Capitulo 48: "Comando de Francia (Parte I)"

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El tiempo pasó, la melancolía de abandonar L.A me afligió estos meses, no la pase nada bien.

Tuve una amenaza de aborto y descubrieron que tengo una arritmia cardíaca, es una secuela de la reanimación agresiva que he recibido, los médicos creen que desaparecerá con el tiempo. Pero a causa de eso, mi embarazo se complicó más y más.

Papá no me abandonó ni un segundo, cuando nos mudamos todos a Niza, una ciudad al sur de Francia.
Es una zona turística muy hermosa, pero nosotros estamos en la central de fuerzas especiales, así que no disfrutamos mucho, sobre todo yo que vivo encerrada.

Si cómo escucharon.
Los reyes de Los Ángeles viven con el maldito FBI.

Furkan creyó que era la única alternativa, ya que apenas salieron a buscarme, la tríada bombardeo la mansión de Los Ángeles.

Todos sé unieron a las fuerzas especiales, excepto Queen y yo.

El por terco y yo por el embarazo.

Sigue siendo el mismo idiota de siempre, pero cumple cada capricho y cada antojo sin quejarse, nos cuida día y noche, según el no podemos arriesgarnos y bajar la guardia por más de que el FBI nos cuide el culo.

Ya pasaron tres meses desde que nos fuimos y tengo casi treinta y cuatro semanas de embarazo, mi vientre está inmensamente pesado.

Los mellizos no se dejan ver el sexo en los ultrasonidos, así que estamos a la espera de saber que son, eso es lo que menos me preocupa igualmente, ya que uno de los pequeños está teniendo problemas para aumentar de peso.

Así que estoy con medicación, vitaminas y asistencia, las veinticuatro horas del día.

Esa asistencia es Queen, ya que no confía ni en su sombra. Gracias que deja entrar a papá y a los chicos y porque prácticamente lo obligo.

Estoy cansada de estar encerrada entre cuatro paredes. Quiero salir, ejercitarme, ser la Evee de hace unos meses.
El embarazo se volvió un fastidio, solo quiero que nazcan para poder volver a ser la misma de antes.

Me levanto lentamente para ir al baño, no dejo de orinar, es como si tuviera mil litros de liquido en la vejiga, que vacío y vuelve a llenarse a los veinte minutos.

—¿A donde vas? —Pregunta desde el sillón, con su laptop en los muslos.

—Al baño, ya deja de controlarme, no soy una reclusa. —Hablo sonriendo, me acerco a el y beso sus labios.

—Stone, hoy saldremos a dar un paseó. —Vuelve su vista a la computadora y sigue hablando. —Así que báñate, apestas. —Sonríe.

—¿Oh, es una cita? —Habló emocionada.

—Algo así. —Sonríe sin más, de esa forma que me hace querer que hagamos mil hijos más.

Me meto a la ducha, la cintura me duele todo el tiempo y lo único que lo calma es el agua caliente o el sexo con el padre de mis hijos, qué tenemos por cierto, más de lo que le podría admitirle a Daniel.

Salgo con mi albornoz bordo, secándome el cabello con una toalla y Queen no está.

Es extraño, no se aleja ni siquiera para ir por alimentos, ya que tiene a mis amigos de sirvientes y a la mitad del FBI.

Me despreocupo y comienzo a buscar en mi armario un lindo vestido.

Pero para mi mala suerte, todo me queda pequeño o se queda atascado en mi ex delgada cintura.

—Joder ¿Que demonios me pondré? —Tapo mi cara frustrada y lanzó el ultimo vestido por los aires.

—Deja de maldecir Stone, no quiero que mis hijos sean dramáticos como tú . —Habla desde el umbral de la puerta. —Suponía que esto pasaría, así que envíe a Issabel a la tienda. —Sonríe ampliamente al ver mi cara. —Vístete, que llegaremos tarde si sigues desnuda.

Fénix: Desamor, locura y pasión © (#1)  [ ✔️ ] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora