primer error

702 35 3
                                    

Aaron caminó al mueble de la sala y se sentó indicándome el sillón enfrente, obedecí en silencio no queriendo provocarlo más, ya la situación está bastante mal y esto apenas comienza.

Aarón frotó su cara bruscamente y clavó la mirada en mí, suspiró pesadamente.

— Tráeme algo para está maldita resaca. — ordenó tomándose la cabeza con las manos.

Me levanté corriendo al baño por el botiquín, lo revisé encontrando Tylenol, tomé dos pastillas y fui a la cocina por agua.

Caminé a la sala y le entregué las pastillas, él me miró y observó atentamente la botella de agua.

— Anoche me dijiste que no había agua cariño. — dijo levantando una ceja y frunciendo la otra.

Apreté mis labios nerviosa en lo que se me ocurría una excusa.

— ehh sí, no había en la nevera.... Nana me mostró donde estaban guardadas y las refrigeró — dije lo más calmada posible para evitar sospechas.

A esto me refiero con que Aarón no es la clase de idiota que yo necesito, nada se le escapa.

— uh ujumm — hizo sonido con su garganta y me arrebató la botella de agua.

La abrió y tomó las pastillas.

— Siéntate cariño, tú y yo debemos aclarar varios puntos— lo dice con una sospechosa calma que solo logra ponerme más nerviosa.

Regresé al asiento frente a él, estrujando mis manos una con otra.

— El respeto no es algo que se te dé mucho, verdad? — bajé aún más la cabeza, prosiguió — Estoy hasta la madre de ti y tu mal comportamiento, ¿a caso fuiste criada por animales? —hizo una pregunta retórica, pero mira quién lo dice, el que todo lo resuelve con golpes, creo que estamos iguales— sí no fuese porque me siento como la mierda, tendrías ahora mismo el hocico reventado — dijo y me tense, ahí lo tienen señoras y señores, el hombre que se cree muy civilizado.

El resopló, evidentemente ésta molesto y claramente mientras no me quiera o pueda atacar me vale tres lo que dice.

— Necesito que aprendas a manejarte, porque la paciencia no es una virtud que yo posea y tú misma has mencionado varias veces que no quieres que te golpee, entonces solo te pediré que cooperes, ambos estamos en un matrimonio que no queremos, yo por ejemplo preferiría estar con una mujer de verdad, no con una niñata estúpida y malcriada — dijo aparentando calma. — Sabes lo que ganaste hoy, una corrección por tu conducta y por supuesto que la aplicaré... en cuanto me sienta mejor, a ti te irá de la mierda — dijo encogiéndose de hombros como si estuviera hablando de cualquier cosa y no de lastimarme.

Lógicamente me preocupé, no quiero que se sienta mejor, quiero que se sienta lo peor que se pueda sentir.

— Sólo diré que lo siento Aarón, trataré de ser mejor...— dije despacio y me levanté del sofá.— ¿quieres que te prepare algo de comer? — pregunté tratando de ser complaciente.

El aclaró su garganta y asintió.

—  solo picame fruta, haz unos huevos revueltos, unas tostadas y jugo de naranja. — sonreí satisfecha con su pedido, ya te jodí cabron.

Caminé a la cocina y comencé a prepararle la comida.

Él se asomó a la cocina.

— me lo traes a la habitación — dijo y se marchó.

Preparé todo rápidamente y caminé a la sala en busca de mi cartera, saqué el gotero y lo apreté en mi mano, creo que le pediré un par de botellas más a la abuela, caminé a la cocina nuevamente y dispuse todo en una mesita auxiliar, le puse 30 gotas al jugo no me puedo pasar tanto otra vez, guardé el frasco en mi cartera nuevamente.

Y me fui a entregarle su desayuno a mi amorcito, claro que sí.
Inevitablemente me reí por ese pensamiento, sí supiera mi abuela quién se está relajando con sus gotitas.

Llegué a la habitación encontrandola a oscuras por todas las cortinas blackout abajo.

— Aarón, te traje el desayuno — mencioné encendiendo la luz

— Apaga esoo!! — protestó.

Me acerqué a la cama, le puse la mesita, él se incorporó y me miró.

— no creas que ésto te librará — entrecerró los ojos, solo me encogí de hombros restándole importancia.

Me metí al baño para darme una merecida ducha, dejandoba Aarón entretenido con su desayuno.

Ya desnuda me observé en el espejo, mí mejilla tiene vasitos sanguíneos reventados lo que hace que se me vean puntitos rojos en toda esa parte.

Mi cuello está lleno de chupetones entre rojizos - amoratados y marcas de sus dientes.
En Mis brazos es notoria su mano dibujada por la presión que ejerció.

Suspiré cansada y entré a la tina, que ya había puesto a llenar.
Le puse jabón de burbujas con aroma frutos rojos, me adentré y cerré los ojos permitiéndome un momento de paz.

Unos 20 minutos después cuando ya sentía la yema de mis dedos macerada decidí que ya era tiempo de salir.

Fui a la habitación encontrando a Aarón dormido profundamente y a su lado la bandeja vacía del desayuno, me cambié con la ropa que encontré en la valija que consiste en un vestido suelto de flores, tomé la bandeja y la llevé a la cocina.

Fui hasta la sala a solo a sentarme pero ví el teléfono y pensé en Nana.

Marqué el número del teléfono familiar y lo dejé en mi oído.
Después de varios timbres al fin lo agarraron.

— Buenas tardes residencia Johnson— dijo una voz monotonamente.

— Buenas, con Amie porfavor.

— Ella está en horario laboral, no puede rebibir llamadas.

— soy Dasha... — dije aburrida de la situación.

— señorita Dasha, disculpe no reconocí su voz, ya mismo la llamo.

Unos segundos después se puso al teléfono

— Dasha! Estás bien mi niña!? — preguntó desesperada.

— si Nana estoy bien, Aarón se siente muy mal y no pudo lastimarme, pero no te llamaba para eso Nana, necesito tu ayuda, verás anoche no estuve con Aarón, pero le hice creer que sí y asumo que funcionó porque no me ha dicho más nada, bueno, el asunto es que necesito que él no pueda funcionar como hombre, entiendes lo que te digo?

— ehh, no mi niña, no estoy comprendiendo que necesitas de mí.

— necesito que me consigas un medicamento, remedio, planta, lo que sea que me garantice que Aarón no podrá tocarme.

Escuché un largo silencio de parate de Nana.

— Las cosas que se te ocurren Dasha... Veré que puedo hacer, pero si llego a encontrar algo será difícil llevarlo a ti.

— tu encontrarás la manera, te quiero mucho Nana, ya debo colgar — dije escuchando la puerta del penthouse ser abierta.

dejé el teléfono en su sitio y me metí a la cocina a lavar los platos sucios.
El padre de Aarón se puso en el marco de la puerta y me miró con desdén.

— muchachita, dónde está Aarón?.

— en la habitación, aún se siente mal con la resaca y está durmiendo.

— muy raro eso en Aarón...— mencionó y se fue.

Respiré con alivio al no tener su mirada escrutandome.

Terminé de lavar los platos y los acomodé.

Busqué mi cartera para encontrar mí móvil pero no está por ninguna parte, me quejé frustrada.

— alista tus cosas y las de Aarón los llevaré a su casa — dijo el sr white con su tono de mando.
Traía a Aarón abrazado de lado casi sosteniendo todo su peso, Aarón apenas y puede entreabrir los ojos

Asentí con simpleza y me fui a la habitación a recojer la ropa de Aarón que está tirada, guardé todo y saqué las valijas a la sala.








DashaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora