Lover (You Belong With Me)

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Septiembre veinticuatro, Travis había dejado dejado un tazón de palomitas sobre mi barriga de seis meses.

El tiempo había pasado muy rápido y lento a la vez, nada fuera del otro mundo. En el trabajo no me hacían hacer muchas cosas. Por lo que me la pasaba en la oficina la mayor parte del tiempo.

Mi rutina después de que Tom se fue consistía en: ir al trabajo, escuchar los malos chistes de Jim, esperar a que pasaran por mi, venía a casa, ayudaba a papá con la comida, tomaba el té con mamá y Nikki, jugaba con Paddy (quien aún no lograba perdonarme del todo), ver películas con Travis, los gemelos y Harrison cuando venía, salir de compras con Lydia, ir a las citas mensuales con mamá o con la señora Holland, escuchar y ayudar al señor Holland con su nuevo libro, y hacer videollamadas con Tom, y de vez en cuando con Fanny, Javier y Jack.

Tomé unas cuantas palomitas y las metí a mi boca, estábamos viendo Frozen 2, por lo que me encontraba un tanto aburrida.

-¿Cuántas canciones van?- preguntó Harry.

-Dos- respondió Sam.

Dejé el tazón con palomitas en el suelo, estaba acostada en el sillón, así que con cuidado (y ayuda de Sam) me puse de pie.

-Gracias- murmuré.

-¿A dónde vas pulga con pulguita dentro de ella?- preguntó Travis.

-Tengo que hacer pis- respondí.

Ninguno dijo algo más- ¿Te ayudó a subir las escaleras?- preguntó Sam- Se que te quedarás arriba.

-¿Cómo sabías? Pero descuida, puedo hacerlo sola- sonreí- Gracias Sammy.

El pecoso asintió, subí las escaleras topándome a papá a mitad de pasillo.

-Si alguno pregunta, la perilla del baño se ha roto y me he quedado adentro- dije, él se rio.

-Tú madre dijo que se irían a dormir a tu casa hoy- murmuró y yo hice una mueca, eso de dormir dos semanas aquí y dos allá no era bueno.

-Lo sé- respondí- Pero tomaré una siesta antes.

-¿Ya tomaste las vitaminas?- asentí- Está bien, descansa.

Entré a mi habitación, saqué mis zapatos y me acosté en la cama, giré mi cabeza y me quedé observando la foto que tenía enmarcada con Tom.

Tome mi celular y escribí un "te extraño" en el chat de él. Sabía que no me contestaría ahorita, pero lo terminaría leyendo de todas formas.

Unos golpes en la puerta hicieron que metiera el celular debajo de mi almohada y me hiciera la dormida.

-No tienes que fingir- abrí mis ojos y noté a Sam desde la puerta- Se que no quieres ver la película, pero tengo que ir a comprar algo para la cena, ¿quieres venir? No tardaré.

-Seguro, tengo que comprar algo, aprovecharé la vuelta.

Tome mi celular y camine hacia Sam- ¿Otro helado?- preguntó riendo.

Si, los "antojos de embarazo" empezamos empezaron en el cuarto mes, y los helados napolitano era lo único que mi paladar quería.

-Oh vamos, ustedes también comen, así que traeré para todos.

Bajamos las escaleras, las miradas curiosas de los chicos y mis padres no tardaron en llegar a nosotros.