maldita bestia

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— Dime cuando vas a aprender Dasha...— escuché la cansada voz de annethe a través de la puerta.

Suspiré agotada, por hoy ya he tenido suficiente de ellos.
Dejé caer mas lágrimas mirando mi reflejo en el espejo.
A esto he llegado, lo peor es que en este punto las cosas solo pueden empeorar.

Mamá te echo mucho de menos! - susurré vencida y un sollozo escapó con más fuerza.
Comencé a desvestirme y entré a la ducha, lo necesito, necesito paz...
Me tomé un rato largo bajo la lluvia artificial, siento alivio bajo ella.

Al terminar me coloqué mi kimono y
Salí encontrando a Amie sentada en mi cama.

Corrí hasta ella y la abracé.

— necesito apoyo Amie... Necesito saber que yo no estoy mal... Que no soy culpable... Me siento tan estúpida...— confesé entre lágrimas.

Solté el abrazo y me senté a su lado apoyando la cabeza en sus piernas, ella pasó su brazo sobre mis hombros confortandome.

— ay mi niña... Sólo te puedo decir que cada quién es culpable de sus acciones... —soltó aire — no te sientas culpable por ellos... Aún no comprenden el daño que te hacen al no defenderte de ese mal hombre...ahora trata de descansar — dijo plantando un beso en mi cabello.

Me incorporé, ella me ayudó a poner la pijama haciendo muecas de disgusto al ver las marcas.

Me recostó en la cama, me acomodó para descansar, me dió un beso en la frente y salio apagando la luz.

No se que sería de mí sin ella sosteniéndo mis caídas.

***

Por la mañana me desperté con mi piel dolida, me metí a la ducha y me arreglé para la u teniendo en cuenta ponerme ropa que tapara mis vergonzosas marcas, lo grandioso es que por fin es viernes y eso me dará el fin de semana para descansar.

Bajé al desayuno, todos me ignoraron y yo a ellos.

Evidentemente están molestos pero no tanto como yo, sentirme desprotegida es poco, no son dignos de llamarse familia.
Me retiré del desayuno en silencio y fui a recoger mis cosas para por fin salir de esta casa.

Al salir a la entrada no estaba el chófer para llevarme, ni absolutamente nadie dispuesto.

Ya lo voy entendiendo... -resoplé- será mejor que me vaya por mi cuenta.

Atravesé el portón y detuve un taxi, por lo menos tengo el dinero ahorrado de mis mesadas, le dí mi destino al conductor y me llevó.

Al llegar pagué y me bajé.

— Dashimar! — escuché el gritillo de mi loca amiga.

Me acerqué a ella.

— hey ! No traes buena cara — me dijo.

— bueno el disgusto de Aaron pasó a más y ahora estoy castigada — le comenté vagamente.

— No diré mas nada referente a ése, todo lo que pienso de él está dicho— suspiró pesadamente.

Sí, ella está harta de él y no tiene que aguantarlo tanto como yo.

— mejor cambiemos a un tema mas amable — dije haciendo marcha hasta donde recibiría la primera clase.

Nos fuimos hablando de temas triviales y me sacó una que otra risilla, por eso la amo tanto.

Nos despedimos y entré a mi clase.

Pasadas varías horas era hora de almorzar.

Entré a la cafetería y busqué a Liz con la mirada hasta encontrarla.

DashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora