🩸𝘗𝘴𝘺𝘤𝘩𝘰 ( 𝙏𝙚𝙣 _𝙣𝙘𝙩 +18 )🩸

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Acercó sus labios a los suyos y los unió en un caliente y necesitado beso dejando sin aire los débiles pulmones de ella, sintió un bulto que dolía atrapado entre la tela de su bóxer y su pantalón, se separó apenas unos milímetros de sus dulces labios para liberar su erección.

Llevó ambas manos a su cintura y apretó su agarre en este para luego entrar en ella sin cuidado y con un toque de desesperación, un fuerte gemido por parte de ella lo excitó aún más.

- ¡Joder! ¿que me estas  haciendo Young ?- gruñó cerca de su oído haciéndola estremecer de placer, le era imposible no gemir fuerte con cada entocada que sentía por parte de él, el simple hecho de que llegaba a llenarla por completo la volvía loca, sentía tanto placer como dolor, puesto que sus muñecas comenzaron a arder por el hecho de estar aprisionados entre las filosas esposas, ahogó un quejido de dolor cuando inconscientemente y lleno de deso intentó llevar sus manos hacia él quien disfrutaba besando y chupando sus grandes y bonitos senos, esta vez si dejó escapar un jadeo de dolor, sintió sus mejillas húmedas, dolía pero a la vez el placer que le proporcionaba el tailandés hacía que el dolor se convirtiera en el máximo de los placeres de la vida, levantó la vista encontrándose con una excelente vista, el artista estaba encima de ella en un vaivén que movía sus cabellos ligeramente mojados por el sudor que remarcaba su frente mientras mantenía sus ojos fijos en los de ella, su torso seguía cubierto, sin embargo aquellos escasos botones sin prender le permitían una vista de sus pectorales dejándola indagar en su imaginación.

Solo faltaron unas cuantas estocadas más para que ella pudiera ver el cielo de la mejor forma posible, mientras los espasmos recorrían la débil anatomía de la muchacha, el joven seguía con sus embestidas, hasta que una corriente eléctrica recorrió toda su espina dorsal al sentir aquel característico liquido caliente ser esparcido sobre su vientre.

—Ah...—suspiró cayendo al lado de la de ojos claros mientras ambos intentaban regular su respiración.

—¡Mgh! s-suéltame... —suplicó al sentir un líquido recorrer un camino en sus brazos, de inmediato el tailandés levantó la vista hacia ella para luego deshacerse de aquellas esposas las cuales habían dejado pequeñas heridas sangrantes en la suave y delicada piel de las muñecas de la rubia, con delicadeza tomó estas entre sus manos, mientras le dedicaba una  mirada lasciva y sádica las acercó hasta su boca donde lamió el rastro de liquido rojo que se había esparcido entre ellas, suspiró al sentir su cálido tacto en aquel lugar sensible, sus labios rojos por el rastro de sangre de T/N fueron retiradas por sus manos para luego dejar reposar sus temblorosos brazos sobre la delicada tela de aquellas sábanas que yacían sobre la cama.

—Lo siento preciosa. —susurró con voz suave en su oído mientras dejaba caricias por todo su cuerpo a su vez un camino de besos en su cuello, como si estuviera consolándola de alguna forma.

Ella sin embargo no dijo palabra alguna, todo lo que había pasado hoy era demasiado para ella, por lo que nada más cerrar los ojos se sumió en un profundo sueño.

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—¡Mierda! —se quejó por enésima vez en la mañana al sentirse inútil por no poder vendarse bien aquellas heridas en su muñeca, llegaría tarde al trabajo una vez más y no quería darle explicaciones a su mejor amiga, sin más y de forma desastrosa rodeó aquellas vendas en ambas muñecas tapando así lo rojo y sangriento para luego cubrirse con su abrigo de cuero blanco y salir en dirección a la empresa.

—¡T/N! —oh mierda, pensó, detuvo sus pasos y se giró hacia esta con una sonrisa saludó a su amiga.

—¡Hola! —la de ojos oscuros se acercó hacia ella desprendiendo alegría a su paso.

—¿Qué tal tu cena de negocios? —preguntó curiosa, sabía muy bien como era,  pero había veces en los que llegaba a ser bastante fastidiosa con sus interrogatorios.

—...Bien. —respondió, solo dijo aquello, ¿Qué podría decir? Lo que había pasado anoche fue de otro nivel, hasta le dejaron marcas que lo prueban.

—¡Oh dios mío! pero ¿Qué te hiciste ahí? —espetó con preocupación observando las muñecas de su amiga quien rápidamente las escondió en sus bolsillos.

—Yo me... —una voz conocida la interrumpió sacándola de sus aprietos, los pasos firmes que daba el artista retumbaron en todo el lugar.

—Señorita Young , necesito hablar con usted. —habló sin más pasando por su lado caminando en dirección a la oficina de la joven quien con una sonrisa se despidió de su amiga para seguir al artista, una vez dentro los dos el ambiente fue bastante tenso gracias a la mirada oscura y a la vez penetrante que el artista le proporcionaba, tragó duro al sentir su cercanía, estaba demasiado cerca de ella y aún temblaba al tenerlo así. Hasta que este por fin se  dignó a hablar, su voz sonó grave y suave a  la vez al formular aquellas  palabras.

—Tengo una  propuesta para ti.

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