Capitulo 46: "Taketomi"

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El jet aterriza después de dieciocho horas de vuelo en una pequeña isla al sur del país asiático, llamada Taketomi.

Ibamos a ir a Taiwan, pero el padre de David esta en la pequeña isla de Japón.
Es jefe de una clínica de alta complejidad y según Queen es el mejor lugar para nosotros en este momento, ya que Lucy esta encerrada, pero su clan sigue suelto y enterarse de mi embarazo sería una ventaja para ellos.

Dominic está serio, el tema de la gestación y mi casi muerte, lo tienen alterado.
Se que es difícil de procesar, siendo una persona que se crió sin ningún lazo paternal.

Por más que no lo demuestre e imponga un porte frío, se que es porque no sabe entender sus sentimientos y la preocupación lo hace comportarse como imbécil.

Por más que aparente ser una bestia sin humanidad, se que soy su debilidad y este bebé esta provocando lo mismo y no estaba listo para tantas emociones juntas.

Las hélices alborotan mi cabello rojizo y Queen insiste en cargarme, pero no lo dejo, por más que este débil, tengo que ser fuerte para lo que viene, se que no será sencillo.

Un hombre de unos cincuenta años nos recibe y le da un apretón de manos a Queen.

—Hasta que él pequeño mal nacido, recordó que tiene un padre. —Bromea Daniel.

—No estoy aquí por idioteces Holand. —Contesta malhumorado, de la misma manera que le habla a David.

—Siempre tan educado mi pequeño rebelde. —Sonríe y me observa. —¿Quien es esta belleza? —Toma mi mano y la besa. —Daniel Holand ¿Señorita?

—Al Sahir Stone. —Respondo con una sonrisa y su cara pasa de arrogancia, a confusión en segundos.

—La heredera de Los Ángeles. Creí que nunca iba a tener el placer de conocerla, señorita Al Sahir Stone.

Dice con una sonrisa que muestra su perfecta dentadura.
Me recuerda a David, es un hombre mayor, pero no le quita su atractivo.
Es alto, su cabello es rubio, alborotado y su tez bronceada le da el toque que falta para verlo como un Dios nórdico.

Nos indica para dónde ir y lo seguimos.
La isla es pequeña, pero paradisiaca. Por lo que se, hay pocos habitantes y la clínica es la principal atracción.
Llegamos a la oficina de el doctor Daniel y la asistente nos recibe con bocadillos.

—¿En que puedo ayudar a mi pequeño rufián y a esta linda muchacha? —Habla cuando nos sentamos en la gran oficina con vista al mar.

Le explico todo lo qué sucedió detalladamente y el escucha atento.
El disparo, mi reanimación, los medicamentos que utilizaron y el embarazo. El solo asiente y toma nota de todo.

—Vamos a dejarla unos días internada, aquí tendrá la mejor recuperación posible.
Mientras tanto, quiero hacerle un ultrasonido.

Cuando nos estamos levantando una mujer esbelta aparece en la puerta, con los ojos llenos de lágrimas.

—¿A caso mi pequeño no pensaba saludarme? —Se acerca a estrecharlo.

—Hola tia Susan. —Habla con una pequeña sonrisa en la cara, correspondiéndole el abrazo.

—Jamas llamas, ni mandas mensajes, sabes que esta vieja necesita amor ¿Que te cuesta dar un poco de lo qué recibes eh maldito ratero? —Su comentario me hace reír y ella lo nota. —Oh muchacha, tu debes ser Evee ¿Cierto? —Se acerca a mi y me tambaleo un poco por el dolor.

—Mucho gusto. Usted debe ser Susan. —La mujer de pelo oscuro y ojos negros asiente.

—¿A que no sabes de la nueva aventura de este maldito mal nacido Susan? —Daniel sonríe y ella lo observa. —Nos va a hacer abuelos. —Grita de emoción.

Fénix: Desamor, locura y pasión © (#1)  [ ✔️ ] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora