Capítulo 03

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「Por tu bien. 」

7:45 a.m

Era sofocante, horrendo y tedioso. Ya no soportaba más tener que pasar por lo mismo, tener que volver a recordar aquellos momentos horribles que lo habían marcado de por vida; aquellas pesadillas venían todos los días, sin ninguna excepción.

Todo se encontraba oscuro y desolado, su ambiente era frío y inquietante. Nadie querría estar allí, absolutamente nadie. Aquella oscuridad que lo rodeaba era tan sofocante que podía sentir que le faltaba el aire, a pesar de estar a oscuras, podía sentir como lo observan.

Y para empeorar todo, no eran miradas comunes como alegría o monótona; eran miradas de deseo. Podía sentir como lo desnudaban con la mirada, era rodeado por aquellas miradas.

— Déjenme en paz. — dijo intentando escapar de aquellos, pero no importaba lo mucho que corriera en esa oscuridad, no podía escapar de sentirse acosado.

Era el mismo infierno estar allí.

De la nada, ve como múltiples manos aparecían y lo sujetaban de sus extremidades atrayéndolo a aquella oscuridad.

Luchaba con todas sus fuerzas el poder soltarse de aquellas manos que parecían grilletes, que no querían dejarlo salir, querido hundirlo más adentro de esa oscuridad. Aunque ya no podía estar más adentro de ese infierno. Gritaba por ayuda, tenía la ligera esperanza de que alguien apareciera y lo salvará, pero... Nadie respondía a su llamado.

Se sentía abandonado y despreciado.

— ¡Déjenme en paz! — exclamó con fiereza haciendo más fuerza que antes, no iba a caer nuevamente sin luchar antes. No nuevamente. — ¡Ayudenme!

Nadie. Nadie aparecía.

Sintió como algo líquido caía por sus mejillas y se perdían en la oscuridad cuando caían, era lágrimas de alguien que sólo deseaba ser salvado.

No iba a negar que la muerte en ocasiones le parecía tentadora y cálida, tener que soportar aquellos sueños y sabiendo que nadie iba a aparecer para salvarte era algo que lo destrozaba por dentro. A veces... Sólo deseaba desaparecer completamente de ese mundo, pero sabía que era algo imposible.

Aquellas pesadillas lo perseguían por siempre.

— ¡Alguien ayudenme!

Nadie aparecía, había sido abandonado por todos, hasta por la mujer que lo había traído al mundo. ¿Porque tenía que haber nacido si sólo era atormentado constantemente con su pasado? Había sido utilizado como un simple juguete y cuando este ya haya sido utilizado era tirado como basura.

¿Era tan egoísta pedir ser salvado por alguien?

Recordaba que no era la primera vez que tenía esta clase de sueños, en ellos siempre llamaba a su madre o a Shorter que era su mejor amigo; pero ninguno de ellos aparecía. Si tan sólo... alguien viniera a...

Eiji

Pensó al instante, nunca lo había llamado a él. Nunca, ni una sola vez. ¿Acaso él podría responder a su llamado aunque sea una vez?

Sentía como aquellas manos lo arrastraban con más fuerza que antes —como si ahora ya quisieran llevárselo consigo—, apretó la mandíbula y siguió resistiendo.

Por favor... Eiji aunque sea sólo una vez.

Suplico alzando la mirada, deseaba ser salvado aunque sea sólo una vez.

Lentamente abrió la boca y tomó una bocanada de aire.

— ¡Eiji!

Su garganta ardió debido a la fuerza que había utilizado para gritar el nombre de su querido amigo. 

Indomable ¦ Banana Fish Donde viven las historias. Descúbrelo ahora