Pequeñas brujas

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MIA

Empieza una semana más. Ahora ya soy consciente de que Chris está en la casa de al lado y no puedo evitar estar pendiente de la vida en esa casa.

Lo veo salir con dos niñas media hora antes de la que salgo yo. Por eso no me lo he encontrado nunca al salir de casa.

- ¿Te puede traer Chris a casa después del súper? Tengo el turno de tarde- me dice mi madre.

- Supongo- respondo. Escribo un mensaje.

"Mi madre me pregunta si puedes traerme a casa cuando terminemos en el súper"

La respuesta no se hace esperar.

"Sí"

- Me dice que me trae él.

- Bien, qué tengas un buen día- dice dándome la lista de la compra.

Veo a Chris por el camino y sonrío para mí. Noto que él me ha visto y aminora el paso para que lo alcance en uno de los semáforos.

- Buenos días- me susurra con disimulo- ¿Has dormido bien?

- Buenos días. Muy bien y, ¿tú?

- Habría dormido mejor contigo- apenas puedo escucharlo, pero me sorprendo de que me hable.

El semáforo se pone en verde y empieza a caminar rápido, como siempre y se aleja de mí.

Entro en clase y miro a Pete desafiante. Espero que no se atreva a decirme nada. Agacha la cabeza y veo como Chris sonríe desde su sitio.

- Hemos tenido una pequeña charla en el pasillo- me dice Chris- no te molestará.

- Gracias. Perdona por pedirte que me lleves a casa, mi madre ha insistido, no quiere que vaya sola- me mira serio, pero sus ojos verdes me sonríen.

- No pasa nada, me pilla de camino- dice restándole importancia.

Pasamos la mañana ignorándonos, aunque me contengo a duras penas de tocarlo. Nos rozamos varias veces de manera descuidada y me quedo sin respiración. Noto que a él le ocurre lo mismo.

- ¿No te quedas al entrenamiento? – pregunto al ver que recoge rápido.

- Tengo que recoger a las pequeñas brujas de la novia de mi padre. Todos los lunes.

Vale, ya sé porque no viene nunca y porque el entrenador se lo permite.

Los entrenadores nos avisan que este fin de semana empiezan las clasificaciones para el interestatal, nos dicen la selección de participantes y nos dan el horario.

Soy una de las seleccionadas. Es una gran noticia para mí, pero intento no mostrar mi entusiasmo a los demás, especialmente a Mary Anne, que se ha quedado de suplente por mí.

Pasaremos el fin de semana en un instituto a cincuenta kilómetros.

- ¿Vas a ver a Carter en el trabajo? – me pregunta su entrenador.

- Supongo que sí- respondo.

- ¿Puedes darle sus horarios para que se organice y el permiso para viajar que debe firmar su padre?

- Sí, claro. Yo se lo doy- me da sus papeles y los junto con los míos.

Nos encontramos en el vestidor, también está Layla, que ha terminado su turno.

- Tu entrenador me ha dado esto para ti- lo mira.

- Había olvidado que era este fin de semana. Déjame ver los tuyos. Vamos a hablar con Kelly para que arregle los horarios.

Latidos SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora