Chasqueo la lengua cada vez que el algodón toca mi piel maltratada, me arde mucho y las lágrimas fluyen como un río.
— ya Dasha! Shhh Deja de llorar... — dijo la madre de Aaron fastidiada.
Hice esfuerzo por calmar mis sollozos pero las lágrimas seguían inundandome.
— sí no te calmas, llamaré a Aaron— amenazó e hizo ademán de levantarse , la tomé por el brazo y la detuve suplicándole con los ojos encharcados y negando con la cabeza.
No lo quiero ver ahora, de ser posible nunca.
me ha hecho sentir horrible, nadie quiere esto para su vida.
Él no tiene derecho a lastimarme pero ellos lo apoyan mientras a mí me juzgan, es inaudito...La sra white se volvió a sentar a mi lado en la cama y continúo curando los pequeños cortes o rosaduras que me hizo el cinto.
Poco a poco mis lágrimas desaparecieron.
En algunas zonas ya las marcas se veían entre rojas y púrpuras.
¿Cómo voy a explicar esto?
— esta crema te ayudará a que sane mas rápido — murmuró mostrándome el botecito — luego se lo apunto a Aaron para que te lo compre... —soltó un suspiro — ...te dije que tú juego acabaría pronto Niñata— dijo mirando a la pared.
Le tomé ambas manos para que se de tuviera de poner la crema y la mire a los ojos
— Señora white... me quiero ir — dije suplicándo.
Ella se soltó de mi agarre y continúo.
— mejor aprende como se hace esto, no siempre voy a curarte— demandó severa.
Asentí e insistí nuevamente en irme.
— te irás, no te afanes. No está bien visto que una señorita duerma en casa de su prometido. ¿Porque aún eres señorita? ¿Verdad? — la miré con enojo y asentí. Esta mujer es peor que mi abuela. — que bueno, sería una deshonra tener que devolverte a tu casa por zorra— dijo con sinismo, abrí los ojos tanto como pude, no me podía pasar que prácticamente me llamó zorra y está dudando de mi virginidad.
Y ahora no entraré a juzgarme con moralismos lo que hago con Erick
— no me falte el respeto sra white, usted no me conoce— dije firme.
Ella sonrió con burla.
— claro que te conozco, un ají no pare tomates, eres fiel copia de la zorra de tú madre, tú padre fue un santo al aceptar casarse habiéndose comido el postre antes— dijo altanera y sin pensarlo mi mano se estampó contra su mejilla.
Ella se tapó la mejilla con la mano y me miró asombrada.
— esto no se va a quedar así Dasha, ya verás! — amenazó.
Salió de la habitación molesta.
Resoplé, sí le dice algo a Aaron, trapeará el piso con mi cabello.El sonido de mi móvil me alertó y traté de ubicarlo, mi bolso estaba tirado en una esquina de la habitación, ¿Como fue a dar allá?
Lo agarré y la llamada se perdió... *Erick* ahg no le va a gustar nada esto.
La llamada entró nuevamente y contesté rápidamente.*Llamada*
—Dasha! ¿Donde putas estás? El abuelo se volverá loco de ira— dijo cabreado
Sollocé, no más por hoy... No quiero más problemas.
— que pasa Dasha ? ¿dónde estás?— preguntó ahora preocupado.
— ven p..or mí por..fav..or — dije con la voz quebrada.— Aarón... Aarón
—¿¡Que te hizo esa basura Dasha!? ¡ahg! Que maldita impotencia! — gritó colapsandome
— estoy en su casa..... Sólo ven...te necesito— dije volviendo a llorar con fuerza
— ya voy para allá!— concluyó y colgó.
Sequé mis lágrimas como pude y recogí mi bolso, tengo que salir de aquí.
Bajé a la primera planta y mi vista chocó con Aaron que está sentado en un sofá con la cabeza entre sus manos.
Seguí caminando a la puerta de entrada y al sentir mis pasos levantó la cabeza.
Me miró y bufó con fastidio.— ¡lárgate si te da la gana!— bramó — Porque eso es lo que sabes hacer! Siempre haces lo que te sale del coño... siempre! — lo miré nerviosa — ¿¡Que esperas!? LÁRGATE MALDITA SEA! — me sobresalté ante su grito y caminé lo que me quedaba hasta llegar a la puerta de salida.
Esperé en la entrada, muy desesperada a Erick y viendo permanentemente al portón de la mansión de Aaron, por si él se arrepentía y venía por mí, estar lista para correr.
El auto aparcó frente a mí y sin esperar nada me subí al copiloto.
La mirada de Erick me examinó hasta percatarse de los cintarazos que traía pintados.
Apretó el volante con fuerza y maldijo .
— no me regañes Erick, no quiero saber de nada más— hablé firme.
—Tal vez yo no te diga nada, pero Bratt te retará— dijo serio— Aaron es un hijo de puta! — exclamó echando a andar el auto.
Asentí dándole la razón.
— ¿Ellos saben que viniste por mí?— cuestioné.
— lógicamente, sabes que hasta a mí me tienen monitoreado. — suspiré pesadamente.
El siguió conduciendo y reinó el silencio entre los dos, sé bien que está molesto, no espero que conmigo aunque cualquier opción es posible y lo entiendo, entiendo su impotencia al no poder hacer nada por mí, no puede verse mas interesado de lo que un medio primo estaría.
Llegamos a la mansión mas pronto de lo que esperaba.
Y en cuanto el auto pasó el portón divisé a Annethe y Bratt en la puerta de entrada.No tuve necesidad de salir de el auto ya que el abuelo ni bien aparcó el auto abrió mi puerta y me sacó de un jalón.
Me arrastró a la sala y de una bofetada caí en el sofá, agarré mi mejilla con mí mano y lo mire con odio.
— zorra descarada! ¿que hacías en la calle a estas horas?— gritó con furia.— ¡contesta Infeliz! ¿Que demonios hiciste?— la vena de su cuello se exaltaba cada vez más.
Me levanté del sofá y le mostré las marcas.
Él se restregó frustrado la cara con sus manos.— Haces las cosas lo peor que puedes para dejar por el piso el buen nombre de esta familia! — me recriminó y levantó su mano propinandome otro golpe.
Esta vez me rompí y comencé a llorar sintiendo la sangre en mi boca.
— Te hemos educado lo mejor que pudimos, pero tu rebeldía no pasa, no cooperas, eres igual de testaruda que ella! Que herencia maldita te dejó. — dijo totalmente rojo de ira, negué y escupí la sangre.
— ¿porque debo ser yo la culpable? Cuándo es Aaron el que me golpeó? Él es un ser desagradable y no me casaré con él! — grité harta de la situación.
Él me tomó de los hombros rudamente y me zarandeo
— ahh no! Ni lo sueñes jovencita! Aúnque tenga que llevarte atada, irás! ¡TU NO TE MANDAS SOLA! — me gritó en el oído haciéndome daño —pero si es lo que quieres ¡LÁRGATE! Pero sin mi apellido, no lo vas a mansillar por ahí— sentenció.
La abuela sólo miraba callada la situación.
—respondeme Dasha! Te quieres ir a la calle!? — negué, no me culpen, no podría vivir allá afuera sóla, cuando nunca he hecho nada por mi vida o me he ganado un peso trabajando— Eso pensé... Entonces ¿ porque? ¿Porqué haces mérito para enojar a ese buen hombre? Lo llevas al borde con tu insensatez, cuando lo único que quiere es cuidarte — me quedé callada y bajé mi rostro.
—Lo siento abuelo...— murmuré rendida
— vete a tu habitación! —
Dijo y me levanté obedeciendo.
ESTÁS LEYENDO
Dasha
Teen FictionDasha se encuentra en una etapa de su vida en la que se siente estancada, para avanzar y continuar con su vida necesita resolver sus dudad respecto a su primer núcleo familiar ¿como es que su familia resulto tan destruida? . Sin embargo ella también...