●CAPÍTULO VEINTISÉIS.

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Había entrado a los cuatro meses de embarazo, las náuseas se habían ido, también fuimos al control.

Tiago escuchó por primera vez el corazón de nuestro bebé, se lloró todo que les voy a decir. Gri por otro lado estaba muy feliz por ser abuela.

Ya había recibido varios regalitos por parte de Gotti, compro ropita de bebé súper tierna, yo también habia comprado algunas cosas aunque todavía no sabíamos que era.

El embarazo me ponía sensible, y demasiado bipolar no entiendo como mis amigos y Tiago me soportan. Aveces me ponía a llorar de la nada, como hoy.

- Ya está, no llores más Lex- Dijo Tiago acariciandome la espalda.- Yo estoy acá, no te voy a dejar sola- Trato de calmarme.

Estuvimos en silencio un rato, hasta que me calmé. Había leído un comentario malo sobre mi, antes no me afectaban pero bueno, cosas que pasan.

Tiago se tuvo que ir porque tenía que grabar unos temas en el estudio con los chicos. Sabia que después se iba a su casa, así que decidí no esperarlo para comer.

Me acosté a dormir, pero estaba muy inquieta, eran alrededor de las 3 a.m. agarré mi teléfono y lo llamé.

- Hola Lex ¿Paso algo?- Pregunto un Tiago dormido, sabia que estaba en su casa me había avisado.

- Necesito que vengas- Dije mientras acariciaba mi panza, sabía bien lo que quería el porotito. Dijo que venía enseguida así que me pare y fui al living.

Escuche como toco la puerta y le abri. Ahí estaba el chico de flequillo despeinado y con cara de sueño. Le sonrei tímida y lo hice pasar.

- Vamos a dormir- Le dije mientras lo agarraba de la mano y lo guiaba hasta mi pieza.

- ¿Enserio? Pensé que te dolía algo- Dijo sorprendido, pero no negó me invitación y nos acostamos. Obviamente cada uno de su lado.

Me seguía sintiendo inquieta, así que con mi mano busqué la de Tiago y la llevé hacia mi abdomen, nos dormimos haciendo cucharita mientras acariciaba mi pancita.

Me desperté completamente traspirada, no podía creer lo que había soñado, miré a el chico que estaba a mi lado, me sonroje de solo pensar en aquel sueño.

Estaba completamente húmeda, nunca me había pasado de tener un sueño húmedo. Me encontraba completamente excitada, no iba a poder dormir así.

Me levanté y fui al baño, me miré en el espejo, tenia mis mejillas completamente coloradas casi del tono de mi pelo, tenia mis pupilas dilatadas.

Estaba apunto de meter mi mano debajo de mi tanga cuando escucho golpes en la puerta del baño. Abri encontrándome a Tiago refregandose los ojos.

- ¿Estas bien?- Pregunto con su voz ronca ¡casi me hace llegar solo con su voz! Me miró extrañado, después me agarró la mano y me llevó hasta la cama.

- Respiración agitada, cachetes rojo y pupilas dilatadas- Dijo mirándome con una sonrisa burlona. - Te sentís mal o.. - Negó riéndose, les juro que sentía mucha vergüenza.

- Te necesito- Le dije poniéndome de pie, en un segundo ya nos estábamos besando desesperadamente, había pasado tanto tiempo sin probar sus labios.

Solo digo que mis hormonas estaban como locas, nunca me había pasado esto, pero si tenia a Tiago para ayudarme con el problema estaba dispuesta a soportarlo... o a disfrutarlo.

Nos despertamos a la mañana y no dijimos una sola palabra de lo que había ocurrido la noche anterior. No entiendo porque eramos tan infantiles, no se porque no me dice nada de nuestra relación. Siento que me olvido muy rápido.

ojitos tristes - Tiago pzkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora