Gulf Kanawut, es un hermoso chico de diecisiete años, hijo de un poderoso hombre de negocios y de una de las mujeres más admiradas del país.
Un fallido secuestro pone en alerta a la familia, por lo que deciden contratar a más seguridad para toda la...
Este no pudo terminar pues el hombre se abalanzó sobre él.
-Venga hijo, mira lo que me obligas a hacerte... Yo no quiero lastimarte, al contrario quiero que seamos amigos, que comportarnos momentos como cualquier padre e hijo.
El chico lo miró con furia.
-¿Y secuestrandome crees que es como yo te voy a ver como padre?, ¡En serio estás mal de la cabeza Willy!-gritó nuevamente.
-¿Vaya así que sabes quién soy?, al parecer la fulana de tu madre y ese estirado de Kanawut no han podido evitar que supieses de mi, eso me agrada, así será más fácil pata los dos
-¡Pudrete!.
Otro golpe fue propinado en la hermosa cara del chico.
-¡Cállate!, ten más respecto y déjame explicarte-gruñó el mayor levantándole y sentándole en una vieja silla, donde le ató y le tapó la boca para que no hablase.
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-Verás hijo, la puta de tu madre fue a la cárcel y me dijo que había tenido un aborto y ya no supe de ella...más tarde y casualidad supe que se iba casar con ese idiota de Kanawut y que iban a tener un hijo. Cuando naciste le contaron a todos que eras sietemesino pero yo por ese entonces tenía una especie romance con una enfermera de hospital y conseguí convencerla de que te sacaste una muestra y la cotejasen en un laboratorio con la mía y puff...-palmeó este asustando al moreno que dio un pequeños brinco en la silla-...resultaste ser mi hijo y entonces intenté que esa puta me reconociese como padre pero no lo hijo... Ellos te llevaron lejos y nunca me dejaron acercarme a ti...Gulf, soy tu padre y quiero estar contigo, disfrutar de tu compañía... Tengo entendido que te pareces mucho a mí-sentenció este riéndose cínicamente.
-Señor le traigo algo de comer al habló O.H. trayendo una bandeja.
Willy asintió y dejó que este le sacase la mordaza.
-Come algo hijo, no quiero que te mueras, tengo grandes planes para nosotros.
-¡Ni en tus sueños psicópata!, ¡yo no iré contigo a ninguna parte!, ¡Púdrete!- le gritó nuevamente Gulf en cuanto pudo.
El hombre volvió a perder la paciencia y una vez más volvió a golpearlo pero ésta vez le dio más fuerte y el chico cayó inconsciente.
-Como quieras mocoso...si prefieres por las malas pues será por las peores-dijo antes de salir del sucio y oscuro sótano.
(...)
Una vibración en su tobillo sacó de su inconsciencia a Gulf, entonces vio que estaba de nuevo en el colchón, entonces se levantó el pantalón como pudo y vio que la pulsera en su tobillo que el guardaespaldas le había obligado a llevar días atrás, estaba parpadeando.
