Gulf Kanawut, es un hermoso chico de diecisiete años, hijo de un poderoso hombre de negocios y de una de las mujeres más admiradas del país.
Un fallido secuestro pone en alerta a la familia, por lo que deciden contratar a más seguridad para toda la...
Mew no podía dormirse, tenía calor y estaba bastante nervioso por empezar con esa familia, además no podía dejar de pensar en que su nuevo protegido era bastante mimado y muy caprichoso.
Singto le había dicho que podían usar las instalaciones cuando la familia no lo hacía, así que finalmente decidió ir a nadar un rato en la piscina para relajarse.
Mientras en su habitación, Gulf aún con la luz encendida, seguía despierto por estar en el ordenador, jugando a su videojuego favorito con sus amigos.
Prefería hacer eso en vez de dormirse y descansar pues dormirse en las clases le daba igual.
-Maldita sea no...no...no...te fluminaré con mi espada laser. Joder... Long te odio-susurraba con su micrófono de cabeza inalámbrico, mientras su amigo festejaba su triunfo al otro lado de la línea.
Estaban por empezar otra partida cuando escuchó el chapoteo del agua, entonces se levantó de la silla de su escritorio y se acercó a la ventana que daba a la piscina.
-La leche... joder...me cago en la puta-susurró asombrado sin darse cuenta de que tenía el micrófono puesto y a sus amigos escuchamdo.
-¿Qué te pasa Gulf?, ¿Te han descubierto tus padres?-preguntó Long preocupado.
-N-No...no....emm... no pasa nada-susurró reaccionando, mientras seguía mirando hacía la piscina donde estaba su guardaespaldas, el cual sonreía.
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-Oye pero, ¿qué ocurre?, ¿seguimos jugando o qué?
De repente, el guardaespaldas se salió, haciendo que el chico se olvidase completamente de la partida, ya que mantenía sus ojos muy abiertos, al igual que su boca ante el provocador espectáculo.
-Si...si a-ahora mi-mismo v-voy-balbuceó este antes de quitase el micrófono unos segundos.
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Finalmente recobró la cordura y volvió al ordenador pero a pesar de que intentó concentrarse en jugar la partida, Gulf no pudo evitar acabar muerto pues su mente no dejaba de asediarlo con el erótico recuerdo de su sexy guardaespaldas, el cual para su desgracia no solo le parecía muy guapo, sino que recién había descubrierto que realmente era un Dios griego con su perfecto cuerpo.
