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Una oleada de todo tipo de sentimientos salieron a flor de piel en ese instante, mi corazón comenzó a palpitar tan rápido que sentía que en cualquier momento me iba a dar un paro cardíaco.

Me alejé de la cercanía del artista chocando con el respaldo de la silla.

Quedé acorralada entre este y los ojos lujuriosos e intensos de él, tragué duro, reuní valor y hablé.

—¿Perdón?

Él se alejó, cerró los ojos para luego volver a abrirlos y hablarme con un tono totalmente diferente.

—Te propongo un trato.

Aún con su semblante serio, volvió a tomar asiento en su costosa silla para luego dirigir toda su atención hacia mi.

Yo tenía la cabeza hecho un lío, una montaña de emociones distintas recorría mis pensamientos.

Él notó la duda en mis ojos, espero que no haya notado también la pizca de miedo que se escapaba de mí a través de mi respiración acelerada, aún así con la voz un poco más relajada volví a preguntar.

—¿Qué trato?

No voy a negar que sentía un poco de miedo a lo que podría pedirme, aunque la intriga me carcomía por dentro, el atrevimiento gustó al artista quien sonrió con malicia.

—Déjame pintarte. —propuso él

Yo pasé de tener un mal presentimiento a estar completamente desconcertada por lo que había dicho.

Por lo menos por fin pude respirar con normalidad, dudé un poco ante si aceptar o no su propuesta cosa que parecía ser algo totalmente inofensivo.

Pero me recordé a mi misma lo que significaría llevarle su firma a Jennifer.

—Trato hecho. —acepté.

De inmediato una sonrisa de oreja a oreja se formó en el rostro del joven artista.

Yo también sonreí, después de todo ¿Qué podría pasar?

~

Me había arreglado para ir al trabajo como siempre a diferencia, pero a diferencia de hoy estaba más que emocionada por ir al trabajo ya que el día anterior había logrado acordar con el artista que viniera hoy a la empresa a primera hora del día.

—Te felicito, ¿acaso hay algo que no puedas hacer? —exclamó con un tono de envidia la pelirroja.

—Hmm...déjame pensar... creo que...no.

Hecho a reír junto a ella, pero nuestra pequeña celebración fue interrumpida por la intromisión del asistente personal de Jennifer.

—Young, Jenifer quiere verte. —asentí sonriendo.

—¡Te va a ascender! —Tiffany gritó emocionada.

No voy a negar que eso no me ha puesto a chillar. De camino me preparé mentalmente para aquello, con total confianza me dirigí hasta la oficina de mi jefa a paso firme.

—Buenos días...—canturreé adentrándome al lugar.

Mi felicidad se esfumó al encontrarme a mi jefa en compañía del artista quien nada más me vio entrar se giró en mi dirección de inmediato.

—¡Young, que gusto verte!, saluda al Señor Ten Lee.

El artista sonrió al ver mi rostro de confusión, yo seguía parada cerca de la puerta en un estado de shock.

—Un gusto volver a verla Señorita Young. —el joven pronunció aquellas palabras mientras, una vez más paseaba la mirada por todo mi cuerpo.

Yo solo me dediqué a hablarle a mi jefa ignorando por completo al artista.

—¿Quería verme? —pregunté sintiendo la intensa mirada del pelinegro quien se había relamido sus labios al verme las curvas bien marcadas gracias a aquel vestido de color rojo ajustado que llevaba ese día.

—Así es, como has cumplido con lo que te he pedido te proporcionaré un ascenso, como acordamos.

Al escuchar aquello no pude evitar sonreír de oreja a oreja, por fin tendría mi propia oficina y mis palabras y diseños serían más valorados.

—Se lo agradezco.

—Dale las gracias al Señor Lee, después de todo sin él no hubieras conseguido este ascenso.

Borré la sonrisa, me giró hacia él y sin hacer contacto visual hablé con voz firme y seca.

—Gracias.

Él sonrió satisfecho mientras buscaba hacer contacto visual conmigo y aunque no lo logró si que pudo apreciar mis grandes atributos de seguro haciendo volar su imaginación.

—¡Oh! y a partir de ahora compartirán sus diseños lo que significa que trabajaran juntos.

Yo no estaba muy contenta con la nueva condición que juntos debíamos cumplir, sin embargo acepté gustosa para luego de apenas dirigirle la vista al pelinegro retirarme de la oficina de mi jefa para ir a contarle a mi mejor amiga la noticia.

~

En el mismo día yo ya me había instalado en la que sería mi nueva oficina, estaba anonadada con lo grande y espaciosa que era, además de la hermosa vista de la ciudad que me proporcionaba.

—Señorita Young alguien la busca.

—Dígale que pase.—respondí sin darle mucha importancia.

Mi asistente asintió y se fue mientras que seguí con la firma de algunos papeles de la empresa, segundos después escuché dos toques proviniendo de la puerta

—Adelante. —respondí sin despegar la vista de aquellos documentos.

—Felicidades Señorita Young.

🩸𝘗𝘴𝘺𝘤𝘩𝘰 ( 𝙏𝙚𝙣 _𝙣𝙘𝙩 +18 )🩸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora