Fénix: Desamor, locura y pasión © (#1) [ ✔️ ] (EN EDICIÓN)

Capitulo 2: "Principio del comienzo"

Llegamos al hotel donde nos vamos a hospedar, es increíblemente lujoso. Tiene grandes candelabros de cristal, ventanas con cortinas hermosas color escarlata y por lo que observo al final de la recepción hay un bar que da directamente a la playa.

— ¿Joder, esto es un maldito sueño?— Habla Frank leyéndome la mente.

Nos acercamos a la inmensa recepción y una chica castaña levanta la vista a nosotros y sonríe.

— Hola buenos dias señorita. Soy Evangelina Stone y el es Frank Charls, tenemos una reserva aquí.

— Buenos días señorita Stone y señor Charls. Aguarden unos minutos que lo constataré en sistema.— Dice la recepcionista sonando muy amable.— Correcto, ustedes tienen una reserva en las suite del piso trece. La de la señorita Stone es la ciento cinco y la del señor Charls la ciento siete.— Extiende la mano.— Aquí tienen las llaves, su equipaje lo llevaremos a sus Suite's. Por la derecha tienen el elevador que los dejara a tres puertas de su Suite.

— Muchas gracias ¿Señorita?— Cuestiona Frank curioso.

— Lenna.

— Oh, muchas gracias señorita Lenna, que tenga un lindo día.— Dice coqueteando.

— Igualmente.— Dice despidiéndose y nosotros caminamos al elevador con puertas doradas.

— ¿Ya encontraste una presa amigo?— Le hablo despacio en el oído.

— Ya sabes como soy, no tiene nada de malo. Ya que esta será nuestra nueva vida ¿No?

— No claro que no, pero lo unico que hizo es ser amable contigo Frank, no te emociones.— Digo burlandome de el.

Cuando llegamos a las suite's, claramente revisamos todo. Las paredes son blancas, las cortinas y las sabanas haciendo juego y una gran tv.
Frank me molesta diciendo que su suite es más grande. Pero yo lo deje mudo, porque la mía tiene un balcón y la mejor vista al mar.

De repente toca la puerta un hombre uniformado. Con un banquete de lujo.

¿Y saben que es lo mejor? Trae cervezas gratis.

Recién al tercer día de estar en el hotel vamos a comenzar a trabajar. Asi que nos parece una buena idea embriagarnos esta noche.

Después de tocar todos los botones de los comandos de la habitación y tomarnos todas las cervezas, Frank propuso que podríamos ir al bar del hotel y divertirnos esa tarde.

Salgo de la habitación antes que Frank. Mientras lo espero en la puerta, observo al vecino de enfrente. Su suite es justo la que está enfrentada a la nuestra, la ciento seis.
Lo observo por el rabillo del ojo, el pasa por un lado, sin siquiera darse cuenta de mi existencia.

¿Me pregunto si así de odiosa es la gente de aquí?

Frank sale y bajamos al bar.
Todo esto es como una maldita fantasía.
El bar literalmente está detrás del hotel.

—  Joder, esto es increíble y no seria real sin ti.— Grita Frank medio ebrio.

—  Literalmente esto parece una maldita película donde los protagonistas se sacan la lotería. Gracias por estar aquí Frank. Esto no seria posible si tu no me hubieras seguido.

Pasaron unas horas y unas copas de mas, como siempre.
Decidimos meternos por primera vez, en ese mar tan claro que puedo ver mis pies.

Mi estado me hace sentir cada gota de agua, como si fuera una bienvenida.

Es aquí mi lugar en el mundo.

A lo lejos, creo ver a un chico metido en el mar, casi a la mitad de la costa.
Me siento mal por el, porque esta solo, pensante y observando al horizonte hace rato.