Confesiones

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Mamá se levanta a la hora de la comida y yo ya la tengo preparada en la mesa.

Me pregunta por la fiesta y le cuento que lo pasé bien, evitando algunos detalles.

Por la tarde, después de terminar mi parte del trabajo de Economía, es decir, de dibujar una portada, he hecho todas las tareas para clase sin dejar de pensar en Chris ni un segundo.

Llevo puesta la camiseta de Mike que él ha utilizado. Necesito relajarme un poco, no puedo ni siquiera pensar y solo sé una manera. Correr.

Me cambio de ropa y aviso a mamá. He visto un parque, casi un bosque, cerca de casa.

Es un sitio genial. Creo que puedo acostumbrarme a vivir aquí. Voy corriendo por un camino ente los árboles, solo escucho mi respiración y los sonidos de la naturaleza.

No puedo creer lo que estoy viendo delante de mí. Es Chris. Solo veo su espalda, pero no tengo dudas. Va corriendo con una camiseta del equipo del instituto. Es rápido.

Sin pensarlo corro tras él sin alcanzarlo hasta que lo pierdo de vista. Reduzco el ritmo.

- ¿Me estás siguiendo? ¿voy a empezar a pensar que eres una psicópata? – me sobresalto, me doy la vuelta y allí esta él. Con los brazos en jarras y una gran sonrisa.

Es perfecto.

- ¡Dios! Me has asustado – digo casi sin aliento por la carrera y el susto. Empieza a reír y ya no es una sonrisa. Ríe de verdad.

- Perdona, no quería asustarte. Era una broma.

- ¿Sabes reírte? – se encoje de hombros.

- A lo mejor me pareces graciosa.

- Sí, ya. Me lo dicen siempre- digo con gesto burlón- especialmente cuando entro en clase de cabeza.

- Eso no me pareció demasiado gracioso- me dice más serio- ¿Qué haces por aquí? No suele venir nadie.

- Necesitaba despejarme un poco. No entiendo porque no viene nadie. Es un lugar perfecto- asiente- ¿Qué haces tú aquí?

- Necesitaba despejarme- repite- me gusta venir para estar solo.

- Pues creo que acabo de estropear tu refugio.

- Creo que podemos compartirlo, pero es un secreto, no traigas a nadie más, ¿vale? – me lo dice mirándome a los ojos y me pierdo en la profundidad de su mirada. Asiento hipnotizada- ¿Quieres ver lo mejor de este sitio?

- Si estás dispuesto a compartirlo- digo encogiéndome de hombros.

- Ven- al decir esto, me coge de la mano y comienza a caminar.

Es un gesto de lo más natural y parece que lo ha hecho sin pensar, pero no sé si siente lo mismo que yo cuando nos tocamos.

Nos salimos del camino y empezamos a subir una colina. Tira de mí y me ayuda en el último tramo que es más complicado.

Le habría dicho que no necesito ayuda, puedo subir sola, pero no quiero que me suelte.

- ¿Qué te parece? - dice satisfecho mostrando las vistas. Desde allí se ve hasta la playa.

- ¡Wow! No sabía que habíamos subido tanto- realmente estoy sudada y algo fatigada. Él ha sudado, pero parece que haya subido dando un paseo- este sitio es genial. Es perfecto.

- Me gusta venir aquí- dice satisfecho.

- ¿Es donde sueles traer a las chicas? - ¿porqué he preguntado eso? Se queda muy serio y agacha la cabeza antes de responder.

- No, siempre vengo solo- Parece molesto.

- Perdona, no quería molestarte, pero eres demasiado misterioso, no cuentas nada.

- Tu tampoco y yo no te he preguntado por los chicos con los que te has acostado- se sienta en el suelo sin mirarme.

Está enfadado. ¿Por qué he tenido que preguntar? Acabo de estropear un momento perfecto.

Me mira y me indica con un gesto que me siente a su lado.

- ¿Qué quieres saber? – le quiero contestar que quiero saberlo todo de él, pero eso sería ser muy cotilla.

- Lo que quieras contarme.

- Confío en que no lo cuentes en el instituto- asiento- Yo no era así. Era "normal", más o menos.

- ¿Más o menos?

- Era un poco imbécil, creo, y eso me trajo todos los problemas.

Me quedo callada para que siga hablando.

- Yo no tenía novia, salía con todas las chicas

Eso es una sorpresa a medias. No parece de los que se aprovechan de las chicas, pero no me sorprende que pudiese hacerlo. He visto como le miran todas.

- Mi madre murió por mi culpa- dice de repente.

- ¿Qué? ¿cómo?

- Fue en la fiesta de bienvenida de la playa, el año pasado. Yo estaba con Lola. Habíamos salido un par de veces, trabajábamos juntos e íbamos al mismo instituto desde primero. Me gustaba y pensé que con ella podría ser diferente a las otras, pero la cagué. Bebí demasiado en la fiesta y me pilló liándome con otra. Discutimos y se marchó corriendo- hizo una pausa y me miró.

- No pienso juzgarte por eso. Son cosas que pasan- niega con la cabeza y continúa.

- Yo ni siquiera me preocupé por ella. Por el camino, iba enviando mensajes a Luna y a Layla. Contándoles lo que le había hecho. Se descuidó y un coche la esquivó para no atropellarla.

- Menos mal- digo aliviada. Me mira muy serio y niega con la cabeza.

- El coche chocó contra el coche de mi madre que volvía del trabajo. Ella murió al instante- me quedé sin palabras- yo no me enteré de nada. Continué en mi fiesta, bebiendo y pasándolo bien. Mi padre me llamó por teléfono varias veces, pero lo había apagado para que no me llamase Lola. Me enteré por la mañana, cuando llegué a casa borracho. Después supe, por Lola, lo ocurrido.

- No sabes cuánto lo siento- le cojo la mano y me la aprieta sin mirarme. Veo que respira y siento que el contacto le reconforta.

- Todo cambió después. Me di cuenta de lo que había hecho por ser un egoísta y pensar solo en mí. No solo por mi madre, también todas las chicas. Para mí eran de usar y tirar. Mi reputación de mujeriego estaba manchando la de ellas y yo me sentía orgulloso de ser así.

- Me cuesta creer que sea verdad, yo no te veo así.

- Intento cambiar, por eso no salgo con nadie y no he vuelto a ir a ninguna fiesta desde ese día. Has escuchado los rumores en el instituto, ¿no?

- ¿Lo del psiquiátrico? – me mira y sonríe.

- Eso y porque aparecí en tu jardín, para otro rato. Tenemos que volver antes de que se esconda el sol o no podrás bajar.

- ¿Yo?

- Sigo pensando que eres la persona más torpe del mundo- se está burlando de mí.

Bajamos cogidos de la mano y me suelta al llegar al camino.

- Ve delante, yo saldré después.

No discuto, supongo que tiene sus motivos para que no nos vean juntos.

- Nos vemos mañana.

Llego a casa y me voy a la ducha.

Latidos SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora