º•||𝓣𝓸𝓭𝓸 𝓮𝓼𝓽𝓪𝓻á 𝓫𝓲𝓮𝓷||•º

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"Todo es obscuro... ¿Por que? Acaso.... ¿Estoy muerta?, puedo sentir una mano tocando mi rostro. ¿Quien es? ¿Sera Budo?

Ayano camino por un pequeño pasillo adornado con petalos amarillos, bajo un poco la mirada notando que usaba un vestido del mismo color y con los pies descalzos. Al llegar a lo que parecía ser el final observo dos narcisos uno en una mesa en perfecto estado acompañado de un listón carmesí, mientras que el otro se encontraba en el suelo descuidado y maltratado.

-Hay algo ahí-se dijo asi misma antes de acercarse y tomar la nota.

"Si solo hay un narciso ocurriran desgracias... Pero... Si hay dos narcisos seran bendecidos por una felicidad plena"

Por instinto la menor recogió el narciso que estaba en el suelo, de inmediato apareció otra nota en la mesa, lo primero que hizo fue desdoblar la hoja para leerla, pero se encontraba vacía, entonces opto por unir ambos narcisos con el listón.

Al hacerlo las letras comenzaron a aparecer, exponiendo el contenido de la misma.

"Buscas ser amada. Lo anhelas de manera desesperada... Chica ingenua... Tienes a tu lado a la persona que te ama y daria todo por ti"

Antes de que pudiera analizar lo anteriormente leido abrio sus ojos de golpe distinguiendo aquel aroma que tanto detestaba, era un hospital.

La joven comenzo a analizar la habitación hasta que noto que alguien la tomaba de la mano; era Budo y se encontraba profundamente dormido, pero con una expresión llena de preocupación.

Segundos después una joven enfermera entró mirando a su paciente ya despierta.

-¿Cómo se siente? ¿Le duele algo?-Al escuchar eso Ayano dudo en su respuesta.-Oh... Entiendo.

-Estoy bien-Fingio una sonrisa y miro a Budo.

-El joven vino con usted y no a querido alejarse hasta que la viera sana... Es un chico ejemplar-sonrio de manera amable mientras lo miraba-... Hay unos oficiales que quieren hacerle unas preguntas. ¿Los dejo pasar?

Al ver que la menor asintió la enfermera se fue, pasando unos minutos dos señores entraron, y antes de que cerraran la puerta pudo ver unos cabellos azules asomarse.

-Señorita Aishi. Como lo supone estamos aqui para preguntarle que fue lo que paso. ¿puede apoyarnos?

-P-Pero... ¿Donde esta Kizana?

-Ella desgraciadamente a muerto, por eso es importante que coopere con nosotros.

-Y-Yo no recuerdo mucho. Les dire lo que pueda... Pero por favor asegúrese de que yo este a salvo. No quisiera que me asesinaran por hablar.

-Cuenta con nuestra protección.

-Yo iba a ayudarle a Kizana a maquillarse, pero tuve que salie por un labial que se le había caido. Ella menciono que era su favorito, lo guarde en mi bolso y fui con ella... Pero... Y-Ya estaba muerta, el asesino llevaba una capucha y guantes asi que no pude ver nada, después de eso me dijo: "has visto demasiado" y se me abalanzó. Trate de pelear pero fue inútil, me clavo el cuchillo y se fue corriendo, pero no sin antes dejarlo en el suelo.

Pobre joven. Estaba llorando a más no poder,los oficiales sentian lastima por esas lagrimas y esa voz quebrantada.

Por su parte Ayano se burlaba internamente de ellos, no existia un joven con capucha. Ella casi se mataba para eliminar las sospechas.

-Ayano... No temas, yo estoy contigo-La dulce voz de Budo resono por la habitación. Le dedico una dulce sonrisa a su amada mientras le daba un beso en la frente.

Como parte de su gran actuación la pelinegra trato de sentarse en la cama para abrazar a ese chico pensando en la nota que habia leido en lo que al parecer fue un sueño.

Los policías agradecieron y elogiaron a la menor y se retiraron. Los cabelloz azulinos que habia visto antes se hicieron presentes en la habitación, Oko también estaba ahi.

-¿Como... Te sientes?-La suave y pausada voz la hizo separarse de Budo para mirarlo.

-Estoy bien. Gracias por preocuparte por mi.

-Es un alivio.

Al decir eso se marcho, pero acompañado de una bella sonrisa en sus labios. Se notaba el alivio en su rostro.

Budo se puso de pie y se oculto en el pecho de su pequeña, solo fue cuestión de segundos para que comenzará a humedecerse. El estaba llorando.

-Pensé que te perdería. Te amo, te amo tanto que me asusta el tener que vivir un mundo en el que tu no estes.

Al decir aquello se separo. Se veía tan vulnerable con sus mejillas sonrosadas y llenas de lágrimas.

Eso fue algo que le hizo sentir algo nuevo a su amada: Dolor. ¿Por que se sentía asi?, le punzaba el pecho de tan solo verlo de esa manera.

Regresando nuevamente con Budo. Totalmente aterrado, confundido y sin poder ocultar sus sentimientos suspiro acercándose a su amada para unir sus temblorosos labios con los de ella, cerrando sus parpados con alivio, como si se hubiera quitado un peso de encima. Ayano abrio sus ojos con sorpresa, pero el sentirlo la hizo sentir en calma, tal como se senria viendo a Taro desde la fuente.

El mayor con una de sus manos busco la de su amada para entrelazarlas, quien sorpresivamente le permitió eso.

Era un beso puro y algo torpe. Nadie estaba usando a nadie, todo era tan verdadero que parecía de ensueño.

Por falta de aire se separaron, la pelinegra lo miro y le dio la mas sincera sonrisa que a dado.

-Ya no te preocupes Budo Senpai. Todo estará bien.


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Aquí esta un nuevo capítulo.
Se que me tarde pero aqui esta, espero que les haya gustado si es así no recuerden votar y comentar. Me ayudan muchísimo asi

¡Hasta el próximo capítulo!

°•||𝕃á𝕘𝕣𝕚𝕞𝕒𝕤 𝕕𝕖 𝕕𝕠𝕝𝕠𝕣||•° [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora