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—¡Hey!, ¡T/N! —saludó la pelirroja, alegre como siempre mientras la seguía hacia su oficina- estás....estas bien ? -preguntó confundida viéndola de arriba a bajo.

—S-si, ¿Qué sucede?  —intentó desviar su mirada puesto que sabía muy bien que no se le daba bien mentir aunque al parecer por esta vez ella no pensaba insistir.

—Necesito que firmes esto por mí. —habló enseñándole unos documentos los cuales sostuvo en su mano mientras firmaba con el bolígrafo que anteriormente reposaba en su escritorio.

—Listo. —sonrió devolviéndole los papeles que ahora  contenían su firma, ni siquiera los leyó, su cabeza, cuerpo y mente estaban agotados, solo quería terminar con el trabajo e ir y dormir toda la tarde-noche.

—¿Estas segura de que estas bien? —volvió a insistir y no pudo evitar sentirse mal al estar ocultándole cosas, desvió la mirada y con un tono de firmeza que no supo de donde salió, volvió a mentir.

—Muy segura.

—Bueno...—estaba segura que aún que no la viera tendría el seño fruncido y los brazos cruzados mirándola interrogante como si estuviera  intentando leerle la mente.— Yo...lamento que hayas que tenido que cuidar de mi anoche. —y de repente escupió aquellas palabras con un tono de arrepentimiento y algo de vergüenza escondidos en ella, esta vez sí se giró a verla pero ahora era ella quien la veía con el seño fruncido, jamás la había visto así, avergonzada, normalmente le suele dar igual todo lo que  haga o diga, ¿Qué le habrá pasado?.

—Eres mi mejor amiga. —sonrió extrañada.— Además eres menos molesta cuando estás ebria que cuando estas sobria. —bromeó ganándose un golpecito en el hombro por parte de la otra.

—Oh por favor dime que no hice ninguna tontería. —abrió los ojos y llevó ambas manos a su boca.

—Para nada. —sonrió divertida antes de pronunciar lo siguiente.— Solo intentaste tener sexo con una planta y le dijiste "dios griego" al guardia de seguridad de tu edificio. —ahogó una carcajada al ver como casi se le salieron los ojos al oír aquello.

—¡Agh! ¡mierda! —gruñó y se dio pequeños golpecitos en la frente.— ¿Y ahora con que cara  lo veré? —habló para sí misma sin darse cuenta de que  lo había hecho en voz alta, la pelirrubia frunció el entrecejo y la miró un tanto sospechosa.

—¿A que viene eso?

—¿Q-que cosa?

—No lo conoces, ¿Qué más da?

—Oh... cierto debo irme tengo que llevarle estos papeles a Jennifer. —y sin más casi a tropiezos salió de aquel lugar dejando a la de  ojos claros un tanto desconcertada, le restó importancia y comenzó por acabar con los diseños pendientes para la nueva  temporada.

Llevaba más de una hora de pie y ya no sentía sus piernas, le dolía todo el cuerpo y lo peor es que aún le quedaba mucho pero mucho trabajo por hacer, suspiró frustrada e intentó tomar asiento cosa  que no le fue posible puesto que alguien había llamado a la puerta.

—Adelante.  —respondió con un poco de mal humor en su voz aunque de inmediato desvió su atención hacia la  puerta tras escuchar aquella risita traviesa provenir de ahí.

—Señorita Young está muy gruñona hoy. —sonrió ladino cerrando la puerta a sus espaldas - por que estas de pie ? Ah? - se burló acercándose junto a ella hasta quedar frente a frente, con el escritorio como único objeto que los separaba.

—Tu sabes muy bien por qué.  —desvió la mirada avergonzada y un tanto fastidiada por sus insinuaciones, sabía perfectamente que le dolía todo el cuerpo y era por su culpa.

 —Oww...cariño tu te lo buscaste. —se sobresaltó al oírlo tan cerca y casi se desmaya al haberse dado la vuelta para encontrar al tailandés con sonrisa ladeada a escasos centímetros de ella.— Dime...¿no tienes calor con toda esa ropa encima? —vaciló llevando un mechón de su cabello por detrás de su oreja, tenía razón se estaba muriendo de calor, pero aquel abrigo de cuello alto y esos pantalones de vaquero fueron necesarios para  tapar todo rastro que había dejado el artista en su cuerpo.— ¿Por que no dejas que todos vean que eres mía? ¿Ah? — habló juguetón mientras ponía ambos brazos a los lado de ella para recargarse sobre el escritorio e inclinarse hacia ella logrando que intuitivamente ella retroceda sintiendo como sus glúteos se apretaban contra el escritorio y las piernas del tailandés quien no desviaba la mirada de ella, tragó duro cuando el artista tomó su mentón para acercarla hacia él hasta rozar narices.— Tarde o temprano lo sabrán. —susurró haciendo que su cálido aliento chocase contra sus labios, el tailandés desvió la vista hacia estos, llevó una de sus manos a su cintura y acortó la casi nula distancia entre ambos para depositar un suave y lento beso sobre sus labios, aunque aquella burbuja cariñosa explotó cuando algunos golpes provenientes de la puerta retumbaron en aquel lugar, ella de inmediato se separó al igual que él provocando un último chasquido entre ambos.

—¿T/N? —la voz del castaño al otro lado de la puerta la sobresaltó.

—¿Quién es? —preguntó el artista con el seño fruncido.

—E-es el asistente de Jennifer.

—¿Y que demonios quiere? —susurró devuelta un tanto fastidiado por su repentina intromisión.

—N-no lo sé.  —respondió intentando salir de su agarre.

—¿Puedo pasar? —volvió a  preguntar y sin darle tiempo a responder giró la perilla y se adentró, de inmediato la pelirrubia empujó al artista lejos de ella.

—¡Félix! —saludó nerviosa aunque el castaño mantenía su vista en otra parte, desvió la mirada hacia el tailandés y éste tenía la mirada puesta en el chico de pelo castaño, ambos con el seño fruncido, el artista  viendo al otro con cierto recelo y el otro viéndolo con curiosidad.— E-el es Ten Lee el artista que contratamos para esta edición. —habló al castaño  y pudo ver  como sus facciones se relajaban.— Y el es Lee Félix.

—Asistente  personal de Jennifer. —completó sonriente a lo que el tailandés solo respondió con una pequeña y casi nula reverencia.

—¿Q-querías algo? —preguntó aún nerviosa, la mirada que tenía el tailandés en el recién llegado no era para nada amigable.

—Sí, Jennifer quiere que la acompañes a un evento de moda en París.

—¡¿Que?! —exclamó el tailandés, de inmediato ambos se giraron a verlo, él asombrado y ella aterrada  por su reacción. El artista desvío la  mirada  hacia ella quien lo veía con una mueca de terror y nerviosismo, no le quedó mas de otra que resignarse.— Digo...¡mierda! miren la hora que es. —exclamó viendo su reloj y lo peor todo es que  no llevaba  ninguno.— Debo irme, nos vemos luego. —se despidió de ella evitando el contacto físico mientras se dirigía hacia la puerta.— Y... un gusto conocerlo. —sonrió forzado antes de salir de la oficina y desaparecer del campo de visión de ambos.

Lo había hecho a propósito, el hecho de que justo la noche anterior se negara a sus peticiones y que justo al día siguiente le pidiera a la pelirrubia ir con ella hasta Paris no era coincidencia, era  obvio que lo había hecho con intención, como si fuera su pequeña venganza, aunque él obviamente no lo iba dejar pasar, así que a pasos firmes se dirigió hacia la oficina de la de ojos azules.— ¡ Maldita sea! —gruñó en voz baja al reconocer a la pelirroja quien se encontraba en el despacho de la pelinegra. Tendrá que dejar sus quejas para más tarde, si quería evitar que ella lo reconociera y mandara todo a la mierda.






















Happy new year¡¡💖💜💕💖💕💕💖💕💕🌌🌌💚💚💚

Les deseo lo mejor 💖💖💖💖

🩸𝘗𝘴𝘺𝘤𝘩𝘰 ( 𝙏𝙚𝙣 _𝙣𝙘𝙩 +18 )🩸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora