Traición

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Aun no puedo asimilar lo que está pasando, después de todo lo que vivimos y compartimos, crecimos juntos, como amigos, como hermanos, como primos.
Yo tolere tantos comportamientos erráticos de su parte, consentí tantas situaciones retorcidas que de recordar siento náuseas, decir que estoy asombrada es poco, no logro comprender su forma de actuar.
¿Por qué me odia? Qué pude haber hecho? Siempre he sido tan obediente con él, pocas veces me he negado a algo o lo he desafiado, pero hoy comprobé una vez más que desafiar a Erick trae graves consecuencias.

Le contó a Aarón lo sucedido a su acomodo, él me golpeó tan fuerte que me tuvieron que ingresar en el hospital, ahora estoy en cama y sin posibilidades de hacer mi ingreso a la universidad, me siento dolida y traicionada, me pregunto sin respuesta ¿Cómo fue capaz de traicionarme asi? ¿Como fue capaz de contar a Aarón mis planes de retomar mis estudios? ¿De verdad me odia tanto? ¿No significa nada todo lo que hemos vivido? ¿Dónde quedó su promesa de protección?

Decir que me duele el corazón es poco para lo que siento, siento que mi alma llora aunque no salga de mí ni una sola lágrima.

Lo más difícil de todo es que con su acción se ganó la entera confianza de Aarón, quién creía que Erick me solapaba todo y con esto le demostró que está de su lado aunque yo sea su familia.

— ¿Cómo te sientes Princesa? — dijo Aaron entrando a la habitación.

No contesté, llevo aproximadamente 3 días en mutismo total.

— Está bien, no hables. Es más, espero que nunca más digas una sola palabra, es mucho mejor así — contestó notablemente fastidiado.

Viré mi rostro al lado contrario y deje salir el aire que no sabía  que estaba conteniendo en mis pulmones.

— Mi madre se quedará a cuidarte, me tengo que ir— mencionó y lo escuché recoger sus cosas.

En mi mente solo ronda la idea de morir o escapar, creo que entiendo a mi madre.
Cuesta mucho ver la salida, cuesta mucho ser objetiva, cuándo todos están confabulados en mi sufrimiento.

Sentí entrar una energía pesada, gloriosamente solo se puso a tejer y no me regaló uno de sus muchos consejos absurdos.

Mis abuelos en ningún momento han venido a ver como me dejó Aarón, básicamente demuestran que no les intereso en lo más mínimo, comprobando que solo soy una moneda de canje.

La noche transcurrió en silencio, por la mañana entró el médico y autorizó mi salida, no puedo decir que me da felicidad volver a mi "hogar" de hecho me sentía más cómoda en el hospital.
Solo dió una serie de recomendaciones para continuar mi recuperación.

Aarón llegó a recogerme pero sentía su enojo, me miraba con intensidad, hacia movimientos pesados y bruscos.
Escuché a su madre susurrarle un —aquí no— que me heló la sangre.
Aun no termino de salir del hospital y ya parece que hice otra cosa mala.

Aarón conducía molesto y de vez en cuando me dirigía miradas cargadas de odio, dejó a su mamá en su casa y continúo el recorrido a la nuestra.
Al llegar me bajó cargada ya que sigo muy lastimada, entramos y vi todo inusualmente limpio considerando los dias que llevo fuera.
Me llevó a la habitación y me depósito en la cama matrimonial, besó mi frente pero fue un beso extraño como si tratase de reprimir sus demonios.

Bajo mi mirada fue directo al lugar donde escondi mis pastillas anticonceptivas, las agarró y las sacudió  al aire, demostrándome que no es tan imbécil— me tense— se dirigió al baño, escuché como tiró de la cadena.

Volvió hasta mi y me tomó fuerte de la muñeca, apretando al conjunto con su pesada respiración.

— de verdad crees que me puedes seguir viendo la cara de estúpido Dasha? — dijo en mi oido con ira contenida.

Nuevamente no dije nada, ¿qué puedo decir? No quiero tener a su hijo, ni el de nadie, odio ser vista como una incubadora.

Me soltó con frustración al no obtener ninguna respuesta de mi parte.

Tomé mi muñeca lastimada con mi otra mano, tratando de disipar el dolor.

— agradece que continúas en recuperación, pero cuándo se te acabe la gracia, tendrás que cumplir con tus deberes, te hemos tenido demasiada paciencia pero logras volarte todas las bardas, eres como una yegua salvaje... Pero no te preocupes se domar — tras la amenaza ajustó su cinturon y se fue.

Yo me pregunto si esto será siempre, si mi vida solo será para complacer a otros, me han aislado de todo, incluso perdí mis amistades por todo esto.
Mi rebeldía de nada me ha servido, igual me han doblegado.

Unos golpes en la puerta me trajeron de vuelta a la realidad.
Esperé a que pasaran, un momento después entro una mujer.

— buenas tardes señora white, soy la nueva empleada — dijo educadamente
 
Claro, la vueja empleada era yo.
Solo asentí, y ella continúo

— quería saber si le provoca algo de comer — me encogí de hombros a su pregunta.

Mire al lado contrario a su presencia y sentí que salió un rato después.

Pasaron las horas mirando al techo, confundida y pensando en como arreglar mi vida.

La empleada volvió con mi cena y unos medicamentos, los tomé y salió sin decir una palabra.
Aaron no volvió al anochecer y no sé si eso me hizo sentir mejor, lidiar con él es desgastante, creo que soy la única esposa que quiere que su marido tenga una amante.



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⏰ Última actualización: Nov 15 ⏰

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