"MI DESTINO ERES TÚ" 3 TEMPORADA

CAPITULO 38

Llegamos a la casa y élla bajo enojada azotando la puerta de la camioneta antes de que terminara de hablar. Que demonios le pasa a esta niña, parece una adolescente molesta y apenas tiene diez años, lo que me espera cuando sea más grande, que dios me agarre confesado. Respire ondo y luego solte el aire poco a poco para tranquilizarme, baje de la camioneta y Jenny tocaba con insistencia la puerta para que le abrieran, yo por mi parte saque las llaves y la aparte para abrir, en cuanto abri la puerta élla me empujo y entró a la casa.

—Mi amor porque vienes toda desalineada, mira que uniforme tan sucio y tu cabello todo...
—Horrible mamá, soy horrible, ire a mi habitación a cambiarme.
—¿Paso algo mi corazón?
—Siempre hago las cosas mal, verdad —dije y volteé a ver a papá.
—Bien uno de los dos me dira ahora mismo que paso aquí —dije cruzandome de brazos.
—Que te lo diga él igual y lo que yo digo no tiene... Ash no se como se dice pero en otras palabras siempre miento, soy la vergüenza para Mario Bautista.
—Oye yo no...
—Interrumpí a papá—.Voy a cambiarme o mejor bañarme.
—Bueno te das prisa la comida casi está lista, no creo que te quieras perder tu comida favorita.
—Ok.
—No, nada de eso, tu no te subes a tu habitación hasta que hablemos, así que vamos a la oficina.
—Mario déjala que se bañe, comemos y después hablan y tu me vas a explicar que demonios está pasando ok. Princesa sube a bañarte si.
—Está bien —dijo la pequeña con pesades y subio a su habitación.

—¿Y bien? estoy esperando —dije frente a Mario con los brazos cruzados— tardaron mucho en llegar y para el colmo ella llega así.
—Se peleo en el colegio, me llamaron y la han suspendido una semana, le e llamado la atención y la e castigado, no podra tener aparatos electronicos durante un mes a menos de que sea muy necesario y sera bajo nuestra supervisión, también le e prohibido las salidas con Jan y Adrian al parque y bueno ahora está a la defensiva.
—Estás hablando de una niña de diez años, no de una adolescente asi que te olvidas de ese castigo y ok, vamos a hablar bien con élla, que nos expliqué y ya la haremos entender de que forma tratar los problemas.
—No esta a discusión, Jennifer esta castigada y punto, no quiero que tu y yo tengamos mas problemas así que por ningun motivo se te ocurra desacatar mis órdenes.
—Y por lo menos puedo saber el escandalo que amerita que Mario Alberto Bautista Gil este castigando a su hija como si fuera una adolescente rebelde, si nunca antes la habia castigado de tal manera.
—Se peleo con su conpañera por defender a Luna e incluso le rompio el uniforme, podria jurar que hasta calva dejo a la niña.
—¿Cómo se llama la niña?
—Zoraida y...
—Le levantas el castigo a tu hija ahora mismo si no quieres tener problemas conmigo Alberto ok.
—Claro que no y no entiendo tu actitud tan repentina.
—Esa niña siempre ests molestando a tu hija, ya van varias veces que yo personalmente hablo con la madre de la niña.
—Sea como sea, la violencia genera mas violencia y si Jennifer no entiende el castigo se seguira extendiendo, asi que ella decide di entiende o no. —fue lo último que dije y me fui a la oficina.

Papá a veces es tan injusto, Zoraida siempre me provoca y a élla no le hacen nada, se supone que me tenia que defender a mí no élla, seguro ya no me quiere, además esta pensando en mandarme a un internado, juro que si lo hace no aceptare ni que ellos me visiten ni yo visitarlos y jamás en serio jamás en la vida sabran de mí ¿y si me regreso a la casa hogar con Georgina? no seria mala idea, pero extrañaria a mi hermano. Termine de bañarme con dificultad pues traia varios raspones y no quise que me llevarán a la enfermería, papá estaba tan concentrado siendo injusto y humillándome que nisiquiera vio lo mal que traigo el brazo, las rodillas y podria jurar que la espalda pues me arde y duele demasiado. Me cambié y baje a la cocina, en realidad no tenia hambre pero si no bajaba in regaño peor me esperaria, solo me sente en la barra.

—Tu padre me dijo lo que paso.
—Vamos regañame lo espero con ansías, no seria la primera vez que los hago pasar vergüenza.
—Ey tranquila, estás hablando conmigo no con papá.
—Da lo mismo.
—Claro que no, a diferencia de tu padre, yo si entiendo que solo quisiste ayudar ok, aunque habia otras formas.
—Se puso del lado de élla en ves del mio y me humilló frente de esa tonta y su madre.
—¿Que hizo?
—Me hizo pedir disculpas y estoy segura que élla reía internamente, en cuanto pise de nuevo el colegio élla me molestara aun más, porque mi papá en ves de ayudarme me undio más.
—Las disculpas no son malas corazón —dijo Tony.
—Lo sé, pero ella era la que tenía que disculparse conmigo y principalmente con Luna, no yo con élla.
—¡Válgame el señor! ¿pero niña que te paso? —dijo Lichita al ver a Jenny y entonces Leslie y Tony observaron detalladamente.
—No es nada.
—¿Como que no es nada? estás llena de raspones —cuestiono mamá asustada al ver todos mis raspones—. ¿Te atendieron en la enfermería?
—No quise ir.
—Hola familia —dijo Jan entrando y colco su mano en la espalda de Jenny haciendo que se quejara un poco—. ¿Te pasa algo?
—Nada tío.
—Jenny voltéate por favor.
—¿Para qué?
—Por favor.
—Ok.
—¿Zoraida te arrastró?
—No.
—¿Entonces por qué traes la espalda así?
—Me caí en los escalones de la banqueta.
—Mmm...
—Fue antes de que me peleara con Zoraida.
—¿Segura?
—Si mamá.
—¿De que me perdí? —pregunto Jan.
—Me peleé con Zoraida porque estaba molestando Luna.
—¿Quien quedo peor?
—Élla.
—Dame esos cinco —dije y las chocamos.
—Jan Carlo. —reclamo Leslie.
—Oh lo siento.
—Entre a la cocina y todos estaban ahí—. Leslie me hablo Juanpa vendran más con los chicos.
—Ok.
—¿Por qué esas caras?
—Nada, ven vamos a curarte esas heridas corazón —dijo Tony y tomo a la niña de la mano.
—A ver, regresen aquí las dos por favor —ambas retrocedieron—. ¿Por qué tu brazo está así y las rodillas?
—Porque me peleé en el colégio, ¿a caso no lo recuerdas?
—No, tu traías ningun rasguño niña.
—Estabas tan ocupado humillándome que no te diste cuenta pero para lo que me importa. Me voy a mi habitación.
—Mi amor tenemos que curarte y ya vamos a comer.
—No tengo hambre y esto no es nada, no me duele —dije y me fui de la cocina.