Capitulo 33

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Hizo exactamente lo que yo quería ya que no me quitaba la vista de encima al yo caminar para el baño el claramente hizo lo mismo, pobre imbécil que predecible son los hombres.

Hago como si no hay nadie Migo en el baño y sigo viéndome en el espejo, mientras me muerdo el labio para no sonreír y que el lo vea.

Me inclinó un poco para fingiré que me quiero ver más de cerca los labios, lo veo acercarse peor lo dejo no digo nada y sigo en lo mío.

Siento su presencia detrás de mí además de ver por el espero que se encuentra ahí, sus manos viajan a mi cintura.

Me incorporo, colocando me recta, y viendo sus movimientos a través del espejo, se acerca más a mi hasta que mi espalda pega con su pecho.

No decimos nada todavía solo nos observamos a través del espejo, el se inclina y su cabeza va a dar en el hueco de mi cuello y mi hombre y respirar profundo absorbiendo mi aroma.

Eso hace que me estremezca un poco por qué su aliento pega en esa zona de mi piel y hace que se me erice todo.

Me da un beso húmedo en mi cuello y creo que eso no es lo único húmedo que tengo ya que mi entrepierna también lo está por este acosador endemoniadamente sexy.

Sigo viendo por el espejo como una de sus manos se mueve de mi cadera a mi estómago y como poco a poco va descendiendo cada ves más abajo, hasta llegar al dobladillo de mi vestido.

Su otra mano sube para uno de mis pechos y como no llevo sostén encuentra mi pezón y lo pellizcar, se me sale un gemido por la impresión.

El tiene su vista fija en mi a través del espejo de cierta forma me excita verme como hace conmigo todo eso, me gusta el voyerismo, me gusta ver cómo están en el acto sexual y verme a mi como me lo hacen pero ciertamente no lo diré en vos alta.

Su mano deja de pellizcar mi pezón para seguir su camino hasta llegar a mi cuello y presionarlo un poco, jadeo por las sensaciones ya que su mano en mi pierna sube está llegar a mi intimidad y tocarla por encima de mis pequeñas bragas que apenas y me cubren.

Mis ojos están dilatados por la excitación que siento y sus ojos verdes también y en todo el tiempo no a dejado de verme a través del espejo como no queriendo perder cada detalle de lo que me hace.

Su mano hace a un lado mi braga y sus dedos hacen contacto con la humedad que se encuentra entre mis labios y desliza sus dedos de arriba abajo jugando con ellos.

Con su mano en mi cuello hace que gire mi rostro a verlo a el, sus intimidantes ojos me ven y es como si viera a través de mi masacrar quién soy en realidad.

Sube su mano a mi cabello y lo jala un poco y en un abrir y cerrar de ojos, sus labios están devorando los míos, con pasión, necesidad y anhelo.

Su mano siguen jugando conmigo y hace presión en mi clítoris en forma circulares es tan torturador, su lengua se adentra a mi boca creando así una batalla con la mía para tener el control.

Uno de sus dedos se adentra en mi haciendo círculos en mi interior, luego empieza a bombear, siento que tengo un río entre mis piernas, adentra otro dedo y sigue con si su tortura, necesito que esté dentro de mi pero ya.

Muevo mi cadera sobre su masculinidad que está duro como una roca queriendo salir de su encierro.

Rompemos el beso por falta de aire, sigo moviendo me sobre el y lo escucho jadear ese sonido es algo que me encanta escuchar de su ronca voz así que me muevo con más empeñó mientras sus dedos siguen moviendo dentro y fuera de mi.

Saca sus dedos de dentro de mi y me gira en un movimiento rápido y me sube en el lavabo, yo lo veo con la respiración agitada.

-No sabes cuánto desee tenerte así de excitada otra vez -dice viéndome y abriendo mis piernas, subiendo mi vestido y rompiendo mis bragas.

Cruel Maldad © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora