A la hora de la cena, los Kanawut regresaron a su casa junto con sus guardaespaldas.Toda la familia al completo se sentó a la mesa tras esperar que Gulf acompañado por su escolta subiera a su habitación para quitarse el traje de baño.
No pudieron demorarse mucho pero aún así, tuvieron oportunidad de compartir unos cuantos besos más, antes de que este volviese con su familia al comedor.
Mientras, Mew fue a la cocina junto con sus compañeros pues ya las doncellas y la cocinera de la casa tenían la comida servida.
—¿Qué tal la tarde?, ¿la princesa no ha intentado llamar la atención de nuevo?—preguntó John abriendo la conversación.
—No, por fortuna parece que ya está más tranquilo—contestó Mew.
—No te fíes amigo, ese chico no está bien—dijo Singto seriamente—... es un caprichoso y ya no sabe que inventarse para ocasionar problemas...No bajes la guardia con él, hará lo posible por perjudicarte.
El escolta estaba molesto con las palabras de sus compañeros pues para el Gulf no era así, simplemente era un muchacho sensible que necesitaba mucha protección y amor.
Estaba seguro de que no actuaba con maldad, simplemente creía que tenía algún tipo de trauma o problema que pasaba inadvertido para los demás y que tan solo lo habían cubierto con cosas materiales.
—El niño Gulf se ha vuelto así desde meses atrás—habló entonces la cocinera—...antes era muy cariñoso y bueno, incluso le gustaba estar aquí en la cocina conmigo, le encantaba que le contase historias pero de repente un día todo cambió y ya no vino más.
—Que raro, ¿Qué le habrá hecho cambiar?—preguntó Krist curioso.
—No lo sé—volvió a hablar la cocinera—...sea lo que sea lo tiene dentro y hasta que lo suelte no volverá a ser el que era.
El escolta comió en silencio mientras dio vueltas a la conversación, tenía que averiguar que era lo que podía haberle sucedido a su protegido, sin duda tenía que ser algo grave si había cambiado tanto.
La familia también disfrutó de la comida juntos y aunque todos evitaron preguntarle a Gulf sobre su estado, lo miraban de reojo para descifrar sus pensamientos.
Este por su lado, estaba muy tranquilo y animado, comía con mucho apetito y como si no hubiese ocurrido nada, ya que en su mente solo pensaba en el siguiente instante que tendría para poder probar de nuevo los labios del guardaespaldas.
Tras el postre, este pidió permiso para subir a su habitación, entonces su padre volvió a llamar a Mew para que lo acompañase, esperó un reproche de su hijo pero extrañamente para todos permaneció en silencio.
...—Vaya, parece que por fin ya te has dado por vencido y aceptas a tu guardaespaldas—dijo Pen seriamente.
Entonces Gulf se dio cuenta de que estaba resultando muy evidente y de ahí a que descubrieran lo suyo y despediesen a Mew había solo un paso, así que decidió actuar.
—¡No!, ¡No lo soporto!, ¡es un gorila metomentodo!...¡lo odio y estoy deseando que se vaya!—chilló mirando a este, el cual se quedó confuso ante todo lo que este decía de él.
Sus padres negaron resignados y a continuación se miraron pues al parecer su caprichoso y intolerante hijo seguía en sus trece.
—Anda hijo... deja la protesta y trata mejor a tu guardaespaldas, por favor—le regañó finalmente su madre.
De repente el teléfono de la casa sonó y Samantha corrió a cogerlo.
—Si, oh claro Hannah...sí, Gulf está aquí.
El chico miró a su hermana y corrió al aparato rápidamente como si le fuera la vida en ello.
—Hola cariño, claro que mañana puedes venir a verme, ven te espero...besos a ti también.
El guardaespaldas subió las escaleras detrás del chico, el cual rápidamente entró en su habitación y se tumbó en la cama cogiendo una revista de motos.
El guardaespaldas cerró la puerta y se acercó a la ventana y tras un breve silencio, soltó un suspiro pero el moreno ni se inmuto, entonces este se giró y lo contempló atónito pues no sabía que creer.
Poco después Gulf levantó la vista y lo miró un instante, luego volvió a su revista sonriendo feliz, no quería que Mew se enfadara, quería estar tranquilo y abrazado a él pero sabía que este estaba tenso por la llamada, aunque no podía evitarlo pues en verdad quería ver a Hannah.
Las advertencias de Singto rondaron la cabeza del escolta, el cual estaba empezando a pensar que sus peores temores se estaban cumpliendo y Gulf simplemente quería jugar con él.
La verdad era que al chico le resultaba divertido verlo molesto, celoso, disfrutaba con tenerlo loco de amor, era nuevo para él pues a pesar de que había tenido algún que otro pequeño lío chicas, solo habían sido diversión.
Gulf nunca se había enamorado a un chico mayor que le correspondiese, por lo que se sentía poderoso y creía que Mew haría todo lo que él quisiese, incluso soportar la presencia de Hannah.
(...)
Era sábado y toda la familia decidió pasarlo en el centro comercial, así que Pen y Lukkade junto con sus hijas y sus escoltas se subieron a los coches y se fueron.
La casa se quedó vacía y tras jugar unas partidas en su ordenador, Gulf decidió bajar seguido de un Mew bastante malhumorado.
Poco después se escuchó el timbre y la doncella fue a abrir la puerta.
—Buenas, señorita bienvenida.
El chico muy sonriente, disfrutaba de la cara de su escolta al ver a la chica correr hacía él y abrazarlo fuertemente.
—Hola osito...vaya susto me he llevado...nunca vuelvas hacerme eso.
El guardaespaldas carraspeó sorprendiendo a Hannah pues la chica ni se había dado cuenta de su presencia.
—Oh...tú debes de ser Mew, el guapo guardaespaldas de mi novio...Que bien que lo salvaste, muchas gracias hombreton—dijo la chica moviendo las pestañas y dándole la mano.
El mayor le tendió la mano también, no era un maleducado, aunque no entendía una mierda de lo que estaba pasando pues la rubia y sonriente chica que tenía delante era muy regalada.
Pero eso no fue lo peor pues tras volver al sofá donde Gulf permanecía sentado, ésta se tumbó y le pidió un beso a lo que este no puso objeción o eso es lo que percibió su escolta antes de volverse a girar a la ventana, ya que eso dolía demasiado.
El chico sentía como si estuviese besando a su hermana, aunque la chica era guapa, muy buena y la quería mucho, estaba reafirmando lo que ya sospechaba.
Este ya no sentía atracción alguna por ella y todo desde que él y su guardaespaldas se habían acercado íntimamente, definitiva y dolorosamente, era gay.
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12. Guardaespaldas - Mewgulf - Primera parte -Terminada
FanfictionGulf Kanawut, es un hermoso chico de diecisiete años, hijo de un poderoso hombre de negocios y de una de las mujeres más admiradas del país. Un fallido secuestro pone en alerta a la familia, por lo que deciden contratar a más seguridad para toda la...