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Había transcurrido ya tres semanas desde lo que pasó esa noche en aquella habitación.

La pequeña herida que tenía en mi cuello ya se había esfumado, sin embargo jamás saldrá de mi cabeza lo doloroso y frustrante tanto mental como físicamente la mañana del día siguiente.

Me había hecho mucho daño y seguía sin saber la razón exacta, solo pensaba en lo que había dicho y hecho por celos y no quería ni imaginarme qué hubiese hecho si esas suposiciones suyas fueran ciertas.

Aunque fueron miles las veces en las que el tailandés intentaba hablar conmigo para disculparse conmigo, incluso intentó encasquetarme a un crucero a solas con él.

Siempre lo ignoraba o simplemente no le dirigía la palabra, hubo escasas veces en las que él pedía atención de mi parte y yo cumplía, obviamente eran muy pocas veces, recordando que debía hacerlo o perdería mi empleo, el maldito intercambio de intereses.

Pero ahora era como si los roles se hubieran invertido, ahora era yo quien decidía sobre él y era el artista quien aceptaba mis rechazos sin tener otra opción, obviamente no sería así para siempre, en algún momento el pintor psicópata volvería y no dejaría que yo tomase las riendas de la situación durante más tiempo.

Hubo algunas veces en las que casi perdía el control, pero siempre se recordaba así mismo que me hizo daño y de tan solo recordar la forma en la que lo trataba y que cada vez que se quejaba yo le respondiese de manera cortante " Tú te lo has buscado " solo se auto controlaba con la idea de que si me hiciera más daño solo acabaría alejándome de él aún más y quizás para siempre.

—¿Young? —la voz suave del artista se oyó a través de la puerta de mi habitación.

Suspiré e intenté alejar mi ordenador lo más rápido posible para taparme por completo con aquella manta y fingir estar dormida.

No tenía ganas de hablar con él, tampoco de hacer nada, ya era suficiente con el exceso de trabajo que mi jefa me impartía día tras día, pegué un respingo cuando escuché la puerta abrirse y casi se me escapó un grito cuando él volvió a hablar.

—Sé que estás despierta. —juraría que aunque no lo viera, debe estar recostado en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

Otra vez no respondí, solo escuché como el pintor soltaba un leve suspiro y luego como sus pasos se alejaban.

Me deshice de la manta y exhalé profundamente, intenté volver a centrarme en mi trabajo. Tenía un día entero para terminar los preparativos para la fiesta del 5to aniversario de la empresa, fiesta que se celebrará en uno de los hoteles más costosos de la ciudad nada más y nada menos que mañana por la noche.

Todos los artistas, diseñadores, congresistas y demás asistirán, siempre lo hacen, estaba nerviosa y estresada además de sumarle la tensión entre el artista y yo que solo empeoraba más la situación por lo que decidí llamar a mi mejor amiga.

—¡Hey! ¿Qué tal te va con los preparativos? ¿Necesitas ayuda?

—No muy bien...

—¿Sucede algo? ¿Te encuentras bien?

—¿Puedes venir por mí?

—¡Claro! ahora mismo voy, tú solo envíame la dirección.

Colgué después de quedar en la cafetería que estaba a unas cuantas calles de la casa del tailandés.

Me preparé de manera apresurada dándome cuanta de que el pintor no estaba en la casa.

Caminando en dirección a la salida, pensé que no podía irme sin más por que sabía perfectamente cómo era el artista, así que escribí una pequeña nota que dejé sobre su escritorio "Nos vemos mañana en la fiesta "

🩸𝘗𝘴𝘺𝘤𝘩𝘰 ( 𝙏𝙚𝙣 _𝙣𝙘𝙩 +18 )🩸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora