Once

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Los Kanawut esperaban muy intranquilos en la sala de urgencias.

...-¿Cuanto más van a tardar en decirnos algo?-habló Lukkade desesperada.

-Tranquila cariño, los médicos saben lo que hacen-dijo Pen abrazandola.

-Iré a ver señor... quizás me digan algo-Singto se ofreció.

-Gracias, muchacho.

Cuando el moreno salió de la sala de espera, Mew se acercó a sus jefes.

-¿Les traigo algo?, quizás le venga bien una bebida caliente.

-Gracias, una tila estaría bien-dijo la mujer girándose hacia el guardaespaldas de su hijo.

-¿Un café, señor?.

-Si, Mew, muchas gracias.

El escolta se fue a la cafetería para buscar los pedidos, mientras los Kanawut se sentaban de nuevo en los bancos de la sala de espera, ya por cuarta vez desde que su hijo había entrado por a puerta de urgencias.

-Estoy tan asustada, ¿por qué Gulf haría una cosa así?, ¿qué pudo haberle pasado para intentar quitarse la vida?.

-No lo sé... Nuestro hijo es todo un misterio.

El guardaespaldas del cabeza de familia regresó con noticias pues al parecer una amiga suya que era enfermera y que empezaba su turno, por lo que se había enterado que el lavado de estómago ya había finalizado y que el chico se recuperaría.

-¡Oh gracias al cielo!-exclamó la mujer aliviada abrazándose a su marido.

Minutos después, Mew regresó con una bandeja con las bebidas calientes, le entregó la tila a la mujer, el café a su jefe, luego otro café a su compañero y por último cogió el suyo.

De repente un médico, que aún venía quitándose los guantes y la mascarilla se les acercó para hablarles.

-¿Doctor cómo está nuestro hijo?.-preguntó la mujer impaciente.

-Señores, su hijo está estable... Le hemos hecho un lavado de su estómago pero es difícil precisar cuantas pastillas se tomó y por tanto cuanto afectará el sedante a su organismo... Dependerá de como evolucione en las próximas horas.

-Pero, ¿su vida corre peligro?-preguntó Pen asustado.

-Su hijo a tenido mucha suerte, la acción de meterlo bajo la ducha para mantenerlo consciente, ha sido vital...Les pido paciencia-dijo el médico sonriéndoles.

-Muchas gracias, doctor.

La pareja miró entonces al escolta de su hijo y se acercó.

-Gracias Mew, te debemos la vida de nuestro hijo-habló la mujer abrazándolo entre lágrimas.

-Si muchacho, muchas gracias-dijo también su esposo, extendiendo su mano para estrecharsela.

Este sonrió aliviado.

-No tienen que agradecerme nada, solo he hecho mi trabajo.

Singto también se le acercó y palmeó la espalda a su compañero para felicitarle.

-Bien hecho.

El escolta también se había quedado más tranquilo por lo que el médico había dicho, pensar en que no podría volver a ver el precioso rostro de Gulf de nuevo lo habían derrumbado, aunque no lo mostrase exteriormente.

Pen llamó a la casa, donde John el guardaespaldas de su esposa, se había quedado con sus hijas, junto con Krist para comunicarles que el primogénito se recuperaría y que pronto regresarían pues ellas se habían quedado también muy preocupadas por su hermano.

Una hora después, la pareja pudo ver a su hijo, éste estaba ya en una habitación recuperándose de los efectos del lavado de estómago.

-Cariño...Gulf..somos mamá y papá...cielo, ¿qué tal estás?-dijo la mujer acariciándole la cabeza.

El chico abrió los ojos y giró la cara para no ver a sus padres, los cuales tenían sus caras desencajadas por los nervios vividos y el miedo que habían pasado.

-¿Puedes hablar hijo?-preguntó su padre.

Este volvió a girar la cara, lo miró con sus ojos llenos de lágrimas y asintiendo mientras mordía el labio intentando contenerse.

-Bien, ya hablaremos de esto... Lo importante es que estás bien y todo gracias a los médicos y por supuesto a tu guardaespaldas-volvió a hablar el cabeza de familia.

-¿Mew?-susurró éste extrañado.

-Si cariño-dijo feliz su madre tras escuchar la voz de su hijo-...él abrió la puerta y te metió en la ducha rápidamente y te mantuvo consciente... El médico nos lo ha dicho que gracias a su rápida actuación pudiste salvarte.

-Hijo, ese hombre es tu ángel de la guarda.... Le debes la vida.

Gulf no dijo nada, solo cerró los ojos y giro de nuevo su cabeza, manteniéndose así hasta que una enfermera vino y les dijo que se había acabado la visita.

Cuando ya llegó la noche, el médico volvió a la sala de espera para hablar de nuevo con los padres de este.

-Bueno señores... Mi turno ha terminado pero quiero decirles que su hijo está en buenas manos, no se preocupen...Ustedes deberían irse a descansar también, mañana podrán regresar y si todo está bien, el paciente podrá irse a casa... Les aconsejo que tengan a mano a un psicólogo pues los pacientes que atentan contra su vida suelen tener algún problema del que no ven solución o incluso algún trauma no superado, por lo que puede volver a repetirse y quizás ya no tenga tanta suerte.

-¡Oh por Dios no!...muchas gracias doctor, buscaremos al mejor, se lo aseguro-habló la mujer con preocupación rompiendo a llorar de nuevo, entonces Pen la abrazó mientras le estrechaba la mano al médico nuevamente para despedirlo.

-Esperemos que nuestro hijo no sea uno de esos casos....gracias por todo doctor.

Unos minutos después los Kanawut decidían quien se iría.

...-Vete tu cariño, yo no quiero irme...No voy a dejar a mi hijo sólo-dijo Lukkade a su marido.

-Cariño, nosotros no podemos atenderle....Las enfermeras y los médicos estarán con él, tú debes descansar al igual que yo... Además así tranquilizaremos a nuestras hijas-dijo este intentando hacer comprender a su esposa.

-Yo me quedaré con él, vayan a descansar-Habló entonces Mew acercándose-... Vigilaré bien la puerta.

El cabeza de familia le sonrió y le tocó en el hombro con aprecio.

-Muchas gracias muchacho, sabemos que nuestro estará en muy buenas manos.

Este asintió y se despidió de sus jefes y de su compañero, los cuales quedaron en regresar a primera hora de la mañana.

Finalmente con permiso de los médicos y de las enfermeras, el guardaespaldas pudo entrar de vez en cuando a la habitación de su protegido y poder chequearlo, el cual permanecía dormido debido a los sedantes.

Finalmente con permiso de los médicos y de las enfermeras, el guardaespaldas pudo entrar de vez en cuando a la habitación de su protegido y poder chequearlo, el cual permanecía dormido debido a los sedantes

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12. Guardaespaldas - Mewgulf - Primera parte -TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora