Capitulo 8.

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Le dolían los ojos mientras los abría de a poco acostumbrandose a la luz blanca que le daba directamente a los ojos. Soltó un gruñido cansado cuando los abrió completamente.

-¿Evolet?- la llamó una voz demasiado conocida para ella.

Intentó moverse. Pero algo apresaba sus muñecas raspandolas cada que intentaba moverse. Quizo mover los pies, pero pasaba lo mismo que sus muñecas. Se empezó a desesperar miró a todos lados, sin ver nada en realidad solo intentando moverse, soltó gruñidos y jadeos cuando algo le lastimó la garganta de forma dolorosa e incomoda.

-¡Evolet!¡Evolet, tranquila!- gritó la voz de Cameron asustada apareciendo en su campo de vision.

La tomó por los hombros tranquilizandola, intentó hablar de nuevo pero le fue imposible por el tubo que estaba en su boca y pasa por su garganta. Sus muñecas eran apresadas por unas esposas soldadas a la camilla en la que se encontraba, al igual que sus pies.

-Tuve que esposarte con la esposas que bloquean tus poderes- explicó acariciando su brazo.

La rubia pretendió hablar de nuevo, pero el tubo se lo impidió nuevamente.

-Basta de intentar hablar- replicó el pelinegro- Dejaste de respirar hace dos horas, tuve que ponerte ese tubo- explicó lo mas simple y breve- Y las esposas, bueno, cuando Edward te trajo despertaste cuando llegue, despues de que me llamo Carlisle y empezaste a aventar tus poderes a diestra y siniestra- la rubia fruncio el ceño.

Se sintió de lo mas confundida al no entender la manera en la que se refirió el Científico.

-Me refiero a que tuviste un ataque de maldad- dijo exagerando un poco- Pero tranquila no lastimaste a nadie- le aseguró al ver la mirada de terror de la rubia.

La rubia suspiró aliviada al saber que no habia lastimado a nadie. Pero ese alivio no duró mucho al aparecer un montón de interrogantes en su cabeza del porqué y cómo habia pasado todo eso. No recordaba nada despues de haberle mostrado a Edward sus dos poderes aparte de los convencionales. Nada mas que eso.

-Tu rostro me lo dice todo- murmuró Cameron- ¿Quieres que te quite el tubo?- preguntó lo obvio, la rubia asintió.

Cameron tomó la cabeza de la Habitante inclinandola hacia atras, colocó una mano en la nuca de la rubia y con la otra tomó el tuvo de forma firme.

-Tal vez duela- advirtió mirandola ella solo intento asentir- Bien, aqui vamos- dijo.

Agarró el tuvo mas fuerte, al igual que la nuca se la rubia empezando a tirar hacia arriba de forma firme y recta. La rubia soltaba sonidos lastimeros intentando con todas sus fuerzas no hacer arcadas y vomitar, cerro fuertemente los ojos al sentir como el tubo raspaba las paredes de su garganta.

-Ya falta poco- le anunció.

No fue mucho lo que esperó cuando sintió un fuerte tiron y una quemazon en su garganta cuando el tubo estuvo fuera. Por inercia empezó a toser fuertemente ante la incomodidad que sentía. Cameron creyendo que vomitaria giró su rostro hacia un lado para que la rubia no se ahogara.

-Ya esta. Tranquila, ya esta...- murmuró.

La rubia soltó un fuerte gruñido intentando aligerar la incomodidad de su garganta.

-Nunca vuelvas a ponerme eso- se quejó Evolet.

-Era necesario- replicó el Científico.

-Bien. Como sea- dijo negando con la cabeza- ¿Cuanto tiempo estuve dormida?- preguntó.

-Tres dias- respondió Cameron mirandola con cuidado.

-¿¡Tres días!?- preguntó exaltada mirando a su alrededor intentando no estresarse pensando en problemas y se dio cuanta...

Mi Planeta es un Crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora