"MI DESTINO ERES TÚ" 3 TEMPORADA

CAPITULO 44

—Hemos estado hablando sobre tí, llegamos a un acuerdo...
—¿Acuerdo de que?
—Ya que no quieres hablar con nosotros entonces vas a hablar con un psicólogo.
—No, yo no necesito a nadie, ni hablar con nadie, solo quiero que todo mundo me deje en paz, quiero morirme —dije entre lágrimas.
—¡Ey no! No hables asi mi vida, estas muy chiquita para pensar en esas cosas amor, te queda mucha vida por delante.
—Tu también te querías morir eres la menos indicada para decirme que eso no esta bien.
—Ok, no se de donde sacaste eso.
—Cuando fuimos a tu casa en Morelia encontre tu diario y lo leí, ya entiendo porque tienes los brazos asi.
—Ah entonces leíste que me trataban muy mal, la mamá de Luna me odiaba y yo no entendia porque pues en ese entonces ella era mi mamá, mis problemas me sobrepasaban Jenny, a mi nadie me escuchaba y si lo hacian empezaban a juzgarme por todo, actúe mal si lo hice y me arrepiento tanto ese camino que habia tomado me estaba destruyendo y si yo hubiera logrado mi cometido, entonces jamás hubiera experimentado que se siente amar y ser amada, tener tu familia, un novio divino, detallista y amoroso unos hijos preciosos a los cuales amo y por los cuales estoy de pie. Jenny no se que tienes en la cabeza ok, no se que problemas tienes, si son grandes o pequeños pero se que te atormentan, la depresión es algo horrible con lo que e tenido que lidiar toda mi vida y no quiero que tú la experimentes por eso estoy pidiéndote que hables yo no voy a juzgarte y si papá y yo tomamos la decisión de llevarte a un psicólogo es porque nos preocupas, queremos que estes bien si. Ahora me dejás arreglar bien tu habitación por favor, baja al jardín con Lana y Queen.
—No quiero nada, no voy a salirme, quiero estar sola quiero... —empece a llorar de nuevo— quiero que Adrián este aquí y me diga que todo esta bien —dije en un susurro apenas audible para mi.
—Ok te dejó, pero mañana papá va hacer que salgas de aquí, si o sí así que vete haciendo a la idea de que saldrás de estás cuatro paredes.
—Como sea.
—Oye ¿puedes por lo menos bajar a comer algo?
—No tengo hambre.
—Jenny por favor, no has comido nada.
—Que no tengo hambre.
—Baja a comer ya no te lo estoy pidiendo, te lo estoy exigiendo, no te puedes traspasar de esa manera y ya te toleré mucho Jenny, si sigues asi te puede hacer daño, así que baja a comer.
—No voy a bajar a comer no tengo hambre.
—Está bien, pero espero que llegando tu papá él pueda hacerte comer algo...

Saliendo del colégio le llame a papá para que no fuera por mi y le dije que pasaría a la casa de Jenny, el entendió y solo me pidio que me andubiera con cuidado, llegue a la casa y toqué el timbre un par de veces hasta que salió mi tía, no se veía nada feliz.

—¿Tan mal te parece verme aquí? —pregunte indignado.
—No seas tonto, sabes que eres bienvenido aquí siempre ¿y tus papás? —dije mientras nos adentrabamos a la casa.
—Supongo que están en la casa, le dije a papá que no pasara al colégio por mi que yo vendría aquí.
—Cielo Mario todavía no le levanta él castigo a Jenny.
—Ya lo se, Luna me lo dijo, pero tía tengo que hablar con Jenny es muy importante.
—¿Y se puede saber eso tan importante?
—Es entre élla y yo no puedo decirte nada sin antes hablar con élla.
—Ok, sube, solo porque esta insoportable y no quiere comer nada, trata de convencerla para que baje a comer por favor.
—Gracias tía y de que voy a hacer que baje a comer lo voy a hacer.
—Ok.
—Y si Mario se enoja porque entre a ver a Jenny me dices y yo le explicó, digo para que tú y él no tengan problemas.
—Gracias cielo pero no va ser necesario, creo que Mario lo entendera y más si logras que Jenny baje a comer algo.
—Ok.

—Subi a la habitación de Jenny y entre con cautela, élla estaba en el balcón así que camine haciendo el menor ruido posible y me puse a un lado de élla—. Un pajarito me dijo que no estabas comiendo bien, también me dijo que tratas mal a tu mamá.
—Eso es mentirá.
—Ok, no vine a discutir contigo, vengo a que me digas porque no has dicho nada de lo que trama la tal Zoraida.
—¿Qué sabes de eso?
—Todo, se que te amenazo, que te dijo que no te queria ver de nuevo en el colégio y mucho menos cerca de mí y que todos los problemas que te has metido son obra de esa niña y Jenny élla no puede hacerte nada mientras yo este cerca así que no tienes porque tener miedo, ni porque hacer esto, me vas a hacer el favor de hablar con tus papás y contarles lo que esta pasando o de lo contrario lo haré yo.
—Si lo haces ya no te hablaré nunca.
—Bueno, prefiero que no me hables a que te hagas daño con algo tan estúpido. Tienen diez años no pueden llevar tanto odio y maldad en sus corazones Jenny.
—Tengo nueve y no la conoces.
—Ya falta muy poco para que cumplas los diez, en fin ese no es el punto.
—Adrián por favor.
—Nada, Jenny eres mi mejor amiga y te quiero demasiado, solo quiero que estés bien. Promete que le contarás todo a tus papás.
—Está bien.
—Ahora vamos a bajar para que comas algo.
—No tengo hambre.
—Si tienes vamos, no saldre de esta casa hasta que comas ok.
—De acuerdo. Pero antes...

—Llegué a casa y abri la puerta, Leslie estaba con Ian en la sala así que se asusto cuando abri la puerta, al verme se tranquilizo un poco pero la note nerviosa—. Al fin en casa —dije y la bese, nos separamos porque Ian jalo el cabello de Leslie, quizás no le gusto la idea de que nos besaramos, me agaché y bese su frente— los extrañe mucho, amor ¿y la enana?
—Arriba, se la pasa ahí en su habitación, otra ves no e podido hacer que coma.
—Iré a hablar con élla.
—Bau, espera, no creo que sea él momento.
—¿Pasa algo?
—Adrián está aquí vino a hablar con élla, lo note preocupado y no pude evitar dejarlo pasar, creo que el sabe algo relacionado con Jenny y no creo que sea algo bueno.
—Pero si...
—Amor ese castigo fue tonto.
—Bien.
—Vamos a la cocina, preparare la comida.
—Si, muero de hambre.
—Por sierto señor Bautista ¿por qué no me aviso a que hora llegaba? Pude haber ido por usted al aeropuerto o por lo menos preparar la comida para cuando llegarás.
—Quería llegar de sorpresa. Amor no me digas señor, aun soy joven tengo veinticuatro.
—Muy viejo para mi.
—Lo dice la que tiene veintidos.
—Por lo menos soy dos años más joven que tú.
—Si pero llamame señor cuando tenga cincuenta años no ahora.