cap

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Desperté, sintiendo el cansancio del día anterior, Aaron seguia dormido.
Pero yo debía levantarme a hacer su desayuno.
Su alarma pronto sonaría, abrí el cajón de la mesita de noche y saqué mis pastillas anticonceptivas, tome una y me llevé la caja, saqué el sobre de pastillas y tiré la caja a la basura, escondí las pastillas muy bien al fondo de mi ropa en el closet, tome la ropa que me pondría y me metí a bañar, salí, me cambié y bajé a preparar el desayuno de Aarón.
Fruta picada, café, jugo de naranja y tostadas con huevos.
Aaron es muy estricto con su rutina por la mañana, baja a las 6:30 en punto, ya cambiado con su traje y su perfume deja el ambiente impregnado.

Se acerca a mi y me da un beso corto en la boca atrayendome a su cuerpo sujetando mi cintura, respira profundamente en mi cuello como si intentara grabar mi olor, cuando me suelta, se dirige a la mesa donde todo está servido.
Me siento a su lado y comenzamos a desayunar.

— vi la caja de pastillas en la papelera — dice interrumpiendo el silencio

— ajam — hago un sonido con mi garganta.

El toma la mano que tengo sobre la mesa y la acaricia.

— pronto todo será mejor, me gusta cuando eres obediente — dice evidentemente satisfecho y besa mi mano.

Asiento un poco tensa, porque sé que estoy jugando con fuego.

Me despido de él, a las 7:30 y lo veo marcharse en su auto, corro a las escaleras y voy directamente a la habitación, entro al clóset y me pongo ropa decente, salgo a mi tocador y me maquillo suave, tomo mí bolso y bajo.

Llamo por teléfono un taxi y salgo de la casa, camino por la vereda de piedritas hasta en portón, el guardia distraído en su celular ni se percata de mi presencia, camino alejandome de la casa hasta el punto que indiqué y espero.
Pronto llega el taxi, me subo y partimos a la oficina norte de la compañía.

No mentire, estoy tensa y muy nerviosa.
Por un lado está Aaron y por el otro Erick.
Aarón si me descubre me mata y Erick no sé si me quiera apoyar, si esta visita realmente valdrá la pena.

Me bajo del taxi y pago, entro a la empresa y la recepcionista me recibe, al verme me saluda, lógicamente aquí todos me conocen, voy al piso más alto y la secretaria de presidencia me saluda.

— buenos días señora white, llega temprano — me sonrie amablemente.

Y sí, eran las 8:40 aún faltaba 1 hora para que Erick  me atendiera.

Le sonreí devuelta y me quedé en silencio.

— le avisaré al sr Erick, para que la reciba. — me anunció.

Mis nervios aumentaron y mí Corazón saldría en cualquier momento de mi pecho.

—puede pasar señora white.— dijo la secretaria

Me levanté y caminé a la puerta, abrí lentamente la puerta.

— Entra Dasha — escuché la voz varonil de Erick.

Nos miramos fijamente y él me señaló la silla frente a su escritorio.

Me senté nerviosa, sin saber que decir.
Aclaré mi garganta y lo saludé sin Saber por dónde comenzar.

— que te trae por acá? Tu marido sabe que estás aquí?— preguntó con un tono un poco burlesco.

No sé para que vine, se que está molesto conmigo, como si fuese mi culpa estar casada con ese idiota.

Suspiré negando.

— una mujer casada debería estar dónde su marido le permita, ¿No crees?— dijo mordaz

DashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora