Después de ver como su compañera tuvo que sentarse en silencio y con la cabeza inclinada, Jay fue al cuarto especial para los de inteligencia. Walker y Katie habían estado casi toda la tarde ahí así que él fue en busca de ella quien había decidido aplazar sus vacaciones. Pasó sin saludar y se paró en frente de Katie con una actitud áspera.
—Escucha. El tiempo en el que llevo conociéndote he notado que haces un buen trabajo, pero deja tus límites hasta ahí, solo involucra cosas de trabajo y ya. No andes divulgando información de otros y muchísimo menos si se trata de Aly ¿entendido?
Walker se acercó sorprendido de ver a Jay en esa actitud, al detective muy poco se le veía de mal genio pues a los demás se les había empezado hacer difícil provocarlo. También le sorprendió que se estuviera dirigiendo así a la encantadora Katie.
—¿Qué sucede, Jay? —preguntó el sargento.
—Foster le dijo algo a Aly que la molestó. No hubiese dicho aquel comentario si no conociera la información que cierta persona le dio.
—¿En dónde está Aly?
—Moore la tiene como perro regañado al lado del escritorio.
Mientras Jay le contaba todo lo sucedido a Walker, Betty miraba a Aly quien no tenía expresión alguna, pero ella podía sentirla enojada.
—Detective, no soy su enemiga.
—No le estoy diciendo nada.
—¿Por qué se dejó provocar de él sabiendo que eso es lo que ha estado haciendo con todos en los últimos días?
Aly se encogió de hombros— Se metió con algo que no debió mencionar —dijo y volvió a concentrar la mirada en las botas negras para al final quedarse en silencio.
—Mendes, —dijo Walker— sube.
—John...
—Betty, yo me encargo.
—Foster estará en todo su derecho de poner una queja. Lo ha dejado mal.
—Lo sé. Yo lo soluciono.
Los dos detectives subieron en compañía del sargento. Aly no estaba de muchos ánimos, había vuelto a perder el control y eso no le gustaba, pero las palabras dichas por Foster era lo que más martillaban en su mente.
Ella había respetado a su esposo, siempre lo hizo, le fue fiel en todo momento y no sabía por qué le disgustaba tanto lo dicho. Ella no hacía nada malo, pero ¿por qué se sentía como si lo hiciera?
—Aly... —susurró Katie apenada.
Ella ya sabía lo que diría— No es necesario, Katie.
—Sí lo es. Lo siento, yo no debí hablar con Foster de tu vida privada y mucho menos mencionar que Andrew está sirviendo como informante, fue un gran error mío, realmente lo siento.
Walker suspiró— Katie es mejor si te vas ahora. —ella asintió sintiéndose mal y se marchó— Ustedes dos, —señaló a los detectives— esperen un momento, haré unas llamadas.
Aly se tumbó sobre la silla y suspiró— ¿Crees que me van a suspender?
—No. Walker tiene un pensamiento similar al de Cobra.
—"Lo único que logro con suspenderlos es darles más tiempo para que hagan estupideces" —citó las palabras de Cobra y su compañero asintió.
Jay se apoyó sobre el escritorio y habló— Casi lo acabas.
Ella apretó los labios— ¿Cómo se le ocurre decir que estaba esperando la muerte de Lucas? ¿Qué tan podrida tiene la mente como para decir eso? —gruñó malhumorada, pero a la vez se sentía destrozada— Dejé a Andrew atrás cuando me comprometí con Lucas. Nunca llegué a pensar que perdería a mi esposo y volvería a encontrarme con Andrew. —inclinó la cabeza— Jay... no soy lo que Foster dijo, no estaba esperando eso.
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La promesa de dos almas
RomansDiez años después. Chicago y sus altos índices en criminalidad más la promesa de dos almas que juraron amarse. ¿Su relación evolucionará con el pasar de los casos o le darán paso a su amor para otra vida?