoso, no pronunciaba palabra alguna, tampoco sabía que decir ante aquello, estaba confusa y no entendía a que venía ese comportamiento de su parte, ella solo podía gritar y rogar para que parase, pero obviamente el tailandés no la escuchaba.

Tiró bruscamente de su largo cabello hacia atrás para unir sus labios con los de ella bajando el volumen de sus gemidos, sentía sus piernas temblar y como sus paredes se contraían, el artista soltó un gruñido cuando sintió como en su interior apretaba su miembro, estaba llegando al clímax, ambos sentían el éxtasis recorrer cada parte de sus cuerpos cubiertos ya por una fina capa de sudor, el joven artista cayó rendido sobre el débil cuerpo de la muchacha mientras ambos intentaban recuperar el aliento luego de tremenda carrera, para él de la mejor forma y para ella de la peor manera que jamás había pensado sería capaz de experimentar.

🩸𝘗𝘴𝘺𝘤𝘩𝘰 ( 𝙏𝙚𝙣 _𝙣𝙘𝙩 +18 )🩸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora