Habían pasado cuatro días desde la explosión. Los ciudadanos y los heridos seguían en proceso de recuperar lo material y la salud. Las aguas se habían apaciguado en la ciudad y todo se sentía un poco mejor tratando de volver a la típica rutina.
El turno de los detectives finalmente había terminado. Jay y Aly entraron dándose codazos divertidos mientras ella comía papas.
—No lo olviden, mañana noche de tragos —dijo Sarah.
—¿Tenemos noche de tragos? —preguntó Jay.
Sarah asintió— Generalmente cuando hay un fuerte suceso que nos sacude a todos, nos reunimos varios oficiales y bebemos un poco, en honor a nosotros, a los azules.
—Honramos a quienes partieron y celebramos que seguimos con vida. También celebramos por los casos que terminan de forma correcta. Lo sucedido hace unos días es digno de una noche de tragos. —dijo Jordan— Esperamos nos acompañen.
Jay miró a Aly— ¿Quieres ir?
—¿Tú puedes o tienes algún turno?
—Tengo uno, pero podré ir un rato.
—Entonces iremos —dijo ella, sonriendo.
Aly se acercó a su escrito. Organizando un par de papeles encontró aquella copia que había sacado de las finanzas de Yoenis. Torció su gesto, recordando el caso.
Jordán se acercó a ella— ¿Todo bien, Mendes?
Ella le enseñó la copia— Aún sigo pensando que debimos interrogarlo. Siento que alguien le pagó para que hiciera lo que hizo y no sé... algo no me da buena espina en esto. Creo que hay algo más de un simple odio.
Jordan revisó y ojeo la copia. Viendo la gran suma de dinero entendía por qué a Aly le parecía extraño aquella transacción hecha horas antes de la explosión. Incluso si la madre de Yoenis tuviese más de tres trabajos no lograría conseguir tal suma en el último mes.
—Veré que puedo hacer. —dijo guardando la información— Seguiré tu corazonada.
—Gracias.
Jordan se rasco la nuca, pensativo. Los demás integrantes con la mirada lo animaron a que le dijera.
—Eh... escucha, Mendes. Hay algo que nos gustaría que supieras.
Aly los miró a todos y se enfocó en Jordan— ¿Qué es?
—Hace casi un mes, Reeves nos pidió algo. A mí me hizo varias preguntas acerca de tu vida y me preguntó si podía acercarme a ti y sacarte algo de información, claramente no dije nada.
Sarah se señaló y después a Colín— A nosotros nos pidió que te siguiéramos un par de noches, al no aceptar preguntó entre los de patrullas quienes lo harían, ninguno aceptó.
—Reeves quería que interviniera tu teléfono y le pasara la lista de números con los que te comunicabas. —dijo Katie— Te juro que no lo hice, no me parecía correcto por más que fuera una orden directa.
Jordan la apoyó— Respetamos tu privacidad. Sabemos de buenas fuentes que estuvo por varios días buscando fuentes para llegar a algo de ti, pero tanto nosotros como el sargento nos encargamos de que nada le funcionara. Hace una semana dejó ese tema de lado por un llamado que le hizo el súper intendente. Queríamos que lo supieras.
A Aly no le sorprendió lo que Reeves intentó hacer, de hecho, era lo que esperaba que hiciera y por eso había roto todo contacto con los Müller aquellos días. Lo que sí le sorprendió fue el respaldo de su unidad.
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La promesa de dos almas
RomanceDiez años después. Chicago y sus altos índices en criminalidad más la promesa de dos almas que juraron amarse. ¿Su relación evolucionará con el pasar de los casos o le darán paso a su amor para otra vida?