Psicópata.
Masoquista.
Desordenes mentales.
Bipolaridad.
Personalidad Múltiple.
Y la lista sigue...
Jamás sentiría amor por alguien, solo placer.
🩸ADVERTENCIAS🩸
*¡Contenido adulto!*
*¡Capítulos +18!*
*¡Lenguaje vulgar!*
*¡No apto para todo...
El sádico juego había dado comienzo una vez dentro de aquella habitación, el tailandés cerró la puerta con llave, lentamente y con sumo cuidado la dejó arrodillada en el suelo, mientras ella se mantuvo quieta en su lugar aún sin poder ver nada, él se dedicó a buscar sus juguetes favoritos en aquellos enormes estantes llenos de estos, le brillaron los ojos al ver aquellas relucientes esposas las cuales no dudó ni un segundo en tomarlas y acercarse hasta ella para después arrodillarse frente a la rubia quien seguía perdida y un tanto asustada, con una sonrisa sádica y malévola le puso aquellas esposas, ella en cambio pegó un respingo al sentir el frío hierro rodear sus muñecas.
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—No tengas miedo. —susurró sobre los carnosos labios de ella.— Levántate. —posó ambas manos en los débiles hombros de la muchacha ayudándola a ponerse de pie, una vez de pie, bajó sus manos hasta las temblorosas muñecas de ella los cuales sostuvo llevándolas hasta arriba de su cabeza. —Mantenlas ahí. —ordenó y ella asintió un tanto intrigada ante lo próximo que haría el artista quien le dio la espalda para acercarse a un armario el cual escondía todo tipo de látigos, de manera indecisa se decidió por uno de sus favoritos, sostuvo este entre sus manos para luego dirigirse hacia la joven quien había cumplido con su orden, la rodeó hasta quedar detrás de ella para luego desabrochar su sostén con una sola mano, delicadamente y con un poco de dificultad se deshizo de este dejándola completamente desnuda ante sus ojos, relamió sus labios ya comenzando a excitarse al observar sus hermosos senos subir y bajar con rapidez ante su respiración acelerada, acercó aquella herramienta ante su tembloroso cuerpo acariciándola comenzando por sus mejillas rojas, bajando por su cuello, senos y vientre, oyó un jadeo por parte de ella cuando se detuvo en su zona más sensible.
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El hecho de no poder ver lo que el artista le hacía la estaba enloqueciendo, sin embargo sus otros sentidos se habían agudizado gracias a esto, el nivel de sensibilidad ante el tacto comenzaba a gustarle y de alguna forma también la excitaba, un jadeo se le escapó al sentir aquella cosa extraña rozar todo su cuerpo y finalmenteposarse en su intimidad.
