1.- Destino

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"Dicen que el hilo rojo del destino une a las personas que están destinadas a estar juntas. No importa cuánto pase, se encontraran irremediablemente"

— ¿Qué porquería es esta?— increpó Shen Yuan leyendo el principio de la historia—. Apenas volviste de tu estúpida novela de harem, ¿,y se te ocurrió de repente hacer algo romántico?

A decir verdad, él realmente no esperaba nada bueno del hermano Avión, pero desde que el sistema lo sacó de "Camino del Orgulloso Demonio Inmortal" había decidido no lanzar críticas al aire que después tuviera que arreglar. No quería cavar su propia tumba, para nada… pero iba a extrañar lo genial de ser Shen Qingqiu. Ahora eso iba a quedar solo en su memoria.

Junto con Luo Binghe.

Con el paso de los días, Shen Yuan se fue olvidando de su aventura y se concentró en volver a su vida normal, donde podía holgazanear sin tener que meditar ni nada de esas cosas. Incluso pudo conocer a Avión Disparando hacia el Cielo en persona y hacer lo que había anhelado: golpear su rostro por haber hecho algo tan malo.

— Hermano Pepino, no seas cruel— gimoteó el escritor—. ¡Ya me habías golpeado antes!
— Eso fue Shen Qingqiu golpeando a Shang Qinghua, no cuenta— dijo Shen Yuan con gesto ufano.

Al escuchar el nombre, el hermano Avión soltó un suspiro.

— Voy a extrañar a Dawang— dijo.
— Sé como te sientes— simpatizó Shen Yuan.

En ese momento dos jóvenes pasaron a su lado. Sus miradas se encontraron, y tanto el lector como el escritor sintieron como su piel se erizaba. ¡Esos chicos se parecían tanto a Luo Binghe y Mobei-Jun! Pero… eso no era posible. No era…

— ¡Shizun!

Shen Yuan se estremeció cuando aquel joven le llamó así, y lo miró atentamente. El muchacho le sonrió con los ojos húmedos y se abalanzó sobre él dándole un abrazo.

— ¡Shizun! ¡Por fin te encontré! Te estuve buscando durante años.
— ¿Binghe?— preguntó Shen Yuan.

Luo Binghe asintió. A su lado, Mobei-Jun se dirigió a Avión-juju y lo tomó de un brazo.

— ¡Dawang, piedad! Yo no quise…
— ¡Cállate! ¿Crees que pase siglos buscándote para escuchar tus lloriqueos? ¡Solo ven aquí!

Mobei-Jun jaló a su humano y le dio un somero abrazo mientras Luo Binghe se las arreglaba para no llorar al estar con su Shizun de nuevo.

— Esto verdaderamente es el destino— dijo.

El destino, alias sistema, que había sacado a dos demonios de su mundo ficticio al mundo real para que pudieran estar con sus respectivos amores.

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