Capitulo 46.

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Cerró con cuidado la puerta de la habitación de Anastasia, al fin la pequeña híbrida se había quedado dormida. Después, claro, de hacer que Bella le leyera otro capítulo del libro de poemas.

Caminó en dirección a la sala de estar de la casa de Edward y Evolet, en donde encontró al primero frente a la chimenea. Su cabello cobrizo estaba mojado y traía una toalla alrededor de su cuello.

-¿Ya se durmió?- preguntó él dando la vuelta mirandola.

-Si, estaba muy cansada. Aúnque le agradó pasar la tarde con Seth.- comentó sonriendo.

-Era obvio.- dijo él.

Isabella fruncio el ceño al ver al vampiro de pies a cabeza. Si no estuviera segura de que es un vampiro, lo tomaría como un humano que había regresado a casa despues de un largo día de trabajo.

-¿Sabes como me siento ahora?- preguntó ella de repente cruzando los brazos.

Edward la miró confundida, negó con la cabeza encogiendose de hombros.

-Es extraño, ¿Sabes? Físicamente siento que podría demoler un tanque, mentalmente estoy agotada.- comentó suspirando.

-Es normal en un vampiro.- apuntó Edward.

-No es normal en ti.- aclaró la castaña.- Físicamente te ves horrible, y puedo apostar que mentalmente estás peor.

Edward fruncio el ceño.

No quería que le recordaran su estado. Él ya sabía como se encontraba, y no necesitaba que nadie, menos Isabella le viniera a recordar cuan miserable era.

-¿Tardó mucho en dormirse?- preguntó guardandose sus comentarios, porque pese a todo. Él era un caballero.

-No mucho, en realidad.- dijo Bella- Estuvo triste porque pensó a su madre.

Edward alzó la mirada preocupado por su hija. Después suspiro pensando a Evolet y en lo mucho que Anastasia la necesitaba.

-La necesita demasiado.- admitió en un susurro.

-Y tu también.

Edward le dirigió una mirada dura. No le gustaba hablar al respecto, no quería hacerlo, menos con ella. Tiro la toalla a un sillón y empezó a caminar en dirección al cuarto de su hija.

-No quiero hablar al respecto.- espetó entre dientes.- Iré con mi hija.

Al estar dentro del cuarto, deseó poder azotar la puerta. Mas sin embargo, se abstuvo de ello ya que no quería despertar a su hija.

Isabella suspiró encogiendose de hombros, ella solo quería que él se desahogara, pero notó que no se tenían la suficiente confiaza para ello. No eran cercanos eso debía admitirlo. Notó la hoja en donde Alice había dejado en claro lo que debían hacer en lo que transcurrían los dias, esta nota estaba sobre la pequeña mesa frente a la chimenea. Se accerco y la tomó releyendo la nota.

La giró de nuevo y leyó el título de aquel libro que le había dado a Evolet. Su mirada se giró automáticamente al estantería de libros en aquella pequeña casa, su ahora mejorada visón logró captar el título del libro entre todos los que estaban ahí.

Se acercó y lo hojeo por un momento notando donde la pagina que traía entre sus manos había sido arrancada. Paso a la otra página y vio una nota ahí, con la misma letra que la nota de antes.

Ahora entendía todo, el propósito de Alice era que Bella notara las pistas, puesto que sabía que Aro no podia leer su mente. Avento el libro al la chimenea junto a la nota vieja, Alice sabía mas cosas que nadie...

Mi Planeta es un Crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora